La presión estética aprieta el acelerador

La presión
estética
aprieta el acelerador

Por Leticia Blanco y Núria Marrón

La exigencia de los nuevos cánones y la viralidad de las redes han escalado la presión estética hasta cotas inauditas y la han convertido en un acuciante problema social con graves consecuencias para la salud física y mental de las mujeres. Ocho de cada 10 adolescentes rechaza su cuerpo.

Bastan 10 minutos para que el TikTok de una niña de 12 años se convierta en un loro distópico que dispara trucos para tener un pelazo liso y brillante; ejercicios con los que esculpir un abdomen de acero, y rutinas de belleza que, antes de ir al instituto, recomiendan aplicarse jabón, tónico, sérum, hidratante, crema solar, base de maquillaje, corrector de ojeras, contorno de facciones, polvos, iluminador, rímel, colorete, 'gloss', fijador de cejas y una especie de laca que sirve para que todo ese conglomerado no se mueva.

Esta nueva y desatada presión estética, sin embargo, no solo se impone en una generación de adolescentes que han crecido chequeando las presuntas imperfecciones de su cuerpo. Tras una década marcada por la positividad corporal y la lucha contra la gordofobia, el 'efecto rebote' ya está aquí. Ha vuelto la delgadez extrema -si es que alguna vez se fue-, la edad es sinónimo de apocalipsis y, en la sociedad del alto rendimiento, un físico perfecto e hiperproducido aporta capital social, económico y sexual. Los algoritmos de las redes, especialmente entrenados para captar la atención y las ansiedades de los tiempos, propagan el nuevo orden con furia viral e intensidad inaudita. ¿El resultado? Ocho de cada 10 chicas de instituto rechazan su cuerpo y un 46% de adultas se sienten inseguras con su físico (el 38% en 2016). Los beneficios de la industria cosmética, que tradicionalmente ha vivido de fomentar las inseguridades femeninas, apuntan al cielo.

Los dictados del algoritmo

"No sabría decir si los contenidos estéticos ya mueven más que el odio en internet, pero en el ámbito femenino son 100% hegemónicos", afirma Janira Planas, analista del mundo digital. Las redes viven de la atención de los usuarios y de la publicidad, por lo que el sector de la belleza y la cosmética es ahora mismo un fabuloso negocio para creadores de contenido, marcas y tecnológicas. De hecho, un estudio de la Universidad Tecnológica del Sur de China descubrió que TikTok proporciona más visibilidad a los rostros cuyo algoritmo de reconocimiento facial lee como "simétricos". "La comparación constante y el sentimiento de frustración siempre están ahí", añade Planes.

TikTok brinda más visibilidad a los rostros cuyo algoritmo de roconocimiento facial lee como "simétricos" o bellos

El diseño del algoritmo ha sido un factor clave para que la estética se haya convertido en la reina absolutista de las redes sociales de mujeres y adolescentes. César Córcoles, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, explica el 'modus operandi'. TikTok, por ejemplo, detecta el género y la edad de los usuarios. Con estos datos, proporciona, a ritmo endiablado, "contenido popular según el grupo demográfico, con el objetivo de mantener la atención y el enganche el mayor tiempo posible". A partir de ahí, y de las reacciones del usuario, van ajustando gustos y preferencias, y testeando nuevos clips que a menudo acaban conformando un bucle hipnótico y sin fin de temas sumamente parecidos.

Las banderas rojas están ahí: según un estudio de científicos australianos publicado este agosto, bastan ocho minutos de vídeos- basados en dietas y ejercicio que a menudo resbalan sin ningún control hacia contenidos tóxicos y 'proanorexia- para provocar en las usuarias un efecto negativo inmediato respecto a su imagen corporal.

