Tribunales

Un juez investiga a un empresario de Vigo por el sinfín de estafas en la venta online

La "macrocausa" contra Rubén M.O. se abre a instancia de la Fiscalía, que solicita que se acumulen en la misma todas las denuncias que hay en su contra por "ciberfraudes"

El empresario investigado por estafas, Ruben M.O., ayer en el juicio por presunto fraude fiscal.

El empresario investigado por estafas, Ruben M.O., ayer en el juicio por presunto fraude fiscal. / ALBA VILLAR

Marta Fontán

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“He comprado una isla congelador por valor de unos 1250 [euros]. Me ha llegado correo de que está todo en trámite, pero hace dos semanas que no sé nada, no me contesta al WhatsApp como lo hacían el primer día, no me contestan los emails, no sé dónde llamar, no cogen nada. Sencillamente se los ha tragado la tierra. He visto este foro y me he cagado encima. No sé qué hacer, cómo es posible que estas webs sigan activas a día de hoy y tanto tiempo y que no las tumben la Policía. Yo me confié porque no había nada raro y por el tiempo de antigüedad que tenían. No miré estos foros hasta hoy. Estoy destrozado. Estoy fatal de dinero en mi negocio y encima me encuentro con esto. Tendré que gastar el doble ahora y comprar este congelador que tanto necesito por otro lado. Llevo más de un mes detrás de ellos para que me devuelvan el dinero o me manden lo que les pedí. Mucho cuidado, no comprar nada aquí”.

Con fecha del pasado 28 de diciembre de 2023, este es solo uno de los numerosos comentarios existentes en distintos foros de internet describiendo estafas que se atribuyen a una única persona: al empresario Rubén M.O. Con una red de más de una veintena de sociedades, muchas de las cuales están activas, el sinfín de denuncias presentadas en su contra por presuntos fraudes en la venta online de todo tipo de productos ha llevado a que, previa querella de la Fiscalía, el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo haya abierto un procedimiento contra este hombre que centralizará las decenas y decenas de denuncias existentes y que se sigue por la presunta comisión de un delito continuado de estafa.

Las denuncias que han dado lugar a la apertura de esta “macrocausa” fueron formalizadas por personas que adquirieron productos en páginas web cuyo administrador es el investigado. Con la excepción de tres de sus empresas que constan radicadas en León, todas las demás tienen su sede en la provincia de Pontevedra y concretamente en distintas direcciones de Vigo. La venta de suministros industriales, electrodomésticos, productos electrónicos, telefonía, productos de aire acondicionado, de peluquería o prendas de vestir es lo que consta en el objeto social de algunas de estas sociedades.

Mecánica

La mecánica de los fraudes que se atribuyen a Rubén M. O. no tiene demasiado misterio. Los clientes que se interesaban por productos de sus páginas web una vez abonaban el dinero “no recibían el producto o recibían otro de calidad inferior”, concretan fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG). En relación con el procedimiento que ahora está en plena investigación judicial, el Ministerio Fiscal ha solicitado al magistrado que acumule todas las denuncias existentes contra este empresario y las tramite de forma conjunta, por lo que habrá de requerir al resto de juzgados instructores la inhibición.

A mayores de los procedimientos que se siguen por estafa, existe también, en este caso en los juzgados de Tui, una denuncia contra este mismo hombre por presunto delito contra la propiedad industrial, por la venta de productos sin consentimiento y a un precio inferior al real. La acusación pública también ha pedido que se acumulen e investiguen estos hechos. “El juzgado está realizando los trámites oportunos para ejecutar lo propuesto por la Fiscalía”, resumen las fuentes oficiales consultadas.

La desesperación de los compradores que durante los últimos años se vieron afectados es palpable en los foros donde compartieron su mala experiencia comercial en las webs de este empresario. Llegaron a crear un grupo de WhatsApp y compartieron el nombre de las páginas en internet vinculadas al investigado para alertar a otros internautas.

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El fiscal le acusa de eludir el pago a Hacienda de 563.000 euros de ese impuesto especial: simuló vendérselos a una empresa lusa que ya no existía

Coyma Industrial de Hostelería S.L. , que tenía por objeto social el comercio al por mayor de maquinaria industrial y de hostelería, es una de las empresas vinculadas a Rubén M.O. Creada en 2008, desde 2011 él pasó a ser administrador único. Con domicilio social en la avenida de Castrelos, en Vigo, a día de hoy no existe, ya que fue liquidada y disuelta. En relación con esta sociedad este empresario se sentó ayer en el banquillo acusado de dos delitos contra la Hacienda Pública, concretamente de defraudar 563.577 euros en el impuesto de gases fluorados de efecto invernadero, hechos por los que afronta seis años y cuatro meses de prisión. El celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo es el primer juicio en la ciudad olívica por fraude con este concreto tipo de impuesto.

Los hechos se remontan a los ejercicios fiscales de 2016 y 2017. El acusado supuestamente elaboró facturas falsas para simular la venta a una firma portuguesa de casi 13.000 kilos de gases fluorados: una de las exenciones contempladas en este impuesto es la venta a empresarios que usen dichos gases fuera de España. Rubén M.O. alegó que tiene distintas empresas, que todo lo relacionado con la gestión tributaria lo lleva una asesoría externa y que en vía administrativa Hacienda no le dio la oportunidad de regularizar su situación. Y que a esa empresa lusa, insistió, se le pagó “en efectivo”, motivo por el que no hay justificantes de la venta. La defensa pidió la absolución, pero para el fiscal el fraude está acreditado. Los técnicos de Hacienda que declararon en el juicio señalaron que existen “indicios abrumadores” del delito. Uno de los más claros, dijeron, que la empresa lusa a la que dijo vender los gases ya estaba cerrada y disuelta desde hacía años, desde 2011. Aportó además datos de un camión, el que supuestamente había hecho el transporte, que no fue matriculado hasta tiempo después, en 2019.

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