EN FUENLABRADA (MADRID)

Desaparición de alto riesgo: Marcos fue a la iglesia, pidió confesarse y salió a pasear, pero su coche apareció en una estación de cercanías

Marcos Olmedo, de 37 años, está en tratamiento psiquiátrico desde mayo por depresión

Su familia asegura que empeoró cuando la doctora disminuyó su medicación: "lo vieron tres veces y dijeron que estaba mejor. Lo ocurrido con mi hermano es consecuencia del abandono por parte de Salud Mental"

Marcos Olmedo, desaparecido en Fuenlabrada (Madrid).

Marcos Olmedo, desaparecido en Fuenlabrada (Madrid). / SOS DESAPARECIDOS

Vanesa Lozano

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Lleva nueve días desaparecido, nueve días en la más absoluta angustia llevan su madre y su hermano, que saben que Marcos no vivía su mujer momento y se temen lo peor. Por eso la desaparición de Marcos Olmedo, el psicólogo de 37 años al que se perdió la pista en Fuenlabrada (Madrid) el pasado 18 de agosto, ya ha sido calificada como de alto riesgo.

Urge encontrar al hijo de Pilar, el hermano de Dani, aunque la urgencia de la familia se ha topado con la lentitud de la justicia, como suele ocurrir en casos de desaparición: "Han pasado nueve días y no han ordenado una sola diligencia de búsqueda, ni siquiera han geolocalizado su teléfono móvil, a pesar de que se lo llevó con él", denuncia el hermano mayor de Marcos al canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.

Marcos Olmedo - en el centro de la imagen - en una celebración familiar

Marcos Olmedo - en el centro de la imagen - en una celebración familiar / CEDIDA POR LA FAMILIA

Marcos es un chico brillante. Estudió Psicología, Sociología y Audiología. Durante unos años, se trasladó a Escocia y Países Bajos por trabajo. Ya de vuelta en su ciudad, Fuenlabrada, estaba trabajando en una tienda de audición. Sueña con mudarse a algún pueblecito de la sierra de Madrid o trasladarse a Navarra, donde viven sus mejores amigos. No lo ha hecho hasta el momento porque también es una persona muy familiar y quiere estar cerca de su madre y su hermano. Su padre enfermó de leucemia y murió cuando él solo tenía 19 años.

Un Toyota Corolla plateado

Dani y Pilar tienen la esperanza de que en cualquier momento suene el teléfono y alguien les diga que Marcos se encuentra bien, que vuelve con ellos. Aunque todos los indicios de su desaparicion son preocupantes desde que salió de casa advirtiendo a su madre de que iba a dar un paseo y que regresaría pronto. No lo hizo.

Eran las seis de la tarde. A pesar de que dijo que iba a caminar, su familia encontró su coche, un Toyota Corolla de color plateado, aparcado en el parking de la estación de cercanías de La Serna, a un kilómetro y medio de la casa de su madre.

Descartó ideas autolíticas

La mujer dio la voz de alarma en seguida y denunció su desaparición esa misma noche. Marcos no estaba bien. Llevaba tres meses en tratamiento psiquiátrico, desde que el pasado 13 de mayo tuvo su primera consulta en un centro de especialidades, dependiente del Hospital de Fuenlabrada. La psiquiatra que lo valoró concluyó, tras entrevistarse con él y con su madre, que el hombre sufría "ansiedad elevada, ánimo triste, rumiaciones constantes por su miedo al rechazo en sus relaciones interpersonales", pero descartó que Marcos tuviera "ideas autolíticas o ideas relacionadas con la muerte".

Lo que ocurrió a partir de ese momento lo resume así el hermano de Marcos: "al principio mejoró, gracias a la medicación y a que empezó a acudir todas las semanas a la consulta privada de una psicóloga, porque todo lo que nos ofrecían en la sanidad pública era una consulta en psiquiatría cada dos meses", explica Dani.

El hombre pagó con su tarjeta de crédito en una farmacia justo antes de desaparecer.

El hombre pagó con su tarjeta de crédito en una farmacia justo antes de desaparecer. / CEDIDA POR LA FAMILIA

"Todo empeoró cuando, después de tres sesiones, de media hora cada una, la psiquiatra decidió bajarle la dosis de la mediación. Lo hizo contra nuestro criterio y sin consultar ni siquiera a la psicóloga que realmente dedicaba tiempo al caso de mi hermano. Su decisión estuvo basada en lo que vio de mi hermano en hora y media de consulta, en que lo vio mejor en esos minutos".