Si el algoritmo detecta que la usuaria es una adolescente, la bombardeará a priori con contenidos sobre maquillaje y 'skin care' e irá ajustando sus intereses según sus interacciones

'Efecto Ozempic'

Las consultas de los cirujanos funcionan como una especie de observatorio de los nuevos cánones y su sociología: se hacen muchas más intervenciones y a edades más tempranas. “Aunque la sociedad valora mucho la individualidad, todos los modelos de belleza que vemos son iguales”, cuestiona la doctora Marisa Manzano, que trabaja en Sant Joan de Déu y en su propia consulta privada. “Ahora desean estar más delgadas y tener los pechos más grandes, desproporcionados en ocasiones, igual que los labios”, apunta Fernando García Monforte, vicesecretario de la Sociedad Española de Cirugía y Medicina Estética. En el caso de las chicas, el ‘look Kardashian’ (rostro felino, cintura muy estrecha, y labio, culo y pechos desproporcionados) que puso de moda el aumento de glúteos una década sigue teniendo tirón, pero empieza a bajar.

Vuelven los cuerpos muy delgados y la silueta del 'ballet body', en teoría más armonizada y menos dada a los excesos, que reemplaza a lo 'curvy'

El reinado de lo 'curvy' ya pasó y, según la Asociación Americana de Cirujanos Plásticos, el ‘efecto Ozempic’ ha provocado un regreso a la delgadez que se ha notado en los kilos de menos que lucen hoy las hermanas Kardashian (Kim, Kylie, Khloé y Kourtney: todas han encogido visiblemente, pese a las recientes maternidades), bautizado con el eufemismo de ‘ballet body’, que en teoría busca una silueta más natural y armónica, y que en la práctica es el regreso al marcar clavícula de toda la vida.

La frustración de algunos pacientes a veces provoca momentos de tensión con los especialistas. "He llegado a decir que lo que necesitan es ir al psicólogo, no al cirujano plástico. Me han gritado en la consulta. A veces te ves obligada a negar determinadas intervenciones. Lo malo es que, aunque te niegues, lo conseguirán en otro sitio. Yo le puedo explicar a una paciente que si tenemos 12 costillas es porque el cuerpo las necesita, pero encontrará otros médicos que le harán lo que quiera”, explica la doctora Manzano.

Entre las generaciones más jóvenes se está normalizando el 'baby botox', la inyección preventiva para evitar la arruga antes de que aparezca

“Hay que trabajar más en la aceptación de uno mismo. No es normal que se generen determinadas situaciones traumáticas, he llegado a recibir pacientes en tratamiento psiquiátrico y con depresión por tener poco pecho. Es muy duro -admite la doctora-. La presión estética siempre ha existido, pero ahora se ha redoblado. Las chicas que se operan a los 20 años, ¿cómo llegarán psicológicamente a los 30 y a los 40? Hablo de las 'influencers' y de las personas vulnerables que las siguen”.

El rechazo al propio cuerpo no solo se está extendiendo, sino que se da en edades “que no toca”, subraya Manzano. Hasta ahora, las intervenciones estéticas tenían como misión reparar los signos del paso del tiempo, pero entre los más jóvenes se está normalizando el ‘baby botox’, la inyección preventiva que evita arrugas antes de que aparezcan.

'Efecto Ozempic'

Las consultas de los cirujanos funcionan como una especie de observatorio de los nuevos cánones y su sociología: se hacen muchas más intervenciones y a edades más tempranas. “Aunque la sociedad valora mucho la individualidad, todos los modelos de belleza que vemos son iguales”, cuestiona la doctora Marisa Manzano, que trabaja en Sant Joan de Déu y en su propia consulta privada. “Ahora desean estar más delgadas y tener los pechos más grandes, desproporcionados en ocasiones, igual que los labios”, apunta Fernando García Monforte, vicesecretario de la Sociedad Española de Cirugía y Medicina Estética. En el caso de las chicas, el ‘look Kardashian’ (rostro felino, cintura muy estrecha, y labio, culo y pechos desproporcionados) que puso de moda el aumento de glúteos una década sigue teniendo tirón, pero empieza a bajar.

Vuelven los cuerpos muy delgados y la silueta del 'ballet body', en teoría más armonizada y menos dada a los excesos, que reemplaza a lo 'curvy'

El reinado de lo curvy ya pasó y, según la Asociación Americana de Cirujanos Plásticos, el ‘efecto Ozempic’ ha provocado un regreso a la delgadez que se ha notado en los kilos de menos que lucen hoy las hermanas Kardashian (Kim, Kylie, Khloé y Kourtney: todas han encogido visiblemente, pese a las recientes maternidades), bautizado con el eufemismo de ‘ballet body’, que en teoría busca una silueta más natural y armónica y que en la práctica es el regreso al marcar clavícula de toda la vida.

