Investigación

La novia del hombre muerto tras el concierto de Karol G vio la agresión a través de la videollamada

La familia de Juan Fernández avanza que interpondrá denuncia y califica el ataque que sufrió a la salida del concierto de Karol G de "violento, brutal y totalmente gratuito"

La agresión se produjo en la acera ante este edificio ubicado a 700 metros del estadio Santiago Bernabéu.

La agresión se produjo en la acera ante este edificio ubicado a 700 metros del estadio Santiago Bernabéu. / EFE

Marta Fontán

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La muerte de Juan Fernández González tras una agresión sufrida a la salida del último de los multitudinarios conciertos de Karol G en Madrid ha causado una conmoción enorme. Afincado en la capital de España al menos desde su época universitaria y trabajador de banca, quienes conocían a este vigués de 41 años subrayan su calidad humana. “Hoy solo cabe decir lo gran persona que eras, tanto como el tamaño que tenías. Hoy solo cabe decir, que sí, te echaremos de menos, muchos días, durante mucho tiempo. Eras una bellísima persona. Que injusta y efímera es la vida!”, escribía una amiga en redes sociales.

Un malentendido a raíz de una videollamada que la víctima hacía a su novia cuando caminaba por la calle fue el desencadenante de que un mallorquín de 33 años le golpease en la cara, tras lo cual se cayó y se golpeó el cráneo contra la acera. La familia del vigués, según informa Europa Press, avanzó que presentará denuncia: lo ocurrido, afirman, no fue fruto de ningún “forcejeo ni pelea”, sino que respondió a un ataque “súper violento, brutal y totalmente gratuito”.

Ocurrió en torno a la una de la madrugada de este miércoles 24 de julio. En la videollamada con su novia, quien ya declaró ante el Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Madrid que se ha hecho cargo de la investigación, Juan giró el móvil para mostrarle el ambiente y los atuendos que vestían los y las fans de la cantante colombiana. Tres mujeres de Granada, una madre y sus dos hijas de 19 y 20 años, se enfadaron porque creyeron que las estaba grabando a ellas en la zona de los glúteos. Él les dijo que no, pidiéndoles en todo caso disculpas y tratando de explicarles lo que en realidad estaba haciendo, pero en ese momento fue cuando entró en escena el presunto agresor, que justo tras los hechos fue detenido, situación en la que continuaba el jueves en dependencias policiales. Este viernes ha sido puesto en libertad.

El detenido: “Sí, he sido yo; le he golpeado pero se ha hecho daño al caer”

El detenido, indicaron en 'Y ahora Sonsoles' de Antena 3, reconoció ante la Policía Municipal ser el autor. “Sí, he sido yo”. “Le he golpeado, pero se ha hecho daño él al caer”, refieren que afirmó en los primeros momentos, en los que también alegó que se intentó “defender” al pensar que iba a “ser agredido”, versión que no coincide con lo que relata el parte policial. “Naturalmente que me arrepiento”, habría dicho ya en el calabozo. Se trata de palabras que habría proferido antes de su declaración oficial ante los agentes, de la que de momento no trascendió ninguna información.

Se cayó ya "inconsciente"

Si bien varias fuentes apuntan que el mallorquín arrestado nada tenía que ver con las mujeres que creían estar siendo grabadas o en todo caso las acababa de conocer esa noche, la agencia Europa Press –que informa de que la novia de la víctima pudo ver lo ocurrido a través de la videollamada ya que la misma permaneció conectada durante la agresión– indica que este individuo se encaró con Juan, preguntándole “por qué graba a su novia y dirigiéndole insultos de diversa índole”, hasta que acabó “propinando un puñetazo” a la víctima, quien perdió el equilibrio y se cayó al suelo, aseguran sus allegados, ya “inconsciente”.

