Negociación

¿Qué hay detrás de la Hacienda catalana? Las 10 grandes reclamaciones de Cataluña en los últimos 10 años

En el centro, un anhelo: la autofinanciación y la gestión de infraestructuras clave como el Aeropuerto y Rodalies

La portavoz del PSC en el Parlament, Alicia Romero y el líder del PSC, Salvador Illa, mientras pasa el presidente de la Generalitat de Catalunya en funciones, Pere Aragonès, durante una sesión plenaria, en el Parlament de Catalunya, a 25 de julio de 2024,

La portavoz del PSC en el Parlament, Alicia Romero y el líder del PSC, Salvador Illa, mientras pasa el presidente de la Generalitat de Catalunya en funciones, Pere Aragonès, durante una sesión plenaria, en el Parlament de Catalunya, a 25 de julio de 2024, / David Zorrakino - Europa Press

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Fueron 26 los puntos que el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, llevó a Moncloa en 2014 para negociar con el que era presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Nada de aquello prosperó. Lejos de quedar en el olvido, dos años más tarde evolucionaron de la mano de Carles Puigdemont, que también quiso resolver con Rajoy. El desenlace, prácticamente el mismo. Pero las reivindicaciones de entonces no han caído en el olvido, se han ido repitiendo a lo largo de estos años. Ahora, ante una nueva oportunidad, el gobierno catalán saliente vuelve a la carga. Impone, como requisito para dar su apoyo a una eventual investidura del líder socialista, Salvador Illa, algunas concesiones para Catalunya que no se han inventado ahora. Nada nuevo.

Hay 10 reivindicaciones que se repiten a lo largo de la historia. En el centro, la financiación, que ahora vuelve a estar sobre la mesa con la propuesta de crear una Hacienda catalana. Y, de su mano, una mayor financiación. Según los datos de la Intervención General del Estado, en el periodo 2015-2018, el Estado en Catalunya ejecutó el 65,9% de lo presupuestado. Lejos de mejorar, los últimos datos afirman que en 2023, el Estado gastó en Catalunya 1.028 millones de euros frente a los 2.276 millones previstos inicialmente, lo que representa un 45%.

1- Sistema de financiación renovado

En 2014, el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, presentó un documento con 23 propuestas para Mariano Rajoy, que presidía el gobierno de España. Ya entonces la financiación copó el principal capítulo de demandas. Más allá de la reforma del sistema, la Generalitat pedía al Gobierno que incrementase sus ingresos en Catalunya para alcanzar el 0,7% del déficit en 2015. Para ello, pedía 2.000 millones de euros adicionales o un aumento de la barrera del déficit al 1,7%. Lo cierto es que Catalunya acabó cerrando 2015 con un déficit del 2,7%.

Durante los años del 'procés', Catalunya abandonó la pelea por conseguir una reforma del modelo de financiación, apostándolo todo a la independencia. En 2020, Sánchez aseguró que estaba dispuesto a estudiar los planteamientos tributarios de la Generalitat para darle más autonomía. La pandemia lo dilató. Y, de nuevo, la reforma del sistema vuelve a marcar la agenda política. De hecho, de ello pende la gobernabilidad de la Generalitat y, de paso, el apoyo que los partidos independentistas brindan a Pedro Sánchez, y que son imprescindibles para su mantenimiento en Moncloa.

2- Hacienda catalana

Aunque la primera vez que se habla de la creación de una hacienda catalana se remonta a 2005, en 2015 se celebraron en Catalunya que giraron en torno al término. Mas dijo que el territorio estaba “preparado”. Se anunciaron unos trabajos teóricos que sentaron las bases y que tardaron dos años en consolidarse. Hablaba de construir un sistema fiscal “diferente y mejor” del que tiene el Estado español.

Ahora, las condiciones del pacto con los socialistas, según afirman los republicanos, implica que la administración catalana se hará cargo del 100% de los impuestos que se paguen en la comunidad autónoma, salvo los locales, y aportaría una cuota de solidaridad al Estado. Todavía es una incógnita el cálculo de este porcentaje.