La frustración de algunos pacientes a veces provoca momentos de tensión con los especialistas en medicina estética. “He tenido que llegar a decir que lo que necesitan es ir al psicólogo, no al cirujano plástico. He sufrido gritos en la consulta. A veces te ves obligada a decir que no a determinadas intervenciones. Lo malo es que, aunque te niegues, lo van a acabar consiguiendo en otro sitio. Yo le puedo explicar a una paciente que si tenemos 12 costillas es porque el cuerpo las necesita, pero encontrará otros médicos que le harán lo que quiera”, explica la doctora Manzano.

Entre las generaciones más jóvenes se está normalizando el 'baby botox', la inyección preventiva para evitar la arruga antes de que aparezca

“Hay que trabajar más en la aceptación de uno mismo. No es normal que se generen determinadas situaciones traumáticas, he llegado a recibir pacientes en tratamiento psiquiátrico y con depresión por tener poco pecho. Es muy duro -admite la doctora Manzano-. La presión estética siempre ha existido, pero ahora se ha redoblado. Las chicas que se operan a los 20 años, ¿cómo llegarán psicológicamente a los 30 y a los 40? Hablo de las 'influencers' y de las personas vulnerables que las siguen”.

El rechazo al propio cuerpo no solo se está extendiendo, sino que se da en edades “que no toca”, subraya Manzano. Hasta ahora, las intervenciones estéticas tenían como misión reparar los signos del paso del tiempo, pero entre los más jóvenes se está normalizando el ‘baby botox’, la inyección preventiva para evitar la arruga antes de que aparezca.

El 'boom' de las cirugías

En España, según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética, el 50% de la población se realizó un tratamiento de medicina estética en 2023. En esta categoría entra desde la orientación nutricional (50%) a la inyección de bótox (39%). Los tratamientos más demandados son la IPL (luz pulsada intensa, que se usa para la depilación láser y eliminar manchas de la piel), rellenos con ácido hialurónico, mesoterapia, PRP (inyecciones de plasma rico en plaquetas, para la alopecia y rejuvenecer el rostro) y la toxina botulínica, más conocida como bótox.

“El paciente de medicina estética ha cambiado”, explica el vicesecretario de la Sociedad Española de Cirugía y Medicina Estética. Uno de cada cinco ya tiene entre 16 y 25 años, aunque la mayor franja de edad se sitúa de los 45 para arriba. “El porcentaje de hombres ha subido y la edad de la primera consulta ha bajado”.

En 2023 se realizaron 4,7 millones de inyecciones de bótox en Estados Unidos (un aumento del 6% respecto al año anterior), casi 350.000 liposucciones y más de 300.000 aumentos de pecho. La elevación de pecho subió un 7% hasta los 153.000 y la sustitución o retirada de implantes de pecho mamarios creció un 9%.

Las operaciones
más demandadas

Cirugía de párpados

En 2023 se practicaron 120.747 cirugías de párpados (blefaroplastia), en Estados Unidos, un aumento del 5% respecto al año anterior. Otra de las operaciones faciales más populares es el retoque de la nariz. En 2023 se hicieron más de 47.000 rinoplastias. El 'lift' facial sigue de moda, con más de 78.000 intervenciones.

Aumento y levantamiento de pecho

Según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, en 2023 se practicaron 304.181 aumentos de pecho y 153.600 levantamientos de pecho, un 7% más que el año anterior. La cirugía de elevación de pecho está ganando popularidad porque realza y remodela los senos sin cambiar su tamaño. Las operaciones para eliminar o reemplazar un implante mamario crecieron un 9%.

Abdominoplastia

La abdominoplastia, coloquialmente conocida como 'tummy tuck', está de moda. El año pasado se practicaron 170.110 en Estados Unidos. Promete una cintura ajustada al eliminar exceso de grasa y piel y 'aprieta' los músculos abdominales.

Liposucciones

La número 1 en operaciones estéticas es la liposucción: el año pasado se practicaron 347.782. Su objetivo es la grasa rebelde que ni la dieta ni el ejercicio consiguen eliminar para lograr más definición en zonas como abdomen, muslos, caderas y brazos.

