Continuará en prisión

El Rambo de Requena logra aplazar un año el juicio contra él tras atacar a mordiscos a dos guardias civiles

Pedro Lozano Jiménez, de 32 años, iba a ser trasladado a la Ciudad de la Justicia para ser juzgado por los asaltos a vecinos de La Plana de Utiel-Requena a principios de 2020

El Rambo de Requena, a su llegada a la Audiencia de Teruel, durante el juicio por intentar matar a los dos guardias civiles.

El Rambo de Requena, a su llegada a la Audiencia de Teruel, durante el juicio por intentar matar a los dos guardias civiles. / / EFE

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Un nuevo aplazamiento del juicio. Eso es lo que ha conseguido el conocido como Rambo de Requena, Pedro Lozano Jiménez, en prisión desde junio de 2020 después de ser detenido como autor de una oleada de asaltos violentos en entornos rurales de la Plana de Utiel-Requena, tras herir ayer de gravedad, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV, a dos agentes de la Guardia Civil que estaban recogiéndolo en el centro penitenciario de Picassent para llevarlo a la Ciudad de la Justicia de València, donde iba a ser juzgado precisamente por los asaltos a vecinos de la Plana de Utiel-Requena cometidos entre enero y marzo de 2020, y por los que la Fiscalía le pide 21 años de cárcel.

De momento, con su acción de ayer, ha conseguido que ese juicio se aplace un año, hasta junio de 2025, según han confirmado fuentes jurídicas. De todas maneras, el agresor continuará en prisión donde ya cumple la condena de 27 años impuesta por intentar matar a dos guardias civiles en Teruel en junio de 2020. 

El interno llevaba una semana en la prisión valenciana, tras ser trasladado desde la de Zuera (Zaragoza), para poder asistir al juicio previsto para ayer en un Juzgado de lo Penal de València. El ataque se produjo a las 7.30 horas, cuando agentes del servicio de conducciones de la Guardia Civil iban a subirlo al autobús que lleva y trae diariamente a los presos a la Ciudad de la Justicia. Lozano Jiménez atacó directamente a los guardias civiles, sin mediar palabra. De manera sorpresiva, se zafó de los funcionarios y embistió a dentelladas a los agentes, lanzándoles los mordiscos directamente al cuello.

¿Nueva acusación de homicidio?

Pedro Lozano ha venido demostrando una especial inquina contra la Guardia Civil. De hecho, los 27 años de condena que cumple actualmente son precisamente por el intento de asesinato de dos guardias civiles en Teruel.

Tras la brutal agresión de este martes, el interno ha sido detenido formalmente y ahora será acusado probablemente de homicidio en tentativa, por la forma y el punto donde atacó a los agentes, con intenciones homicidas. Como consecuencia del ataque, el juicio tuvo que ser suspendido y el interno fue devuelto al interior de la prisión valenciana

Las fuentes consultadas han explicado que ambos agentes han sufrido heridas de importancia no solo en el cuello, sino también en otros puntos del cuerpo. Uno de ellos sufrió pérdida de masa muscular por arrancamiento en uno de los antebrazos, el que utilizó para sujetar al preso mientras le mordía. Ese agente tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia, según fuentes oficiales.

La intervención de los dos funcionarios de Prisiones que entregaban el preso a los agentes fue providencial para reducir al interno, con ayuda también de los guardias heridos. Los cuatro tuvieron que emplearse a fondo para poder inmovilizarlo, ya que Lozano estaba "como enloquecido".

"Ha intentado matarlos"

Testigos de los hechos describieron que el recluso estaba "muy tranquilo" y que, en cuanto vio a los guardias, se abalanzó sobre ellos a dentelladas, buscando su cuello con la intención de atacarles en la yugular, es decir, con la intención de acabar con sus vidas. "Ha intentado matarlos, iba a por ellos", han explicado fuentes conocedoras de los hechos.

En el juicio previsto para ayer, el ‘Rambo de Requena’ se iba a enfrentar a una condena de 21 años de prisión por cuatro delitos de robo con violencia e intimidación, un robo con fuerza en casa habitada en grado de tentativa y un delito de tenencia de arma prohibida (por la escopeta que usó en algunos de los asaltos), así como una multa de 1.800 euros por un delito leve de usurpación de vivienda. Hasta ese momento no había cometido delito alguno del que se tenga conocimiento y los que lo conocen lo describen como una persona apocada y que nunca antes había mostrado indicios de violencia.

Pedro Lozano Jiménez, de 32 años actualmente, entró en una espiral de violencia a partir del 28 de febrero de 2020, que terminó con su detención el 8 de junio de ese año tras un amplio despliegue policial por la provincia de Teruel, donde acabó refugiándose tras huir de Requena. La Guardia Civil logró abatirlo de un disparo horas después de que tiroteara a dos agentes en la localidad turolense de Muniesa, uno de los cuales sufrió heridas graves.

Ahora, a la condena de 27 años de prisión impuesta en Teruel, que ha sido confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, primero, y por el Tribunal Supremo, después, se le suma no solo la que previsiblemente se le impondrá por los asaltos de Requena, sino también la que derivará del salvaje ataque a los guardias civiles de este martes.