3- Gestión de infraestructuras clave

En materia de infraestructuras, la Generalitat exige desde 2004 una recuperación de la inversión en Catalunya, ante una caída de las aportaciones a la comunidad del 50%. En 2016, tras una moción de censura ganada contra Rajoy, Pedro Sánchez, que se postulaba como candidato a la presidencia del Gobierno, resucitó la posibilidad de avanzar en la cesión de la gestión de las principales infraestructuras.

Sánchez buscaba el apoyo de los partidos catalanes, más allá del que le brindaba Ciudadanos. La inversión para Catalunya en ese año, 2016, era del 10,7% -mientras que la comunidad aportaba el 19% de su PIB-. La Generalitat pedía también la construcción de la línea de ferrocarril para unir las estaciones de Sants y Passeig de Gràcia con la Terminal 1 del aeropuerto de El Prat, algo que ya se consiguió.

4- Traspaso de Rodalies, para 2025

El traspaso completo de Rodalies, pactado finalmente para 2025, es otra de las demandas históricas y transversales a todos los gobiernos que han pasado por la Generalitat. Hubo un primer traspaso parcial a finales de 2009, negociado entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y el govern de José Montilla (PSC). Fue visto como insuficiente en Catalunya, porque no incluyó ni los trenes, ni las vías, ni las catenarias. Tras el estallido de la crisis económica, tampoco se cumplió con la inversión prevista.

Las competencias traspasadas desde el primer día de 2010 fueron la gestión, regulación, planificación, coordinación e inspección de los servicios. Sin embargo, del denominado Plan Rodalies 2008-2015 apenas se ejecutó un 13% de los 4.300 millones de euros previstos. Lo mismo pasó con el pacto posterior al que llegaron el conseller Santi Vila y la ministra Ana Pastor el 2013, y del que solo se ejecutó un 12,5% de los 300 millones de euros pactados. No se traspasaron ni los maquinistas ni los trenes ni las estaciones ni las vías.

En enero de 2025 se iniciará, por lo tanto, el procedimiento técnico para traspasar la infraestructura de la línea de Rodalies R1, que conecta la comarca costera del Maresme con Barcelona y varios municipios del área metropolitana. Rodalies asumirá los recursos humanos y materiales de Renfe en Catalunya y su consejo de administración estará compuesto a partes iguales por representantes de la Administración General del Estado y de la Generalitat

5- El Aeropuerto: ¿gestión, ampliación?

El Aeropuerto, otra demanda transversal, independientemente del color de la Generalitat. En 2012, el Gobierno de Rajoy suspendió el proceso de privatización de Aena que había aprobado el ejecutivo de Jose Luis Rodríguez Zapatero durante la anterior legislatura. El entonces portavoz del Govern, Francesc Homs, afirmó que Catalunya seguiría luchando por una nueva gestión de El Prat, más descentralizada, “donde la parte catalana sea determinante”. En 2016, se volvió a votar por el traspaso de la titularidad de los aeropuertos catalanes, y todos los partidos se mostraron a favor de un plan estratégico común.

De hecho, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, también reclamó en sus negociaciones para investir a Sánchez hacerse con el control de todos los aeropuertos de la comunidad, así como con los puertos de Barcelona y Tarragona. También incluyó el traspaso de los ocho hoteles de Paradores y, de nuevo, el traspaso de Rodalies. El aeropuerto es uno de los grandes temas de negociación. Más allá de una eventual ampliación, Barcelona quiere acoger más vuelos internacionales y convertirse en un hub mundial. Los diferentes gobiernos sostienen que sería más fácil hacerlo con la gestión plena del servicio mientras que, el presidente de Aena, Maurici Lucena, se ha opuesto en diferentes ocasiones.

