TÚ Y YO SOMOS TRES

No sabemos qué diría Pepe del 'procés'

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Ferran Monegal

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En otra de sus estupendas clonaciones, Queco Novell se ha reencarnado en Pepe Rubianes en el Polònia de esta semana (TV-3). Ha recuperado aquel monólogo tan célebre de Pepe, aquel en que con su típica mordacidad contaba «Las excelencias del noble arte del trabajar. El trabajo dignifica, honra, pule, abrillanta y da esplendor. Hay que ver lo cachonda que va a la gente a trabajar a las seis, siete, ocho de la mañana... ¡Que vayan a la mierda con el trabajo! ¡Que se lo metan en la punta del nabo a ver si les cabe!». ¡Ah! Cómo nos reíamos con Pepe. Y cómo nos hemos reído ahora con la reinterpretación de Queco. En realidd la elección de este monólogo no fue fruto del azar. Lo seleccionó expresamente para arrear contra la decisión del Gobierno de Madrid de que a partir de esa semana algunos determinados sectores vuelvan al trabajo. Y  remató Queco con esta dentellada de su propia cosecha: «Toda la vida metiéndome con la derecha ¡y ahora que me muero, la izquierda también se ha vuelto de derechas!».

¡Ahh! En efecto sabemos lo que decía Pepe del trabajo, de la derecha, del PP, y hasta de los fachas. Pero no sabemos lo que diría hoy, sobre el escenario de su querido Capitol, de la colla que maneja el procés, o del actual Govern de la Generalitat, o de Waterloo...  ¡Ahh! Yo creo que en este apasionante ejercicio de invocación libre sobre Pepe Rubianes, cabe una segunda parte que espero que Queco Novell también nos haga. Solo hay que inspirarse en aquel Rubianes de cuando trabajó con Joglars y ayudó a poner en pie aquella sátira sobre el concepto de la Catalunya convergente y pujoliana que se llamó Operación Ubú. Ánimo. Estoy convecido que Pepe, allí donde ahora se encuentre, también agradecerá esta reutilización de su arte.

De este Polònia tambien ha sido tremendo el sketch sobre el momento sanitario en que se encuentra Josep María Bartomeu. Le llama su médico y se produce este diálogo:

–Señor Bartomeu, no hace falta que siga usted confinado.

–¿Estoy curado? --exclama con inmensa alegría el todavía Presidente del Barça.

–No, no está curado,  pero como que nadie quiere estar a su lado no hay peligro de contagio.

¡Ahh! Lo más terrible de la infección de este caso es que parece que los respiradores artificiales que le asisten no le sirven de nada.