De la curva a la clavícula

Los americanos descubrieron el Ozempic cuando Kim Kardashian apareció más delgada y trascendió que había tomado el ya famoso fármaco.

La 'influencer', con 361 millones de seguidores solo en Instagram, cortó la cinta inaugural de este regreso a la delgadez.

La actriz Mindy Kaling fue durante la última década uno de las personalidades más esforzadas en hablar de positividad corporal y y presión estética.

Ahora imparte tutoriales sobre la alimentación y los ejercicios que ha seguido para lograr su nueva silueta.

Personaje del 'reality' 'The Real Housewives of Salt Lake City', fue el rostro del programa más subversivo respecto a los cánones estéticos.

"La positividad corporal ha sido una gran mentira", dijo tras estrenar nueva silueta.

Tras los pasos de su hermana Kim Kardashian, Kylie Jenner también se ha apuntado al ‘ballet body’.

Tras su maternidad, ha seguido una dieta e intensas rutinas de ejercicio físico de las que da puntual cuenta a sus 400 millones de de seguidores.

Impacto emocional

En las consultas de psicólogos hay consenso en que la presión por cumplir con los estereotipos se ha convertido en un "desorden cultural" con consecuencias para la salud física y mental de las mujeres. Sin embargo, la escalada de la nueva exigencia estética nos adentra en territorio ignoto.

La psicóloga Agnès Brossa recuerda que ese dedo acusador e insomne que es la presión estética provoca "insatisfacción, malestar, sufrimiento y frustración" (de hecho, los trastornos de conducta alimentaria se han doblado en los últimos 20 años).
La también psicóloga María Bilbao afirma que, aunque aún es pronto para calibrar el alcance --del impacto, sí se puede inferir que, "cuanto más rígidos son los mandatos y los roles de género, más patología asociada hay". "De hecho, es posible que muchas chicas desarrollen dismorfia corporal porque intenten asemejarse a un ideal ficticio", añade Bilbao.

Impacto emocional

En las consultas de psicólogos hay consenso en que la presión por cumplir con los estereotipos se ha convertido en un "desorden cultural" con consecuencias para la salud física y mental de las mujeres. Sin embargo, la escalada de la nueva exigencia estética nos adentra en territorio ignoto.

La psicóloga Agnès Brossa recuerda que ese dedo acusador e insomne que es la presión estética provoca "insatisfacción, malestar, sufrimiento y frustración" (de hecho, los trastornos de conducta alimentaria se han doblado en los últimos 20 años).
La también psicóloga María Bilbao afirma que, aunque aún es pronto para calibrar el alcance real del impacto, sí se puede inferir que, "cuanto más rígidos son los mandatos y los roles de género, más patología asociada hay". "De hecho, es posible que muchas chicas desarrollen dismorfia corporal porque intenten asemejarse a un ideal ficticio", añade.

¿Qué hacer?

Bilbao, quien también destaca que una parte de la juventud resiste y deconstruyendo los mandatos de género y belleza "de una forma muy potente y más que en ningún otro momento", recuerda que los cortafuegos ante la presión estética no albergan grandes secretos: acompañar a los hijos en su exposición a redes y productos audiovisuales, e implementar una educación sexoafectiva que contribuya a disolver estereotipos. "Las tecnológicas -apunta el profesor Córcoles- también deberían asumir más responsabilidades en el acceso de menores a las redes y en el control de sus contenidos".

¿Qué hacer?

Bilbao, quien también destaca que una parte de la juventud resiste y deconstruye los mandatos de género "de una forma muy potente y más que en ningún otro momento", recuerda que los cortafuegos ante la presión estética no albergan grandes secretos: acompañar a los hijos en su exposición a redes y productos audiovisuales, e implementar una educación sexoafectiva que contribuya a disolver estereotipos. "Las tecnológicas -apunta el profesor Córcoles- también deberían asumir más responsabilidades en el acceso de menores a las redes y en el control de sus contenidos".

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Leticia Blanco y Núria Marrón
Diseño e infografías: David Jiménez
Coordinación: Rafa Julve