Segunda denuncia

Condenado a 3 años de prisión por abusar de su cuñada de 11 años mientras dormía en Girona

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Mossos archivo

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La Audiència de Girona ha condenado a 3 años de prisión al acusado de abusar sexualmente de la cuñada de 11 años mientras dormía en Anglès (Selva) la noche del 23 de octubre del 2020. Era el segundo juicio por delitos sexuales del procesado. En el primero, la Audiencia lo absolvió de haber violado a una adolescente volviendo de fiesta en 2017 por falta de pruebas.

La sentencia considera haber probado que el joven entró en la habitación donde dormía la víctima y le hizo tocamientos aprovechando que estaba dormida. Cuando la menor se despertó, lo vio junto a la cama con los pantalones bajados y corrió inmediatamente al comedor para alertar su madre.

El procesado era pareja de la hermana la víctima y "solía convivir" con ella, la menor de 11 años y la madre de las dos en un domicilio de Anglès.

Hacia las once y media de la noche del 23 de octubre del 2020, y después de volver de estar con unos amigos a un bar, el procesado entró en la habitación donde dormía la pequeña. "Aprovechando que estaba dormida, se tumbó junto a ella a la cama y, con ánimo de satisfacer sus deseos libidinosos, le bajó los pantalones del pijama y le empezó a tocar los genitales con una mano", concluye el tribunal.

Una "discusión violenta"

La pequeña se despertó cuando notó "molestias" en la zona genital: "Se encontró el acusado de rodillas a los pies de la cama, cosa que asustó la niña, que salió corriendo de la habitación y fue al comedor donde estaba su madre". Al explicarle a la madre lo que había pasado, la mujer lo echó de casa. Él, pero, esperó alrededor del inmueble la llegada de su pareja.

Cuando la chica llegó, tuvieron una "discusión violenta" por lo que había pasado y expulsaron " definitivamente" al acusado del domicilio. En el juicio, el procesado negó los hechos y aseguró que, después de estar al bar, volvió antes a casa a dormir porque el día siguiente trabajaba y se tenía que levantar pronto. Según su versión, se despertó cuando su suegra, gritando, le dijo que marchara de casa.

La Audiencia no se cree su relato exculpatorio y remarca que hay pruebas que acreditan los abusos, como por ejemplo la "reacción inmediata" de la niña yendo a avisar su madre y la declaración de la mujer, que explicó en la sala de vistas que la menor tenía un "impacto emocional notable" cuando salió corriendo de la habitación. Además, el tribunal también tiene en cuenta que, según los testigos, las sábanas de la habitación del procesado estaban "intactas", y esto descarta que estuviera durmiendo antes de que la niña explicara los hechos.

"Si bien los tocamientos no dejaron evidencias físicas ni lesiones, sí que cuentan con unos elementos de corroboración como son la existencia de afecciones psíquicas en la menor provocados por los hechos denunciados", expone la sentencia. La sección cuarta recoge que, como consecuencia de los abusos, la niña ha tenido que recibir tratamiento psicológico y tiene síntomas compatibles con estrés postraumático.

Por eso, la Audiencia le impone 3 años de prisión y 6 de libertad vigilada a Ali Laghrissi como autor de un delito de abuso sexual a menor de 16 años. No se podrá acercar ni comunicarse con la víctima durante 6 años y la tendrá que indemnizar con 7.950 euros por el daño moral.

Absuelto hace pocos meses

No es el primer juicio por delitos sexuales al cual se ha enfrentado el acusado. El noviembre pasado, la sección tercera de la Audiencia lo absolvió de violar una adolescente volviendo de fiesta a Anglès el 2017. La fiscalía solicitaba entonces una condena de 13 años de prisión.

La causa giraba alrededor de dos versiones totalmente opuestas. La del procesado, que negó los hechos, y la de la menor, que entonces tenía 14 años, y que en el juicio declaró que la había violado de madrugada en una zona próxima al instituto.

La sentencia absolvió al acusado porque el "déficit probatorio" del caso era tan "notorio" que no permitía hacer decaer la presunción de inocencia. Además, la víctima tardó tres años en denunciarlo, cosa que dificultaba obtener pruebas. El tribunal lamentó que no se citaran testigos, ni se hubieran aportado informes psicológicos o conversaciones de Whatsapp que podrían haber avalado la versión de la adolescente.