Pep Planas: "Climent es una víctima de la forma de vivir en la colonia"

Pep Planas

Pep Planas / ÁLVARO MONGE

INÉS ÁLVAREZ / BARCELONA

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Pep Planas es Climent en 'Olor de colònia', la miniserie basada en la novela homónima de Sílvia Alcàntara, coproducida por TVC Diagonal TV, cuya segunda parte emite TV-3 esta noche depués de liderar la audiencia del lunes en Catalunya. Su personaje, que centra muchas historias de esta obra coral, sufre los condicionamientos sociales que impone esa comunidad.

–Hábleme de Climent. 

–En 'Olor de colònia' se cuenta cómo se llegan a sentir de atrapados los habitantes en esa comunidad. Porque la colonia es un mundo rodeado de unas barreras que son ficticias, pero que ahí están. Climent, mi personaje, centra las relaciones que se suceden en ese lugar. Y mi situación ejemplifica la de toda esa gente que se siente tan aprisionada.

–Y él está atrapado entre dos amores. 

–Sí, el eje principal es el amor entre dos personas. Una es la mujer con la que se ha casado, Matilde (Míriam Iscla), y otra, Teresa (Maria Molins), el amor de su vida, pero con quien no pudo casarse en su momento por las circunstancias extrañísimas en las que se vive en una colonia.

–¿A cuáles se refiere? 

–Por ejemplo, si eras el primogénito, no podías marchar de casa, sino que era la pubilla la que debía irse a vivir a la tuya. Eso te condicionaba a que no pudieras tomar ciertas decisiones. Y Climent nada entre dos aguas: entre lo que querría que fuera su vida y lo que puede asumir.

–No coge al toro por los cuernos... 

–A veces se le ve como muy cobarde, porque no ha sabido imponer sus ilusiones y criterios. Es víctima, de algún modo, de estas circunstancias y de esa forma de vivir. Además, como es muy honesto, quiere respetar las normas. Le falta esa capacidad de decir: mis deseos están por encima de los condicionamientos sociales.

–Lluís Maria Güell, el director de la serie, dice que es una historia de antihéroes. Climent es uno de ellos. 

–Sí. Pero también es consciente de que las decisiones que pueda tomar harían daño a alguien. Y como quiere ahorrarles ese dolor, acaba sufriendo mucho. Cree que debe ser fiel a sus principios, aunque traicione sus sueños, sus ilusiones...

–Los amores prohibidos siempre son un aliciente para una historia. 

–El suyo es un amor prohibido, sí, pero también podrían ser las ganas de vivir. Es lo que le pasa a mi hija en la ficción: querría vivir unas cosas que no se le permiten en la colonia. Y, sí, son un aliciente, porque el amor es un motor muy grande. El de Climent y Teresa es un amor de la adolescencia truncado, que no ha llegador donde debería, y está allá, galopando por dentro, para siempre.

–Dice Güell que los actores, pese a ser reconocidos, han asumido muy bien que era un conjunto coral. 

–En general, a los actores no nos sabe mal trabajar en algo que nos haga ilusión, aunque el papel no sea extenso. Aquí nos encontramos a grandes actores haciendo papeles muy pequeños, pero que se recordarán, que tienen una función clave dentro de la historia. Sí, ha habido mucha humildad. Pero es que a los actores lo que nos gusta es trabajar.

–¿Lo más duro fue rodar en enero simulando que era primavera? 

–Para mí lo más duro fue construir el personaje y serle fiel. Sí que se pasó frío en el rodaje, pero yo recuerdo mucho más las cosas bonitas, como las ganas que había por parte de todos; el buen ambiente a la hora de trabajar; que Lluís, el director, se rompiera tanto los cuernos, y pusiera tal entusiasmo que nos contagiaba a todos... Seguramente pasamos penurias, pero eso es lo de menos.

–¿Había leído la novela? 

–Antes de hacer el casting, es lo primero que haces para tener un punto de partida. Y después lo he hecho muchas veces. Y he subrayado fragmentos. Porque la novela te explica mucho el viaje interior de los personajes. Esas descripciones de cómo se siente el personaje emocionalmente te ayudan mucho. Era muy bonito ver cómo lo describía Sílvia Alcàntara, porque lo hacía muy bien.

–Y ella está muy contenta con el resultado. Algo que no suele pasar en las adaptaciones de novelas. 

–Yo lo primero que hice fue preguntarle qué le había parecido, y me dijo que le había gustado mucho. Solo que quizá aquello de allá no era así. Y pensé: si solo se ha fijado en un detallito, quiere decir que toda la historia la ha recibido muy bien.

–Joan, su personaje en la serie 'Ventdelplà', también vivía una historia de amor complicada.. 

–Sí, aunque aquí es diferente. Pero, sí, en ambos casos es un amor vivido en contradicción. En el de Joan, porque ella había sido el amor de su padre. En el de Climent es por otras circunstancias, pero también lo lleva mal. No son amores vividos con placidez, no; son amores torturados.