Sucesos

El joven de Badalona apuñalado en Tenerife: "No sentía dolor, sino que me quedaba sin batería"

Carlos Redondo, bailador profesional de bachata, relata cómo vivió su apuñalamiento en la autopista

Secuestra a su expareja y apuñala varias veces a su amigo de Badalona en plena autopista de Tenerife

Foto de Carlos Redondo, Raúl Santamaría y Ángela

Foto de Carlos Redondo, Raúl Santamaría y Ángela / E.D.

Pedro Fumero

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Carlos Redondo, el bailador profesional de bachata que en la madrugada del pasado 24 de diciembre fue apuñalado por la expareja de su amiga tinerfeñaafirma que en los momentos posteriores al ataque «no sentía dolor, la sensación era que me quedaba sin batería, que me estaba yendo».

Después del episodio traumático vivido en la autopista del sur, Redondo, un joven badalonés de 27 años, vive con optimismo cada momento, se encuentra «bastante bien» para lo que ha padecido y considera que debe disfrutar de cada momento en esta «segunda oportunidad» que ha tenido para vivir.

Este hombre catalán conoció a una chica tinerfeña de 21 años en un evento de baile que se celebró en Barcelona semanas antes del suceso. Ella también es aficionada a la salsa y la bachata, aunque no vive de ello. El hecho de que conociera a esta mujer, que tuviera otros amigos en Tenerife y el buen clima que suele hacer en Navidad en Canarias, le animó a venir a la Isla unos días. Aclara que «no somos novios, ni nada».

El último día antes de regresar a Cataluña, el 23 de diciembre, se celebraba una fiesta de música latina en una conocida discoteca de Costa Adeje entre las seis de la tarde y las doce de la noche.

Carlos y sus amigos estuvieron en un reservado del local. La joven llegó más tarde y la notó distante. Ella les explicó que su expareja, un joven de 26 años, natural de la República Dominicana, también estaba en la fiesta.

Cruce en el local

Redondo aseguró que, mientras estuvieron en el establecimiento, no hubo contacto visual directo entre él y el exnovio de la chica. Pero, al ir al baño, sí pudo verlo al pasar junto a él en varias ocasiones.

Según señala la víctima, «me cuentan que fue ahí cuando empieza a maquinarlo todo, al sufrir un posible ataque de celos y no saber gestionar esa situación».

En un determinado momento, supuestamente salió del establecimiento y buscó en un aparcamiento cercano el coche de su joven expareja tinerfeña, un Volkswagen Polo de color blanco. Para saber en todo momento dónde se hallaba la chica y tenerla controlada, el individuo colocó un teléfono móvil Iphone en la tapa del depósito de la gasolina.

Carlos y su amiga tinerfeña se fueron en el coche de otra joven a bailar a un segundo local situado también en el sur de Tenerife. A las 3:30 horas, Redondo y la joven cogen un taxi y se dirigen al aparcamiento en el que ella dejó estacionado su automóvil.

Y, con el bailador profesional al volante, ambos se dirigieron a Santa Cruz de Tenerife por la autopista. A la altura del kilómetro 30 de la TF-1, Carlos observó que un coche le adelantó a toda velocidad, se le puso justo delante y le obligó a frenar de manera brusca. La maniobra fue tan temeraria que, incluso, entre ambos turismos hubo una pequeña colisión.

Supuestamente, el ahora acusado de homicidio en grado de tentativa, amenazas, lesiones y retención ilegal es el usuario real de dicho coche, aunque supuestamente figura a nombre de otro varón. Además, el presunto autor del apuñalamiento carece de carné de conducir.

Cuando el joven dominicano se bajó del turismo, la chica aseguró: «¡es mi ex!». Redondo admite que bajó la ventanilla porque pensó que iba a hablar. Sin embargo, el individuo, sin mediar palabra, le asestó varias puñaladas. Y después obligó a la otra víctima a irse con él. Según Redondo, a mitad de camino hacia su coche, se dio la vuelta, regresó hacia él, le pegó la última puñalada a la altura del corazón, le quitó las llaves del Polo y le bloqueó el volante. El acusado es un individuo de complexión normal y estatura media.

La primera ayuda

A continuación, recuerda que el subinspector de la Policía Nacional Raúl Santamaría le empezó a taponar las heridas sangrantes «e intentó que estuviera despierto varias veces». «Raúl y su esposa Ángela hicieron una labor increíble», comenta. Aclara Carlos Redondo que en esos momentos «no sentía dolor, la sensación era que me quedaba sin batería, que me estaba yendo».

El mando policial consiguió despertarlo varias veces. Entre otras cosas, logró que la víctima de la agresión con arma blanca le dijera su nombre y que el autor fue la expareja de su amiga.

Con posterioridad, los guardias civiles le mostraron una fotografía y Redondo confirmó que la persona que aparecía en la imagen era quien lo había acuchillado minutos antes. El afectado indicó que a Urgencias del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc) llegó en parada cardiorrespiratoria, «en estado muy grave».

Además de tener que hacerle un corte que va casi desde el cuello hasta la ingle, el personal sanitario tuvo que seccionarle el esternón para poder intervenirlo de manera adecuada. Fue sometido a «una operación a corazón abierto para acceder a los lugares de donde salía sangre».

De Redondo sorprende su gran positividad y optimismo. «No tengo otra opción», matiza. «Mi destino era morir desangrado en la autopista; por eso cualquier cosa que viva a partir de ahora la recibiré con los brazos abiertos, pues tengo la suerte de tener una segunda oportunidad de vivir».

Agradecimiento

Tiene palabras de infinito agradecimiento para sus «ángeles de la guardia», en referencia al subinspector Raúl Santamaría y su esposa. Y también resalta la gran labor desarrollada por el personal sanitario que lo atendió en un momento crítico en el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc).

Nació un 2 de febrero, día de Nuestra Señora de La Candelaria, le pararon la hemorragia a pocos kilómetros de la Basílica y le terminaron de salvar la vida en un centro hospitalario que lleva ese nombre. Tras recuperarse, Carlos decidió visitar a la Patrona de Canarias para agradecerle que pudiera sobrevivir a una agresión tan brutal.

Además de la cicatriz física, el personal médico le aseguró que, a partir de ahora, le quedan meses de reposo para terminar de recuperarse de forma plena. Sin embargo, todo indica que no va a tener secuelas en órganos vitales y que podrá volver a hacer deporte y bailar con plena tranquilidad.