OKUPACIÓN MADRID

"Así logramos el desalojo exprés de nuestros okupas en cinco días": hablan los vecinos de 'Living Cañaveral'

Más de 60 personas asaltaron 12 pisos de una lujosa urbanización en la que las viviendas se alquilan a 1.300 euros mensuales

Los okupas entraron con facilidad a las casas, cuyas puertas se abrían solo con una tarjeta magnética, y colocaron cerraduras clásicas, para entrar y salir a su antojo

Este medio ha accedido al interior de uno de los áticos desokupados en El Cañaveral.

Esteban Alarcón

Esteban Alarcón

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El Cañaveral, un barrio del distrito madrileño de Vicálvaro, se ha convertido en los últimos años en una de las zonas residenciales más interesantes para jóvenes familias que buscan pisos de obra nueva y precio asequible para vivir. Aunque su popularidad ha incrementado los precios, sigue siendo uno de los barrios que más crece en el extrarradio de la ciudad.

Algo que ha llamado la atención no solo de grandes inversores y particulares, sino también de los okupas, que han puesto sus ojos en urbanizaciones más alejadas del centro, de nueva creación y a las que poder sacar provecho.

110 viviendas

Es el caso del complejo residencial 'Living Cañaveral', donde el pasado 21 de agosto se instalaron más de 60 personas, distribuidos en 12 pisos, que provocaron problemas en el vecindario. Pues bien, los vecinos de este bloque, que viven de alquiler pagango una renta media de 1.300 euros al mes, han conseguido desalojarlos en solo cinco días.

Según los vecinos, la presión vecinal y la atención mediática han sido claves. Aliviados, se muestran reacios a conformarse con verlos marchar. "No nos fiamos. Tenemos miedo de que vuelva a ocurrir", señala Marga Salvador, presidenta de la asociación AV El Cañaveral. Habla con este canal de investigación y sucesos en representación de los vecinos de 'Living Cañaveral', una urbanización de 110 viviendas contruidas en 2023 y donde sus inquilinos apenas llevan dos meses residiendo.

Entrada principal del bloque de viviendas afectado por las okupaciones.

Entrada principal del bloque de viviendas afectado por las okupaciones. / Esteban Alarcón

En la madrugada del martes al miércoles de la pasada semana, los okupas asaltaron un total de 12 viviendas vacías y en cuestión de horas, cambiaron la cerradura, que se abría solo con una tarjeta magnética, al estilo de las habitaciones de los hoteles, y la sustituyeron por una clásica, con un bombín de los de toda la vida, "para poder entrar y salir a su antojo", según explican los vecinos.

"Estas casas no están elegidas al azar". Se trata de pisos amplios, entre ellos áticos de tres habitaciones y enormes terrazas exteriores con vistas a la ciudad y al campo. Este canal de investigación y sucesos ha tenido acceso a uno de ellos.

En situación irregular

Las dos asociaciones de vecinos de El Cañaveral se unieron pronto para denunciar la situación y se manifestaron en las inmediaciones del edificio para exigir el desalojo de los okupas.

De acuerdo con los datos aportados por los inquilinos, se trata de okupas de nacionalidad colombiana, peruana y venezolana, que "se encuentran en situación irregular" en nuestro país. Un dato que confirma a este medio la empresa de desokupación contratada por la empresa propietaria de los pisos.

En concreto se trata de unos 25 adultos, hombres y mujeres de mediana edad. También había 30 niños. Los vecinos aseguran que tenían vinculación entre ellos y sospechan que, antes de okupar las viviendas, tenían relación con algún vecino de la comunidad, que les pudo facilitar las cosas.

Los okupas cambiaron las cerraduras magnetizadas por bombines tradicionales.

Los okupas cambiaron las cerraduras magnetizadas por bombines tradicionales. / Esteban Alarcón

Desokupación sin incidentes

"Somos una comunidad muy familiar y estamos todos unidos. No queremos que algo así se repita", reclama la presidenta de AV El Cañaveral. "Los vecinos del bloque han sufrido daños en sus coches. Los okupas, antes de marcharse, han pinchado las ruedas a dos vehículos diferentes", añade.

Después de varias horas de negociación, los primeros ocho pisos fueron desalojados el lunes 26 por la noche. Para el miércoles pasado ya se habían liberado las doce viviendas asaltadas.

Pese a la tensión de estos días, la desokupación se produjo sin altercados. Así lo confirma el gerente de Serviokupa, Alberto Cuesta, cuya empresa fue contratada por la propietaria de los pisos para llevar a cabo el desalojo.

Grupo organizado

"Nosotros hemos hecho nuestro trabajo, pero desconocemos si los okupas pertenecen a algún grupo organizado" relata a este medio. "No hemos tenido mayor problema".

Los residentes respiran aliviados tras la marcha de sus molestos vecinos, pero se muestran cansados y desconfiados. Han dejado en manos de las asociaciones de vecinos del barrio la representación de sus quejas.

Agentes de la Policía Nacional entran en el edificio a realizar pesquisas.

Agentes de la Policía Nacional entran en el edificio a realizar pesquisas. / Esteban Alarcón

"Alguien les ha dado el chivatazo"

"Nunca habíamos visto una respuesta vecinal tan fuerte" comenta el presidente de la asociación de vecinos AVECA, Helio Martínez. "Llevamos años pidiendo un centro de salud y un colegio para los 20.000 habitantes del barrio, pero cuando realmente la gente se ha movilizado es ahora".

"Es una okupación colectiva y simultánea" denuncian. "Los okupas han argumentado que han sido estafados también" señala Helio Martínez. "Tenían incluso contrato, por supuesto ilegal", añade, incrédulo.

Los vecinos piden que se investigue "si hay una mafia detrás" de todo esto y a la empresa propietaria del inmueble que "asuma su responsabilidad" en lo ocurrido.

"La okupación se ha producido en pisos de fondo buitre. Alguien les ha dado el chivatazo", sospecha Marga Salvador. "Estaban organizados y por eso les ha tenido que decir alguien de dentro lo que había. No había cerraduras forzadas".

"El miedo nos ha movilizado"

"La gente tiene miedo y eso es lo que les ha hecho reaccionar", añade. Aunque desde las dos asociaciones vecinales ponen el foco en la que para ellos ha sido la clave para conseguir el desalojo exprés: "a la empresa propietaria no le interesaba todo esto, que se la investigara, que le dieran mala publicidad, si esta okupación no hubiera tenido tanta repercusión mediática, no habríamos logrado echar a nuestros okupas en solo cinco días".

Contactados por este medio, ningún responsable de la empresa que alquila los pisos de 'Living Cañaveral' ha querido hacer declaraciones.