6- La lengua, siempre en el centro

En materia de lengua, la posición de los distintos gobiernos de la Generalitat es clara y contundente. Ya Mas pedía mantener el modelo lingüístico, así como la anulación del decreto que obligaba a financiar el coste de la escolarización en castellano en los centros privados. Ahora, con un eventual pacto entre ERC y el PSC sobre la mesa, la lengua toma de nuevo un protagonismo central con la creación de una Conselleria de Lengua.

No se ha hablado de presupuesto, pero la nueva conselleria pondría el foco en el retroceso del uso social del catalán, apostando por la vehicularidad en las aulas y manteniendo el impuslo de la lengua en el ámbito audiovisual. Desde ERC esperan dar un paso más y sacar adelante iniciativas que aseguren el catalán en espacios donde requiere más atención, como las actividades extraescolares o la sanidad, han señalado.

7- Sanidad, el gran déficit

Uno de los puntos calientes en Catalunya es la infra financiación en materia de sanidad. En el periodo que va de 2003 a 2016, la insuficiencia de la financiación del gasto público era de en torno a 3.000 millones de euros, un 22% del gasto público realizado, y un añadido en gasto privado de 700 millones, en torno al 13%. En 2020, el déficit en Catalunya era de 5.000 millones de euros.

El pacto entre socialistas y republicanos insta ahora a "mantener y consolidar" las condiciones laborales de los profesionales, manteniendo las inversiones hospitalarias y cumpliendo el calendario previsto en cuanto a los hispitales públicos. No concreta qué papel tiene el gobierno central.

8- Polémica condonación de la deuda

Catalunya consiguió el año pasado que el Estado cediese en una de sus mayores demandas económicas: la condonación de parte de su deuda autonómica. Fue uno de los pactos que se cerraron entre ERC y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, y fue muy criticado por la oposición. Fueron casi 15.000 millones de euros, lo que añadirá el ahorro adicional de 1.300 millones por el pago de intereses al Estado. Representó el 20% de la deuda vinculada al fondo de ayuda a las regiones, en el que se encuentra el famoso Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), que asciende a 73.110 millones de euros.

En el otro lado, está la deuda con Catalunya. El tema de la deuda es un arma que se lanzan constantemente los gobiernos de España y Catalunya. Mientras que el gobierno central defiende que Catalunya es la comunidad más endeudada, el año pasado ERC, Junts y la CUP, en su esmero para reclamar de nuevo el pacto fiscal, presentaron un estudio sobre la deuda histórica del Estado. Se trata de 456.000 millones de euros que la Cámara autonómica fijó, teniendo en cuenta el déficit fiscal, las inversiones no ejecutadas en infraestructuras y la diferencia entre la cantidad aportada por los catalanes a la Seguridad Social y la que reciben en las pensiones. 

9- Ley de la Dependencia, caída drástica

En el documento que Mas presentó en 2014, ya se denunciaba una infra financiación en cuanto a la Ley de la Dependencia. Aprobada en el Congreso en 2006, estipula que la financiación del sistema de ayudas a la misma debe ir a cargo de las comunidades autónomas y el Gobierno central al 50%. El batacazo se produjo en 2012, de nuevo en la legislatura de Rajoy, con la suspensión de la de la Administración General del Estado del nivel acordado.

En los últimos diez años, la aportación del Estado se ha estancado por debajo del 20%. La Generalitat ha aportado, de media, el 80% del gasto. Ante este panorama, el ministerio de Servicios Sociales anunció a principios de año que, hasta 2027, se haría cargo del 50% de la financiación de la dependencia en Catalunya. 

10- Mejorar la cooperación

Poner freno a la supuesta y largamente reclamada "invasión" de las competencias catalanas por parte de los gobiernos centrales es la última de las reivindicaciones del ejecutivo catalán. Tanto Mas como Puigdemont hicieron especial hincapié sobre el tema en sus respectivas listas. Mientras Catalunya defiende que los gobiernos centrales están empeñados en boicotear su actividad, estos afirman que solamente siguen la legalidad vigente en la Constitución.