"El pleno de la basura"

Tarragona elige nueva concesionaria de limpieza en medio de una insólita polémica por espionaje

El ayuntamiento da luz verde, con 14 votos a favor y 12 en contra, a la empresa que quedó en segunda posición en el concurso público y presentará un contencioso contra la invalidación de la ganadora

Ple del Ajuntament de Tarragona, este viernes por la mañana.

Ple del Ajuntament de Tarragona, este viernes por la mañana. / Jan Magarolas / Jan Magarolas

Jan Magarolas

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El pleno del Ayuntamiento de Tarragona ha aprobado este viernes iniciar la adjudicación del nuevo contrato de la basura para los próximos diez años y lo ha hecho con Urbaser como la concesionaria más probable, pese a que quedó segunda en el concurso público. La decisión ha cosechado los nueve votos del gobierno municipal del PSC, más los tres de Junts y los dos de concejales no adscritos, exmiembros de Vox: un total de 14 votos a favor ante los 12 en contra. Empieza la cuenta atrás de los diez días hábiles que tiene la empresa para entregar la documentación y hacerse con el millonario contrato de la basura, una decisión que tendrá que pasar nuevamente por el Saló de Plens, en julio.

Se trata de un paso que llega rodeado de polémica tras la publicación hace tres días de una insólita acusación de espionaje. Según el diario tarraconense 'Porta Enrere', la jefa de Limpieza Pública municipal y responsable del contrato de la limpieza habría sido espiada. Un caso que podría llegar a afectar al alcalde Rubén Viñuales.

El inicio de la adjudicación aprobado ahora por el pleno del Ajuntament entrega de facto a Urbaser la recogida de la basura de la ciudad. Es el encargo más caro del consistorio, de casi 234 millones de euros. La esperanza del gobierno municipal es que la aprobación acerque el final de una controversia que hace tiempo que arrastra: hace más de un año que el contrato anterior caducó y de hecho estaba prorrogado desde 2010, tal como recuerda el Diari de Tarragona. Desde entonces, entre moratorias, concursos públicos desiertos y recursos diversos, la situación se ha complicado hasta llegar a una situación límite.

Un largo camino de obstáculos

Después de un concurso para adjudicar el servicio de recogida de basuras que quedó desierto, el ayuntamiento convocó una segunda licitación a la que se presentaron cuatro empresas: GBI Paprec, Urbaser, Fomento de Construcciones y Contratas y Valoriza. El concurso lo ganó la francesa GBI Paprec pero Urbaser y FCC recurrieron la resolución al Tribunal Català de Contractes del Sector Públic. Esto terminó con la primera empresa, GBI Paprec, excluída del proceso, y la segunda del concurso, Urbaser, como nueva ganadora. El Ayuntamiento de Tarragona descarta convocar un tercer concurso y saca pecho de un proceso de licitación que considera "impecable".

"No se han producido errores manifiestos ni nada ilegal, la resolución [del Tribunal de Contractes] no dice en ningún momento que tengamos que volver a empezar; cuando un licitador queda excluído tenemos que pasar forzosamente al segundo", ha dicho durante el pleno Isabel Mascaró, concejal de Contractació. Mascaró considera que esta resolución es únicamente "ejecutiva".

La aprobación por la mínima y con una combinación de partidos poco habitual, con Junts y dos exmiembros de Vox apoyando el gobierno del PSC, ha conducido a un arduo debate en el pleno donde los partidos que han votado en contra se han quejado de opacidad y silencios municipales y han pedido más margen para estudiar el caso antes de lo que sería, a su juicio, un paso en falso. “La salida no tiene que ser rápida, tiene que ser segura”, afirmaba Jordi Collado (ECP), que ha bautizado la sesión como el “pleno de la basura”. Maria Mercè Martorell (PP) vaticinaba que “en unos meses" los electos deberían volver "a hablar de esto”. Una posición a la que se sumaban los otros partidos contrarios, ERC y Vox, que prevén “muchas consecuencias graves”. Jordi Sendra (Junts) y los ‘consellers’ no adscritos, que han votado a favor, defienden que el proceso se ha hecho “con todas las garantías” y que Tarragona “necesita mucha limpieza”.

Ahora, el Ayuntamiento de Tarragona ha anunciado la intención de presentar un contencioso-administrativo ante el Tribunal de Contractes del Sector Públic para evitar la invalidación de la firma ganadora, ya que considera que "excluirla por pequeñas incorrecciones vulnera el principio de proporcionalidad", en palabras de la concejal de Contratación. Este es un proceso que puede durar meses y su resolución podría llegar cuando Urbaser ya esté actuando como empresa concesionaria. "Primero tenemos que ejecutar y después interpondremos el recurso, es el curso procesal que corresponde", afirmaba Isabel Mascaró ante esta posibilidad.

Espionaje a la técnica municipal

Lo que ensucia más el debate del contrato de la basura es la denuncia de espionaje a la jefa de Limpieza Pública del Ayuntamiento de Tarragona, que ha provocado una declaración municipal esta mañana de apoyo a los funcionarios públicos. La trabajadora habría sido espiada a través de su móvil personal y con un seguimiento fotográfico de reuniones y conversaciones mantenidas con personas ajenas a la administración pero vinculadas al sector de la limpieza urbana. Según el rotativo tarraconense, el caso se habría puesto en conocimiento del alcalde a finales de marzo al llegar las instantáneas de forma anónima a la redacción de otro medio local. La afectada ya ha presentado denuncia y la Guardia Civil investiga el caso.

El presunto espionaje, confirmado por el municipio, podría afectar también al alcalde Rubén Viñuales y a su dispositivo móvil. Ya ha pasado un primer peritaje técnico, que apunta a la vigilancia, y está a la espera de una segunda comprobación. El primer edil socialista y el republicano Jordi Fortuny, concejal de Limpieza durante el anterior gobierno, serían los únicos que habrían sido avisados preventivamente. De momento, el ayuntamiento dice no tener indicios sobre quién podría estar detrás del espionaje y estudia presentar acciones legales "para proteger la institución" si se demuestra que el alcalde ha sido espiado, según ha confirmado Mascaró a EL PERIÓDICO.

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