Crisis en el cuerpo de emergencias
El fabricante también avisa a los Bombers de que usan equipos de aire peligrosos
El mal estado de los equipos de respiración lleva años comprometiendo la seguridad y la salud de los bomberos
La Conselleria de Interior se harta de la gestión del asunto y encargará el mantenimiento a una empresa externa
Guillem Sánchez
Redactor
Periodista de sucesos. Antes trabajé como redactor de sociedad en la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Profesor asociado en la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna.
Libros Publicados: 'El Estafador' (Editorial Península) y 'Crónica del Caso Maristas' (Ediciones B).
J. G. Albalat
Redactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Colaborador de publicaciones jurídicas. Profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
Por falta de inversión o por mala gestión interna. O por ambas cosas combinadas durante años. Pero el mal estado de los Equipos de Respiración Autónoma (ERA) de los Bombers de la Generalitat compromete seriamente la integridad de los trabajadores del cuerpo de emergencias, tanto de los funcionarios profesionales como de los voluntarios, tal como ya avanzó EL PERIÓDICO. Este viernes se han reunido para tratar el asunto la cúpula de los Bombers, los sindicatos y Joan Delort, director general de Prevenció i Extinció d'Incendis i Salvaments (DGPEIS), y este último ha informado al resto de que la gestión de los equipos dejará de estar en manos de los jefes del cuerpo de emergencias y será externalizada. También ha remarcado que, de momento, no se paraliza el uso de los ERA, tal como solicitan los sindicatos UGT, CCOO, CSIF y CATAC, porque ello implicaría detener el servicio asistencial.
Al cúmulo de despropósitos que sombrean el mantenimiento de un instrumento de trabajo tan delicado como el que usan los bomberos para poder respirar ahora debe añadirse el informe que ha enviado Dräger, el principal fabricante con el que operan. El documento es demoledor: avisa de que los bomberos están usando algunos equipos obsoletos y también advierte de que se ha detectado en las botellas "aire" que no cumple con la calidad acordada "para uso respiratorio" y que ello "perjudica de forma clara e irremediable el buen funcionamiento" de dichos equipos y también "la salud del usuario". El informe recuerda además que en 2020 ya se avisó a la cúpula de los Bombers de que "los valores del aire se encontraban fuera de la normativa". No consta que esa información activase alarma alguna.
Un bombero muerto con un equipo de aire anticuado
Hasta el mes de septiembre de 2021, en numerosos parques tanto profesionales como voluntarios de Catalunya, aún se trabajaba con equipos que no contaban con el llamado 'dispositivo de hombre muerto', un detector que alerta en caso de que el bombero se quede inmóvil. Estos equipos sin chivato se retiraron en septiembre porque tres meses antes, en junio, había muerto un bombero en un incendio declarado en un taller de coches en Vilanova i la Geltrú que había usado en el fatídico siniestro un ERA que no disponía del citado dispositivo Bodyguard. La Conselleria d'Interior compró de urgencia un lote de nuevos equipos que llegaron en septiembre y que permitieron 'jubilar' unas 400 unidades que no tenían Bodyguard. Los problemas no terminaron ahí. En realidad, apenas habían comenzado.
En julio se detectó por primera vez una avería en los equipos de respiración que, nueve meses después, sigue sin resolverse. La descubrió un bombero también de Vilanova i la Geltrú. Redactó un incidente explicando que el manómetro de su equipo se había congelado. El manómetro es el instrumento que informa al bombero del ritmo de consumo de aire y que se congele es peligroso porque se bloquea y ‘engaña’ al usuario, que cree que todavía dispone de tiempo para seguir trabajando en un servicio y puede verse sorprendido fatalmente por un final repentino del aire disponible en su botella.
La misma avería en el manómetro se detectó en el equipo de otro parque en agosto. Y partir de entonces, se observó también en más equipos de otros parques y regiones en los meses posteriores. La Direcció General de Prevenció, Extinció d’Incendis i Salvaments (DGPEIS) resolvió a finales de otoño retirar 170 unidades del fabricante MSA. Actuó así porque existía la sospecha de que se congelaban los manómetros únicamente de este modelo, de reciente adquisición. Pero en diciembre, se comprobó que los manómetros de los equipos del otro fabricante de equipos de respiración que usan los Bombers, Dräger, también se congelaban. Tal como reveló EL PERIÓDICO, los jefes de los Bombers supieron en diciembre de 2021 que se bloqueaban tanto los manómetros de los MSA como de los Dräger y que, en consecuencia, se trataba de una problemática generalizada que ponía en riesgo la integridad de los bomberos. Pero nadie informó de ese peligro hasta el 31 de enero, cuando la cúpula admitió a los sindicatos en una reunión que esa avería podía reproducirse en cualquier modelo de los ERA. A los bomberos voluntarios –hay más de 1.500 en todo Catalunya– nunca les informaron oficialmente. Supieron de la avería por la información que publicó este diario.
Riesgo de asfixia
La DGPEIS envió a la sede de Madrid de la empresa Dräger el 17 de enero de 2022 dos equipos en los que se había detectado la congelación de manómetro. Se trataba de dos equipos que se corresponden con modelos distintos de Dräger porque fueron adquiridos por parte del cuerpo en épocas también distintas. Ha sido al examinar ambas unidades que el fabricante ha emitido el informe que se ha convertido en el enésimo problema de los ERA.
El documento recomienda a la Conselleria la retirada de todos los equipos del modelo más antiguo de los dos (PSS 90) porque se encuentra "en estado de obsolescencia" y porque presenta un deterioro generalizado que se ha constatado al desmontarlo. Y, sobre el modelo más nuevo (PS 5/7000), la empresa insta a la Conselleria a retirar del servicio activo todos los equipos en los que se haya detectado la avería –por congelación del manómetro–. El estado que presentan "puede afectar a la salud del usuario e incluso al cabo de pocos minutos de funcionamiento generar un corte de suministro con riesgo de asfixia".
Aire dañino
El examen practicado por Dräger añade que en las botellas hay presencia de agua y sospecha que tal vez esa humedad la haya introducido el compresor. Por eso aconseja ordenar una "limpieza exhaustiva de las botellas y de los compresores" para asegurar que la calidad del aire que respiran los bomberos cumple con la normativa.
La Conselleria se encuentra actualmente en fase revisión de los compresores. Pero no cuadra que ese sea el problema porque en los equipos que usan los Bombers de Barcelona, un cuerpo que usa uno de sus compresores, no se ha detectado esta avería. Y como tampoco se ha documentado adecuadamente dónde se ha cargado cada equipo, tampoco resulta posible saber ahora de dónde procede el aire de mala calidad detectado por Dräger. En el fondo ese es el problema: el descontrol. El mismo que impide conocer cuántos de los equipos que el fabricante acaba de decir que son peligrosos por obsoletos siguen en los parques.
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