Carles Francino: "Víctor Ros es mucho más humano que Sherlock Holmes"

Apesar de ser hijo de uno de los periodistas de referencia de nuestro país, Carles Francino (Barcelona, 1980) no se decidió a seguir los pasos de su padre, el ahora director y presentador de 'La ventana' en la Cadena SER. Tiraba más hacia el fútbol. Comenzó a estudiar Sociología, hasta que descubrió que su verdadera vocación estaba en los escenarios y frente a una cámara. Es en televisión donde se ha labrado la mayor parte de su carrera, con personajes que han calado en series como 'Hospital Central', 'Bandolera' y 'Punta Escarlata'. En estos momentos es el inspector Víctor Ros en la serie homónima de TVE-1, en la que investiga asesinatos en pleno siglo XIX como si de un Sherlock Holmes a la española se tratara, mientras se encuentra en pleno rodaje de otra ficción, 'Rabia', para Tele 5.

--A su personaje se le ha definido como el Sherlock Holmes español. ¿Lo encaró usted también así? 

--Es normal que se haga esa comparación porque hay cosas en las que ambos funcionan igual, como en la parte deductiva. Pero hay muchas diferencias. La mayor es que el pasado de Víctor es humilde, viene de la calle, ya que era un chirlero y un ladrón.

--¿Qué es lo que más le sedujo de Víctor Ros? 

--Esa dualidad que tiene y que, en parte, viene por su pasado. Es muy profesional pero por otro lado tiene toda una parte más visceral, que le viene de niño, que en ciertos momentos y ciertas situaciones le tira más. Y eso lo hace muy humano y muy de verdad. Hay otra cosa que me gusta mucho de él: su sobriedad para enfrentarse a las cosas y a las personas, y esa visión que tiene de poder ver cosas que los demás no ven. Aparte, está el conflicto humano que se le plantea cuando tiene que atrapar a ciertos chirleros y ve que tienen motivos para robar porque lo necesitan...

--Esa empatía que siente su personaje le hace totalmente distinto a Sherlock Holmes, que era mucho más frío con los clientes con los que trataba. 

--¡Por supuesto! Y era un poco drogadicto también (ríe). No es el caso de Víctor. Él es más humano y lo intentamos acercar más a una realidad social y que se pueda identificar un poco más.

--Ya fue protagonista en 'Punta Escarlata' pero ahora, en 'Víctor Ros', su personaje da incluso título a la serie. ¿Eso hace que haya sentido una mayor responsabilidad con este trabajo? 

--La responsabilidad del personaje, de tu trabajo como actor, de interpretación, sí que la tengo y me la quedo para mí. Pero la responsabilidad como producto siempre procuro compartirla con mis compañeros porque, al final, los auténticos protagonistas de todo esto para mí son los guiones, Jerónimo Tristante [el autor de las novelas] y Javier Olivares [el guionista], los dos creadores. Si todos vamos a una, eso es lo que hará que a la gente le enganche.

--¿Tendremos una segunda temporada de 'Víctor Ros'? 

--La serie queda abierta para lo que pueda venir.

--¿Y usted podría hacerla? Porque está en pleno rodaje de otra producción, 'Rabia'. 

--Se tendría que ver... Pero estaría muy interesado en seguir andando un poquito más con Víctor.

--A su nuevo trabajo, 'Rabia', se le compara también con otra serie con mucho tirón, 'The walking dead'. 

--Dicen que es como 'The walking dead' porque aparece por ahí algún bicho... Es un proyecto que tiene una huella distinta y ya veremos cómo funciona. Está bien que la ficción española empiece a arriesgarse un poquito, y 'Rabia' supone un riesgo interesante porque es la primera vez que se va a hacer algo así en nuestro país.

--¿Qué perfil tiene su personaje? 

--Somos un grupo de fugitivos y mi personaje, Suso, es un poco el canalla, el chulo, irónico y visceral. Veremos, como sin quererlo, se convierte un poco en un héroe y va asumiendo responsabilidades. 

--Antes trabajó en series como 'Hospital Central' y 'Bandolera' y decidió irse. No es habitual que un actor dé ese paso. 

--Eso es tan personal, depende tanto de la situación de cada uno… Llevaba dos años en 'Hospital Central' y creí que mi ciclo había acabado y que tenía que probar otras cosas. En 'Bandolera' pasó más o menos lo mismo y, además, me costó mucho el ritmo de una diaria.

--¿Qué series ve usted? 

--Procuro echarle un vistazo a todo lo que es ficción española. Es algo que no hacía y creo que es parte de mi trabajo. También me estoy criando un poco en la televisión y le coges más interés. De las de fuera, las últimas que he visto son 'The killing', 'True detective', 'Luther'…

--Tres series policiacas. 

--Pura casualidad.

--¿Se plantea abrirse camino fuera de la ficción española? 

--Sí. Estoy con el inglés y el francés desde hace un tiempo. Lo que pasa es que cuando empiezan los rodajes... ¡buf! lo abandono. He hecho alguna prueba para EEUU, en inglés. Hay que ir abriendo mercado. 

--De pequeño, ¿no soñaba con ser actor? 

--Para nada, yo lo que quería era jugar al fútbol.

--¿Tampoco pensó en seguir los pasos de su padre y estudiar periodismo? 

--Lo pensé en algún momento pero tampoco lo veía muy claro.

--Eligió estudiar sociología. 

--Tomé un primer ciclo de algo más general, para después poder coger otro más específico. Pero me quedé en el camino. Estuve estudiando el primer año y hacía más sociología del bar . Estaba bastante perdido en ese momento, no sabía hacia dónde quería ir, y entonces apareció lo del teatro, así que de casualidad encontré mi sitio.

--¿Y cómo encontró el teatro? 

--Por una amiga que me conocía bien, sabía lo perdido que estaba y me dijo: «¿Por qué no pruebas con el teatro?» Lo probé y me enganche. Sí que es verdad que los primeros años no era el mejor alumno de todos, pero en cuanto vi que era lo que me gustaba, fui a tope.

--¿Tener el apellido Francino le ha ayudado en su carrera o ha sido más bien un peso? 

--Ni me ha pesado ni me ha ayudado. Al principio, era más bien una curiosidad, cuando me preguntaban en los castings si tenía algo que ver con el Francino periodista. Seguro que hay mucha gente que piensa que me puede haber ayudado. Pero esto es tan fácil como parar dos minutitos y contárselo. Si se lo creen, bien, y si no, vamos a otra cosa. A mí el trauma ya me vino de pequeño, cuando iba por la calle por Tarragona o Barcelona cogido de la mano de mi padre y veía que la gente se giraba.

--Le incomodaba. 

--Me extrañaba mucho. Era cuando trabajaba en TV-3. ¡Ni siquiera quería que me acompañara al colegio para que no nos miraran! (ríe)