Investigación

La Policía Local fue notificada del informe que desautorizaba el uso de 8 atracciones en Vigo

La oposición pregunta por qué no se precintó el “saltamontes”

Agentes estuvieron en la zona de las fiestas en varias ocasiones: la última, unas tres horas antes del accidente mortal

Accidente mortal durante las fiestas de Matamá, en Vigo, en el que falleció Iván Castro Hervella.

Accidente mortal durante las fiestas de Matamá, en Vigo, en el que falleció Iván Castro Hervella. / Adrián Irago

Borja Melchor

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El Concello envió por correo electrónico a la Policía Local el informe que recogía la desautorización de uso de ocho atracciones en las fiestas de Matamá (Vigo), entre ellas, el saltamontes, en la que se registró el accidente mortal de un joven de 36 años en la madrugada del sábado. Se lo remitió a los agentes poco después de ser firmado por la secretaria de Goberno Local, algo antes de las 22.30 horas del jueves 1 de agosto, la misma noche en la que empezaron a funcionar los recreativos.

Según ha podido saber Faro de Vigo, la Policía Local estuvo en la zona en la que se desarrollaron las fiestas la madrugada anterior al trágico suceso para recorrerla y también por avisos: dos peleas y un hurto. Al filo de las 16.00 horas del viernes, volvieron a Matamá y, como informó el Concello a través de un comunicado, “no se detectó actividad”. Sobre las 23.00 horas, regresaron al lugar debido a una queja por lanzamiento de petardos. La siguiente actuación en este ámbito ya fue la relacionada con el siniestro mortal.

En el comunicado, el Concello reiteró que “tanto el dueño del saltamontes como el comité de fiestas de Matamá habían notificado por escrito la falta de autorización para el funcionamiento de la atracción por no cumplir con los requisitos de documentación”. Se suma la Policía Local a la lista. Añade que, “Tras enviar la notificación, la Policía Local se desplazó al lugar la tarde del viernes 2 de agosto y no detectó actividad alguna” –casi a las 16.00 horas–. No ofreció más detalles al respecto de este tema, por el que fue preguntado por este periódico, alegando que “hay un juzgado ya con la investigación”. “Este trágico suceso está siendo investigado por el tribunal, que cuenta con la plena cooperación del Consejo”, finaliza el escrito municipal.

El Ayuntamiento no concreta si los agentes precintaron o no esta atracción, una acción habitual en estos casos, según aseguró el presidente de la Agrupación de Fiestas de Vigo, Manuel Carrera, también presidente de la Asociación Cultural Festas da Consolación de Coia. Expone un ejemplo: los coches de choque de las fiestas de la Virxe do Carme de Coruxo el año pasado “por tener mal la documentación” –el saltamontes fue desautorizado por falta de documentación–. No entiende por qué no se llevó a cabo este paso en Matamá o no se llamó por teléfono a los responsables para avisarles. Añade que es común que la Policía Local supervise que todo está en orden en este tipo de festejos.

Lo que está claro es que, horas después, el saltamontes estaba funcionando: sobre las 2 de la madrugada del sábado, se registró el accidente mortal del vecino de Vigo de 36 años. Y también estuvo en marcha la noche anterior, es decir, la del jueves, según aseguraron a Faro de Vigo varios vecinos y asistentes a la actuación de la orquesta Panorama, uno de los platos fuertes de la programación de las fiestas.

La comisión de fiestas de Matamá tampoco aclara dudas al respecto del suceso. El presidente, Cristian González, indicó el lunes que sus miembros lo están pasando “muy mal” y, preguntado ayer por la posibilidad de hablar con él o algún abogado que represente a la entidad, respondió que no puede: “Estoy colaborando con la Policía”.

La oposición también reclama respuestas y va más allá. El portavoz del grupo municipal del PP, Miguel Martín, aseguró que el saltamontes siniestrado “estuvo funcionando de forma irregular días antes en las fiestas de Santa Ana en Beade”. Añade que “no fue hasta el 1 de agosto, una vez terminadas, cuando el Concello advirtió de la falta de documentación al propietario”. Ve “una clara dejación de funciones del gobierno local en la supervisión de la atracción” y critica la falta de explicaciones públicas. Además, pregunta por qué no se precintó.

El portavoz municipal del BNG, Xabier P. Igrexas, registró un escrito para que el Concello le traslade “todos os datos, informacións e documentación en relación aos permisos administrativos que permitiron a instalación da atracción e toda a documentación acreditativa da mesma”. Pide conocer el resultado de las evaluaciones o inspecciones municipales que se hubiesen realizado en el recreativo, así como tener acceso a los informes de las intervenciones de la Policía Local y los bomberos, información también solicitada por Faro de Vigo al Ayuntamiento.

El presidente de la Agrupación de Fiestas de Vigo confirma que “es habitual que las comunicaciones del Concello para autorizar atracciones y demás instalaciones de las fiestas populares lleguen una vez ya empezadas”. Y sucede, según explica a este periódico, ya desde hace años. Es, de hecho, uno de los frentes abiertos de las comisiones con el Ayuntamiento. “El año pasado, cuando llegaron las autorizaciones, ya llevábamos cuatro días de fiestas en Coia”, recuerda Carrera.

Apostilla que “todas las comisiones” de la ciudad –encargadas de comunicar a los feriantes si el Concello les da su visto bueno o no– se quejan de que los permisos municipales llegan tarde a pesar de enviar la documentación “con antelación”. Fuentes del Ayuntamiento alegan lo contrario y añaden que la entidad local espera a última hora para recibir los documentos y no verse obligada a prohibir el uso de las atracciones.

Carrera asegura que “rara vez” los permisos del Concello llegan antes de empezar las fiestas. Es una preocupación que el sector ya trasladó. “El Ayuntamiento, en su momento, me dijo que, en estos supuestos, no deberían comenzar a funcionar las atracciones, pero no es fácil hacer entender a un feriante que no puede facturar mientras no dispone del visto bueno y obligarle a tener la instalación parada”, esgrime. Apunta, en todo caso, que no es normal que haya ocho sin permiso, como en Matamá –desconoce los motivos concretos–.

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