EXCLUSIVA

El último informe para salvar a Daniel Sancho

Dos criminólogos entregan a la Corte de Koh Samui (Tailandia) el análisis final del comportamiento del joven español antes y después de la muerte y descuartizamiento de Edwin Arrieta

Concluyen que no premeditó el crimen, sino que Arrieta murió durante una pelea entre los dos y que Sancho fue "improvisando" el resto de los actos que cometió

Daniel Sancho, junto a parte de las pruebas encontradas por la policía tailandesa.

Daniel Sancho, junto a parte de las pruebas encontradas por la policía tailandesa. / COCONUT SAMUI TV

Luis Rendueles

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La Corte Provincial de Koh Samui (Tailandia) que juzgó a Daniel Sancho por el asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta dio de plazo hasta el 25 de julio para que la defensa y la acusación entregaran sus escritos de conclusión junto con los informes que avalaran sus tesis sobre el caso. La sentencia se hará pública el 29 de agosto y la defensa del joven español ha aportado un informe de dos criminólogos, al que ha tenido acceso el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.

Ese último informe aportado al caso 118/2566, el caso Daniel Sancho, analiza el comportamiento del joven español antes y después de descuartizar a Edwin Arrieta. En ese documento, firmado por Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás, que han analizado el caso desde el momento en que ocurrió, se señalan una serie de indicios que demostrarían que, a su juicio, Sancho no mató de forma premeditada a Arrieta, sino que fue improvisando después de que éste falleciera al darse un golpe durante una pelea que ambos sostuvieron en el bungalow de Koh Pha Ngan.

Una sierra para madera

Así, los criminólogos, entre otros muchos extremos, estudian las compras que Sancho hizo en un supermercado de la isla tailandesa el 1 de agosto, un día antes de la muerte de Arrieta. Concluyen que "el señor Daniel compró una sierra específicamente para cortar madera, dejando en el mismo estante de la tienda Home Mark otras sierras que pueden usarse para cortes más profundos y no específicas de madera. Compra la sierra de madera para lo que necesitaba: cortar cocos por la mitad y usarlos como platos de comida para mostrar en su canal de Youtube".

En el juicio contra él, Sancho admitió que desmembró el cuerpo de Arrieta, pero negó haberlo planeado. Según los expertos que firman el informe, si lo hubiera premeditado, habría comprado otra sierra más eficaz para ese tipo de cortes, de las que había varias a la vista en la misma tienda en la que estuvo.

Dejó su pasaporte

El informe enviado al tribunal tailandés, de 31 folios, recoge otros actos llevados a cabo por Daniel Sancho que, según la policía y las acusaciones contra Sancho, demostrarían que el joven español planeó el asesinato de Arrieta. Los criminólogos tratan de rebatir esas acusaciones punto por punto.

Así, indican que alquiló una motocicleta en Ko Pha Ngan el 31 de julio y que, para ello, "dejó todos sus datos personales, incluyendo nombre, apellido y número de teléfono móvil. Más aun, la persona que lo atendió le dijo que debía dejar su pasaporte original en depósito, lo que hizo sin problemas", se lee en el informe. Los criminólogos explican que "si el señor Daniel hubiera planeado algo, (en alusión a matar a Edwin Arrieta), nunca habría dejado su pasaporte en depósito".

En ese sentido, el peritaje insiste en que cuando hace esas compras, Daniel Sancho "no se protege de las cámaras de seguridad, va a cara descubierta… En ningún momento el señor Daniel adoptó una actitud para ocultar su identidad ante un posible reconocimiento de su identidad en los dos establecimientos donde compró artículos el 1 de agosto". Y apuntan que siguiendo una "dinámica criminal", Sancho debería haber intentado ocultar su rostro, por ejemplo, con gafas de sol, una gorra o simplemente una mascarilla…

Su huella genética

Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás también mencionan expresamente la visita que Sancho hizo al hotel Panviman Resort cuando Arrieta aún no había llegado a Tailandia. "El señor Daniel se dirige al hotel donde el señor Edwin había hecho una reserva previa. El señor Daniel se registra dejando todos sus datos personales en recepción y dejando su huella genética en la habitación. ¿Qué persona que tiene planeado, premeditado (un crimen) realiza estos actos?".