A la playa, con su madre

En opinión de Dani, "la desaparición de mi hermano es consecuencia del abandono que sufrió por parte de Salud Mental, si no le hubieran cambiado la mediación, seguramente no hubiera empeorado".

Marcos comenzó a tener de nuevo fuertes bajadas en su estado de ánimo y "pensamientos inconexos" que manifestaba a sus familiares: "nosotros intentábamos acompañarle. Le animábamos a tener paciencia. Le decíamos: Marcos, todos hemos tenido problemas psicológicos alguna vez y ya sabemos que son más lentos de curar, pero acaban pasando. Él nos daba la razón, pero no mejoraba", cuenta su hermano.

Para tratar de animarlo, Pilar, la madre de Marcos, se llevó a su hijo este verano a pasar unos días en la playa, en la localidad valenciana de Piles. Volvieron el 14 de agosto. Solo dos días después, tuvieron que acudir a Urgencias. Allí, volvieron a subirle la medicación. "si en fechas normales, el servicio de Salud Mental es deficiente, en verano es indignante. En una de sus visitas médicas, a mi hermano llegó a a atenderle un psiquiatra infantil, porque con las vacaciones de los sanitarios, era el único que estaba disponible", lamenta Dani.

"Trenes para viajar"

Marcos se había trasladado a casa de su madre, que, como Dani, estaba muy pendiente de él y lo apoyaba a diario. El día que desapareció, la mujer lo vio especialmente alicaído. "No dejaba de mirar su móvil, mi madre le dijo que dejara el teléfono un rato e hiciera un puzzle, que se entretuviera con otra cosa. Él respondió que estaba viendo trenes para viajar. Por eso cuando mi madre me alertó de su desaparición, el primer sitio donde se me ocurrió mirar fue en la estación de cercanías de La Serna", recuerda Dani.

La Asociación Sos Desaparecidos y su abogado, Juan Manuel Medina, están empleando todos sus recursos para ayudar a encontrar a Marcos, incluso han difundido el cartel de búsqueda en la red de cajeros automáticos de Euronet ATMs España. Además, "vamos a pedir al juez la geolocalización del teléfono de Marcos y las grabaciones de las cámaras de seguridad de la estación de La Serna, para comprobar si se subió a algún tren", indica Medina.

El desaparecido -segundo por la derecha- junto a sus amigos de Navarra.

El desaparecido -segundo por la derecha- junto a sus amigos de Navarra. / CEDIDAS POR LA FAMILIA

Batidas en la sierra de Madrid

"En estos nueve días, las únicas pistas sobre el paradero de mi hermano son las que hemos conseguido nosotros", dice el hermano de Marcos. Su familia y sus amigos, algunos trasladados desde Navarra para buscarle, han hecho batidas por Fuenlabrada y Cercedilla, entre otras localidades madrileñas. Saben que es como encontrar una aguja en un pajar, pero buscan allí porque a Marcos le gustaba dar largos paseos por la sierra de Madrid.

"También hemos hablado con su psicóloga, pedido a Google que nos dé acceso a su teléfono por si pudiéramos acceder a sus últimos movimientos, registrado su habitación... la policía ni siquiera ha venido a casa, no ha mirado en su ordenador, por si hubiera alguna pista en él", señala Dani.

Compró en una farmacia

"Descubrimos que, antes de desaparecer, pagó con su tarjeta de crédito en una farmacia de Fuenlabrada. Fuimos a preguntar allí y nos dijeron que solo compró Lorazepam, no cogió su medicación, por lo que lleva nueve días sin tomarla", explica el hermano de Marcos.

La familia del chico también averiguó otro dato inquietante: pese a que no era habitual en él, aquella mañana Marcos fue a una iglesia y pidió confesarse con un cura. El sacerdote, respetando el sigilo confesional, ha revelado a la familia del hombre que lo vio algo triste y preocupado, pero asegura que no le reveló nada preocupante. Lo que el chico le confesó, como su paradero, es un misterio que por el momento solo conoce Marcos.