Un reportaje de Guillem Costa

La presencia de presas artificiales es una de las sorpresas más habituales para los visitantes que pisan por primera vez el único parque nacional de Catalunya: Aigüestortes y Estany de Sant Maurici.

"La gente ve el estanque y queda impactada porque nadie se espera una infraestructura como esta dentro de un espacio que goza de la mayor figura de protección posible", afirma Joan Vázquez, miembro de IPCENA (Institució de Ponent per a la Conservació i l'Estudi de l'Entorn Natural).

Estas barreras se idearon para generar energía hidroeléctrica y se han mantenido durante décadas dentro del parque nacional. Aigüestortes, de ahí el nombre, es una de las zonas protegidas con una mayor densidad de charcas y lagos. Hay inventariadas 684 masas de agua. De todas estas, 195 se consideran estanques porque superan la media hectárea de superficie. Y solo en algunos se construyeron presas. Además del icónico lago de Sant Maurici, también hay pequeños diques en el Estany Tort, el de Saboredo, el de Mariolo, el de Cubieso, el Negre, el Frescau, el de Mar y el de la Colomina. Después están los lagos Gento y Colomèrs, algo más grandes, que forman parte de la zona periférica del parque.

Lo mismo sucede con otras represas de algunos lagos de alta montaña localizados en espacios naturales que quedan fuera de las fronteras de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Dos ejemplos son el lago de Certascan (Pallars Sobirà), el más grande de los Pirineos, y el Estany de l'Illa (Andorra).

Con el paso del tiempo, el papel de algunas de las presas en relación con la producción de energía se ha reducido. En muchos casos, estas infraestructuras son hoy vestigios casi inservibles que no encajan en lo que debería ser un parque nacional. Al menos esto es lo que defiende la dirección del parque nacional.

"En los próximos años finalizan las concesiones de algunas de las infraestructuras hidráulicas y esto va a abrir un debate interesante", explica en conversación con EL PERIÓDICO el director, Lluís Florit. El plan rector establece la obligación de restaurar el espacio una vez caduquen las licencias: "Para el parque, sería interesante poner en marcha proyectos de renaturalización". Pero esta no es la única respuesta posible al fin de las adjudicaciones. En la discusión participarán no solo el parque, sino también la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y Endesa. Según ha podido saber este diario, ya se ha empezado a trabajar para formar comisiones de seguimiento para gestionar el futuro de estas represas. "Será uno de los principales ámbitos de trabajo que debemos meternos en la cabeza", sostiene Florit.

Tanto la presa de Sant Maurici como las otras que forman parte del parque nacional se diseñaron en una época en la que era habitual incorporar estas barreras hidráulicas en lagos y ríos para disponer de energía. Pero en la actualidad la política hídrica que exige Europa va en la dirección contraria.

Este argumento, junto con el hecho de que Sant Maurici está dentro del único parque nacional de Catalunya, se esgrimirán para defender el desmantelamiento de la presa. En cambio, los lagos represados que no forman parte del parque nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici lo tienen más difícil para ver desaparecer las presas.

Más allá de los límites de Aigüestortes, el debate está lejos de abrirse. Pero tanto en España (Aragón y Catalunya) como en Francia y Andorra hay una lista importante de estanques naturales represados. Fuentes de la CHE y responsables de zonas protegidas afirman que es importante analizar cada caso por separado, antes de acelerar proyectos de renaturalización.