La misma conclusión alcanzan sobre las bolsas de basura que Daniel Sancho compró el 1 de agosto en una tienda de Ko Pha Ngan llamada Big Shop C. La policía tailandesa cree que se trata de una prueba más de que Sancho estaba planeando matar a Arrieta y compró esas bolsas para meter luego las partes del cuerpo de su víctima.

Pero los criminólogos afirman que "no solo utilizó algunas de las bolsas compradas en el BIG C, el señor Daniel también usó otro tipo de bolsas que no tienen nada que ver con las que compró". El informe adjunta varias imágenes en las que se ven otro tipo de bolsas junto a los restos humanos de Arrieta que fueron recuperados por la policía tailandesa.

"La compra de bolsas de basura no puede considerarse como prueba de premeditación del crimen porque, como se ha observado, se utilizaron otro tipo de bolsas o sacos para guardar los restos, lo que apoya la idea de que no hubo premeditación, sí improvisación", concluyen los criminólogos Balfagón y Chippirrás.

El dossier enviado al tribunal aporta también tres imágenes en las que se ven bolsas de cemento y de fertilizante utilizadas para ocultar partes del cuerpo desmembrado de la víctima. Y señala: "No todos los restos (de Arrieta) fueron encontrados en bolsas negras dentro de bolsas verdes".

El kayak

Los criminólogos Balfagón y Chippirrás analizan también en el informe la compra de un kayak que Sancho hizo para adentrarse en el mar y deshacerse de varias partes del cuerpo de la víctima. "El señor Daniel declaró que compró el kayak la noche del 2 de agosto, hacia las nueve, casi cinco horas después del desenlace fatal". Es decir, lo compró después de la muerte de Arrieta. Ello les lleva a concluir que "el señor Daniel no premedita, el señor Daniel improvisa. Casi cinco horas después del fatal desenlace entre el señor Daniel y el señor Edwin, el señor Daniel va a comprar el kayak, es decir, no lo ha preparado ni comprado con antelación".

Edwin Arrieta.

La víctima, Edwin Arrieta. / REDES SOCIALES EDWIN ARRIETA

Sangre en la sábana

El dossier analiza todas las pruebas aportadas por la policía tailandesa para tratar de probar que se trató de un asesinato premeditado. De las 45 muestras recogidas en el lugar del crimen, únicamente tres tienen perfiles genéticos mezclados de la víctima y el acusado. Una es una gota de sangre en la sábana de la cama del bungalow y otra es en la parte exterior de un guante.

Respecto a la tercera, el supuesto cuchillo utilizado para apuñalar a Arrieta, el informe lo rebate. Existe allí mezclado ADN de otra persona, el cuchillo no estaba en el lugar del crimen y, además, los investigadores han caído en contradicciones durante el juicio.

La propia fiscalía no pudo determinar si había sido utilizado en el crimen: "Hay una contradicción entre el número de agujeros en la camiseta negra (de Arrieta) entre los análisis realizados por el centro forense 8, que observó dos agujeros, y el centro forense 10, que observó cinco agujeros. Esta contradicción se extiende también al número de agujeros presentados por la policía de Ko Pha Ngan en la conferencia de prensa de 15 de agosto de 2023, donde solo se mencionó un agujero".

Una pelea

El informe trata de inclinar la balanza en la principal decisión que tendrá que tomar el tribunal de Koh Samui. Daniel Sancho ya reconoció en la vista oral que desmembró el cuerpo de Arrieta y se deshizo de él en varios sacos y bolsas, algunas arrojadas al mar, otras a los cubos de basura cercanos al bungalow donde ocurrió todo.

La clave será si el tribunal dictamina que todo fue planeado o que, como sostiene Sancho, se produjo una pelea entre los dos en la que Arrieta murió de forma accidental y él entró en estado de shock, un estado disociativo en el que fue improvisando lo que hacía con el cadáver.

La diferencia entre una y otra acusación puede ser la misma que la que existe entre la absolución, una condena de tres años de cárcel, la cadena perpetua o incluso la pena de muerte.