La intensidad del golpe que el agresor dio al vigués es una de las claves de esta investigación policial. Hay versiones contradictorias. En los primeros momentos se habló de un “bofetón”, término que de hecho se recoge en la información oficial proporcionada por la Policía Municipal de Madrid, el primer cuerpo que intervino, pero otras fuentes se refieren al golpe propinado como un “puñetazo”. La víctima era alta y fuerte.

Las cámaras, decisivas

La agresión ocurrió a casi 700 metros del estadio Bernabéu donde fue el concierto, en la calle del Pedro Damián en su confluencia con Alberto Alcócer. Junto al relevante testimonio de la novia de la víctima que estaba por videollamada cuando ocurrió todo y de otros testigos, las cámaras ubicadas en la céntrica zona en donde sucedió todo serán también determinantes para la investigación policial.

El ataque se produjo al lado de un edificio de viviendas, frente al Hotel NH Madrid Eurobuilding y junto a otros negocios que dispondrían de imágenes que podrían ser de ayuda para los agentes, quienes también realizaron una inspección del lugar. El caso está en manos de la Policía Nacional, si bien la detención del presunto atacante la realizó la Policía Municipal, que estaba allí por el dispositivo de tráfico en relación con el concierto.

La pareja ya declaró

Junto a la declaración de la novia del fallecido, también son determinantes los testimonio de las granadinas que se molestaron con el vigués y los de otros viandantes que estaban allí. En ese momento, la calle era un hervidero al coincidir con la salida de los asistentes a la actuación de Karol G.

Un joven que vive en el edificio situado junto al lugar de la agresión contaba ayer en Antena 3 que, cuando llegó, se encontró con la víctima desplomada en el suelo mientras la atendía el Samur. “Mis padres estaban durmiendo y escucharon un golpe”, describió, sin poder concretar si fue el del puñetazo o el de la víctima al caer al suelo. El agresor, dijo, fue detenido “en segundos”.

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La muerte de un vigués de 47 años en 2011 en O Calvario, tras recibir un codazo en la boca que le hizo caer de espaldas y golpearse el cráneo contra el suelo, derivó en una sentencia que impuso dos años de cárcel al agresor por delito de homicidio por imprudencia grave en concurso ideal con un delito de lesiones. En 2009 un joven golpeó con los puños y un paraguas a un indigente de 78 años en la calle Luis Braille también de Vigo. La víctima se cayó, sufriendo debido al impacto contra el asfalto lesiones cerebrales irreversibles que lo mantuvieron en coma hasta que falleció tres meses después. La Audiencia condenó a cuatro años de cárcel al atacante al concluir el jurado popular que fue un homicidio imprudente y no doloso como sostenía el fiscal. Más recientemente, en 2018, un hombre propinó un fuerte puñetazo en la cara a un peregrino alemán en Pontevedra, provocando que perdiese el equilibrio y sufriese un traumatismo craneoencéfalico severo con fractura craneal y hemorragia al impactar con el suelo: la pena fue de un año y medio de prisión, de nuevo por homicidio por imprudencia grave.

Salvando las peculiaridades de cada caso, estos sucesos son muy similares al que acaba de ocurrir a la salida del concierto de Karol G porque en todos ellos las víctimas, tras ser golpeadas en la cara, se cayeron al suelo y se golpearon la cabeza, siendo esto último la causa de la muerte. Es decir, como en Madrid, a la violencia del ataque se unió un componente de fatalidad. En todos los jueces condenaron por el delito de homicidio por imprudencia grave del artículo 142 del Código Penal, que contempla penas de 1 a 4 años de cárcel. Juristas indican sin embargo que para hechos así estaría también el homicidio con dolo eventual, un dolo más leve que el directo. Con una condena mayor que la prevista para el homicidio imprudente, ambas figuras tienen en común que el individuo puede prever la producción del resultado –la muerte–, pero en el dolo eventual se acepta la posibilidad de que éste se produzca, mientras que en la imprudencia se confía en que no sea así.

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