Crecidas provocadas para
salvar el Delta

La apertura de compuertas de pantanos moverá sedimentos al tramo bajo del Ebro

Crecidas
provocadas
para
salvar
el Delta

La apertura de compuertas
de pantanos moverá
sedimentos al tramo
bajo del Ebro

Por Guillem Costa

Uno de los principales problemas del delta del Ebro es la falta de sedimentos. Durante los últimos cincuenta años, el delta apenas ha recibido aportaciones de sólidos trasladados por el caudal del río.

Desde que se construyeron las presas de Mequinenza, Riba-roja y Flix, gran parte de los sedimentos se han acumulado en estos tres embalses. Esto ha favorecido la regresión del Delta y del tramo bajo del Ebro.

¿Es viable sacar estos limos y arenas de los pantanos y hacer que regresen al cauce del río? El Gobierno se ha propuesto lograrlo a través de un plan que apenas ha empezado a ejecutarse y que durará años.

El objetivo del proyecto, que lidera la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), es recuperar el "río chocolate". En otras palabras, que el Ebro vuelva a bajar de color marrón, chocolate, cuando llueve.

Esta turbidez equivale a riqueza para el ecosistema. Puesto que el río no va cargado de porquería, sino de estos imprescindibles sedimentos. ¿Pero es realista volver a ver de forma constante este río chocolate, después de tantos años de pantanos?

¿CÓMO SON LOS SEDIMENTOS DEL EBRO?

En general, se trata de sedimentos más bien finos. Sobre todo, son arenas y limos que se han acumulado en los tramos previos a las presas y que ahora, deberán volver al curso del río.

Aquí están amontonados los sedimentos que llevan décadas sin circular por el río.

Embalse de Mequinenza

160 hm3 de sedimentos acumulados

Embalse de Riba-roja

20 hm3 de sedimentos acumulados

Embalse de Flix

No se sabe al detalle la cantidad de sedimentos acumulada, pero es menor.

DOS LÍNEAS DE TRABAJO

Desde 2020, para recuperar los sedimentos, la CHE tiene sobre la mesa varias posibilidades que se deberán combinar. Los pasos a seguir se basan, en gran parte, en un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid sobre el tránsito sedimentario en el Ebro.

"Nos enfrentamos a un reto muy complicado desde el punto de vista técnico", asegura Miguel Ángel García Vera, jefe de planificación de la CHE. "Vamos sin prisa pero sin pausa y confiamos en que las pruebas piloto se consoliden y se conviertan en la línea de trabajo cotidiana", añade en conversación con este diario. 

1. Transporte mecánico de sedimentos

El primer método se puso en práctica a finales de 2023 (en forma de prueba piloto). Consistió en utilizar maquinaria pesada para sacar fangos y limos del tramo de río anterior al pantano Riba-roja y trasladarlos cerca de la presa.

Localizar zonas con más sedimentos
Preparar dispositivo de extracción

🟥 Se retira el sedimento del fondo, con excavadoras hidráulicas o dragando con bombas de succión.

🟨 Traslado
Se vierten estos sedimentos más abajo, en la zona más caudalosa para que lleguen al Ebro.

Tras la operación, se lograron mover unos 2.000 metros cúbicos de sedimentos. Ahora, según ha podido saber EL PERIÓDICO, los próximos pasos serán repetir este procedimiento en la desembocadura del Matarraña y en la desembocadura del río Siurana.

La idea es repetir lo que se ha hecho con el tramo final del Segre y lograr que los sedimentos acumulados en el río circulen y se acerquen a la presa. "Los tres embalses tienen muy poca pendiente, por lo tanto, gran parte de los sedimentos se quedan en la cola y es esencial trasladarlos", afirma García Vera.

2. CRECIDAS PROVOCADAS

"Movilizar los sedimentos de forma artificial tiene grandes costes técnicos y económicos", advierte el experto de la CHE. "Jugar con la naturaleza y provocar una crecida natural controlada, en cambio, puede ser clave para mover sedimentos", señala.

A principios de este año, se realizó una de estas crecidas. Si el estado de los embalses lo permite se repetirá. El plan es abrir las compuertas cuando los pantanos estén llenos y permitir que el río baje con fuerza.

Siempre de forma controlada, se inundan los márgenes y se arrastran sedimentos del embalse y también del río.

"La avenida moviliza arenas y limos en suspensión y el color chocolate aparece", explica García Vera. "Este es uno de los principales caminos a seguir", sostiene. Lo ideal sería haber trasladado previamente sedimentos de la cola del embalse hasta la presa.

Después de un año con el caudal bajo, al provocar la crecida, se calcula que se arrastraron 30.000 toneladas de sedimentos hacia el río. "Los valores de turbidez fueron elevados y la potencia del agua removía los sedimentos del fondo y los márgenes", apunta.

Llegada de sedimentos al Delta del Ebro en abril de este año. Imagen de satélite de Copernicus.

Llegada de sedimentos al Delta del Ebro en abril de este año. Imagen de satélite de Copernicus.

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Movilización de sedimentos en Mequinenza. Foto: ACN

Movilización de sedimentos en Mequinenza. Foto: ACN

Suelta de agua, en una crecida controlada. Foto: Jaume Sellart, EFE

Suelta de agua, en una crecida controlada. Foto: Jaume Sellart, EFE

Suelta de agua, en una crecida controlada. Foto: Jaume Sellart, EFE

Suelta de agua, en una crecida controlada. Foto: Jaume Sellart, EFE

Sedimentos en Mequinenza. Foto: Miteco

Sedimentos en Mequinenza. Foto: Miteco

El Ebro, turbio, en su paso por el puente de la Almozara, en Zaragoza, antes de los embalses.

El Ebro, turbio, en su paso por el puente de la Almozara, en Zaragoza, antes de los embalses.

UN PROCESO LARGO
Y COMPLEJO

La CHE avisa de que hasta la fecha se ha conseguido mover una proporción mínima de sedimentos. No obstante, aseguran que se trabaja lentamente pero sin descanso: "No sabemos dónde llegaremos, pero tenemos la intención de seguir avanzando".

Desde la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) consideran que las pruebas piloto están bien, pero que se debería acelerar el proceso. "Ya tenemos suficientes datos sobre las crecidas controladas", defiende Susana Abella, portavoz.

No rechazan el proyecto de la CHE, pero consideran que no se puede perder más tiempo. "Sabemos que es algo complejo, pero ya disponemos de varios datos. Ahora toca avanzar con la movilización de sedimentos e ir más deprisa, porque al delta casi no le queda tiempo", zanja.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Guillem Carreras
Infografias: Alex R. Fischer
Coordinación: Rafa Julve