MES DEL CÁNCER SANGUÍNEO

Casi 26.000 nuevos casos de cáncer de sangre en España: los más frecuentes y señales de alerta, según los hematólogos

Los linfomas es uno de los cánceres hematológicos más frecuentes y también uno de los más complejos, ya que hay 60 tipos diferentes

Casi 26.000 nuevos casos de cáncer de sangre en España: los más frecuentes y señales de alerta, según los hematólogos

Casi 26.000 nuevos casos de cáncer de sangre en España: los más frecuentes y señales de alerta, según los hematólogos / Freepik

Rafa Sardiña

Rafa Sardiña

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En el próximo año se diagnosticarán 25.770 nuevos casos de cáncer hematológico. Será el quinto tumor más frecuente, por detrás del cáncer de mama, pulmón, próstata y colón. 

Coincidiendo con la celebración del Mes del Cáncer Sanguíneo, desde la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) han puesto de relieve que la supervivencia neta a los cinco años es del 65,7% en las neoplasias linfoides y del 49,5% en las neoplasias mieloides. Sin embargo, en determinados tipos de cáncer hematológico la supervivencia supera ampliamente el 80%, especialmente entre las mujeres.

Como explica el doctor Rafael Marcos-Gragera, coordinador HematoREDECAN y de la Unidad de Epidemiología y Registro de Cáncer de Gerona (ICO-Gerona), “dado que los cánceres sanguíneos son extremadamente heterogéneos, se observan grandes variaciones en la supervivencia entre los diferentes subgrupos”.

Linfomas: más del 60% se cura

Los linfomas es uno de los cánceres hematológicos más frecuentes y también uno de los más complejos, ya que hay 60 tipos diferentes. "Ha habido años en los que hemos tenido pocos avances, pero si analizáramos estos datos a partir del 2018 se demostraría que la supervivencia ha mejorado gracias a la incorporación de nuevos fármacos como la inmunoterapia", resalta el doctor Alejandro Martín García-Sancho, del Hospital Universitario de Salamanca.

Es un tipo de cáncer hematológico producido por la proliferación maligna de linfocitos (células defensivas del sistema inmunitario), que se inicia generalmente en los ganglios linfáticos. No se conocen sus causas y no se puede prevenir. Afectan a 3-6 personas por cada 100.000 habitantes/año. Los síntomas más habituales:

  • Ganglios linfáticos aumentados de tamaño (o adenopatías).
  • Fiebre + 38 grados.
  • Sudoración nocturna profusa.
  • Pérdida inexplicable de peso (superior al 10% en seis meses).
  • Otras manifestaciones locales: adenopatías periféricas, agrandamiento del bazo, etc.

Existen dos grandes grupos de linfomas:

  • Linfomas de Hodgkin. Representa el 10% de los linfomas. La mayoría de los pacientes alcanza la curación.
  • Linfomas no Hodgkin. Son 90% de los linfomas.

Por su comportamiento clínico:

  • Linfomas indolentes. Crecimiento lento. Aun sin tratamiento, los pacientes viven muchos años sin presentar problemas. ▪En algunos casos no se recomienda ningún tratamiento hasta que se desarrollen los síntomas.
  • Linfomas agresivos. Destacan por ser de rápida evolución. La esperanza de vida es de semanas o meses si no se trata. Su tratamiento se basa en la inmuno-quimioterapia. La mayoría responde bien al tratamiento y muchos de ellos se curan. El linfoma B difuso de células grandes (LBDCG) es el paradigma de este tipo de linfomas.
Día Mundial del Mieloma Múltiple, un cáncer incurable pero tratable

Día Mundial del Mieloma Múltiple, un cáncer incurable pero tratable / Freepik

Mieloma múltiple: un cáncer que afecta sobre todo a los mayores de 65 años

La doctora María Victoria Mateos, presidenta de la SEHH y hematóloga del Hospital Universitario de Salamanca, indica que el mieloma múltiple es el segundo tumor de sangre más frecuente. El Mieloma Múltiple (MM) es un cáncer de la sangre complejo y heterogéneo. El mieloma múltiple está causado por la proliferación maligna de las células plasmáticas, un tipo de glóbulos blancos cuya función es producir anticuerpos para luchar contra las infecciones.

Desde la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) señalan algunos de los síntomas que puede alertar sobre la posible presencia de esta enfermedad:

  • Ahogo o dificultad en la respiración (disnea).
  • Cansancio y debilidad provocados por la anemia, que aparece debido a que la proliferación de células plasmáticas desplaza a las células normales (glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas).
  • Pérdida de apetito y de peso.
  • Dolor óseo y/o fracturas espontáneas, causados porque las células del mieloma liberan sustancias que dañan los huesos produciendo osteoporosis.

Leucemias: mejora la supervivencia de los pacientes

En algunos tipos de leucemia, los pacientes diagnosticados con esta enfermedad tienen la misma esperanza de vida que las personas sanas de su misma edad. Y esto es gracias a la revolución terapéutica con la incorporación de la inmunoterapia y las CAR-T.

Es la proliferación incontrolada de una población anómala de células de la médula ósea, que infiltran la sangre y otros órganos, impidiendo en algunas ocasiones la producción de las células sanguíneas normales como los glóbulos rojos, blancos y plaquetas. La leucemia linfática aguda registró una supervivencia del 59,8% y el linfoma difuso de células B grandes del 58,6%, según los datos de la SEHH.

  • Agrandamiento sin dolor de los ganglios linfáticos
  • Fatiga
  • Sudores nocturnos
  • Fiebre
  • Pérdida de peso
  • Infecciones frecuentes
  • Dolor en la parte superior izquierda del abdomen, que puede estar causado por el agrandamiento del bazo

El cáncer de sangre en niños: los bebés presentan peor pronóstico

En el informe elaborado por la SEHH también se recogen los datos de la población infantil, entre 0 y 14 años, afectados por cáncer hematológico. El dato principal es que el año que viene se esperan diagnosticar 445 nuevos casos, de los cuales, el 64% correspondería a leucemias (287 nuevos casos) y el 36% a linfomas (158 casos). No aumenta la incidencia, y las estimaciones de supervivencia a los cinco años del diagnóstico se sitúa en un 84,5%.

Se observan diferencias entre grupos de edad. Los menores de un año son quienes tiene peor pronóstico (71,1%), seguido de los diagnosticados entre 10 y 14 años (79,3%). En cambio, los que recibieron el diagnóstico entre 1 y 9 años, mostraron una supervivencia alrededor del 87%. Sin diferencias por sexo.

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