Desafío demográfico

Canarias se transforma en el geriátrico de Europa

La población extranjera mayor de 65 años se triplica en dos décadas

Las islas se han convertido en un retiro dorado pero su llegada agrava el envejecimiento poblacional y pone en jaque muchos servicios públicos

Una pareja de turistas en Fuerteventura.

Una pareja de turistas en Fuerteventura. / E.D.

Dalia Guerra

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Un retiro dorado. En esto se ha convertido a Canarias para miles de jubilados extranjeros que se trasladan al arhipiélago para vivir sus últimos años. Aquí disfrutan del excelente clima, la seguridad y los servicios públicos de una región, lo suficientemente alejada del continente para ser considerada un paraíso exótico, pero con todas las comodidades que garantiza la comunidad europea. La población foránea mayor de 65 años se ha triplicado en las islas en las últimas dos décadas, es el colectivo demográfico que ha experimentado un mayor incremento y ya suma a casi 47.000 personas

Su llegada, aunque tiene múltiples beneficios, también pone en jaque el buen funcionamiento de algunos servicios y agrava uno de los problemas demográficos más graves que tiene Canarias: el envejecimiento de su población. A los pensionistas alemanes, británicos o belgas que vienen al archipiélago a retirarse, se unen también muchos emigrantes canarios retornados que vuelven a su lugar de origen para vivir su vejez. Unos y otros, unidos a la población local que también va cumpliendo años, provocan que las personas en edad de jubilación hayan aumentado en Canarias un 82,7% desde 2002 y este segmento demográfico sea ya más numeroso que el de aquellos por debajo de la veintena. 

Este es uno de los aspectos que analiza un informe, elaborado por la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife (CEOE-Tenerife), sobre la evolución de la población en Canarias. Un estudio que señala, precisamente, cómo la llegada de estas personas está produciendo que la población canaria peine cada vez más canas. 

Una sociedad más envejecida supone numerosos retos y cambios sociales que, si la dinámica demográfica continúa como hasta ahora, a Canarias no le quedará más remedio que abordar. 

"Si comienzan a ser mayoría las personas de edad avanzada, reforzarán los procesos de envejecimiento allí donde se instalen y esto tendrá repercusiones evidentes en los recursos y servicios públicos relacionados sobre todo con el cuidado a las personas", señala el profesor titular de Geografía Humana de la Universidad de La Laguna (ULL), Vicente Zapata. Entre los desafíos, uno de los más importantes, la salud. Una población con un mayor porcentaje de personas mayores requiere de más atención sanitaria, que en estos momentos –si se tienen en cuenta las listas de espera que existen en Canarias– el actual sistema no está en condiciones de abordar.  

El aumento de los niveles de dependencia, la demanda de cada vez más plazas en centros sociosanitarios y un cambio de modelo para que los mayores puedan pasar cada vez más tiempo siendo atendidos en sus propias casas sin tener que abandonarlas para trasladarse a una residencia son otros de los retos que pone sobre la mesa el envejecimiento poblacional. 

Pero que en Canarias haya cada vez más personas mayores también supone oportunidades. Por un lado, de empleo en los cuidados, pero también en la conocida como economía plateada, vinculada a servicios de salud, turismo sénior y productos específicos para este segmento demográfico.

La población extranjera de más de 65 años son porcentualmente el grupo poblacional que más ha crecido en los últimos años, pero lo cierto es que, a diferencia de lo que ocurre con la población local, crecen las personas llegadas desde otros rincones del mundo sea cual sea su edad. Los extranjeros entre los 45 y los 65 años se han más que duplicado desde principios de este siglo. Los foráneos que tienen entre 20 y 44 años han experimentado un crecimiento del 112%, mientras que los residentes extranjeros con menos de 20 años también se han duplicado en algo más de dos décadas. 

Sin embargo, a diferencia de lo que ha ocurrido con los mayores de 45 y 65 años, la población más joven en Canarias no solo no se incrementa sino que pierde habitantes. Desde 2002 se han trasladado a la región 25.520 menores y personas con 19 y 20 años, pero ni siquiera esto ha podido contrarrestar la acusada caída de la natalidad y los habitantes de menor edad caen un 10%.

Las personas foráneas que se han instalado en el archipiélago –185.447 entre 2002 y abril de 2024– son la razón principal de que las islas hayan experimentado un importante crecimiento demográfico en los últimos años. ¿Por qué se ha convertido Canarias en un polo de atracción para nuevos habitantes? El profesor de Geografía la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Víctor Jiménez, lo achaca a que se trata de un territorio comparativamente mucho más atractivo que otros. "Si las condiciones ambientales y económicas crean una sinergia, al final eso convierte a Canarias en un territorio donde la gente quiere vivir", valora. Una situación que bajo su punto de vista debería verse como algo positivo y servir a los canarios para tomar conciencia del lugar en el que viven, sus aspectos positivos y sus potencialidades.

Las personas en edad de jubilación crecen un 82% en las Islas, mientras que quienes no superan la veintena bajan un 10% desde el año 2002

La población ha registrado incremento vertiginoso que está muy por encima de la media de España y a una gran distancia del crecimiento de Europa. Mientras el número de habitantes en Canarias creció un 28,3%, a nivel nacional al alza fue del 18,5% en este mismo periodo, mientras que en el continente se quedó en el 4,7%. Desde 2002, el territorio ha ganado casi 400.000 habitantes y la población total se sitúa en 2,2 millones de personas. ¿Mucho o poco? ¿Tiene Canarias un problema de superpoblación? Para Zapata, aunque el número de habitantes es importante y creciente, es el modelo de asentamiento y movilidad que se ha ido consolidando en las últimas décadas el culpable de que exista una percepción de sobrepoblación. 

Además, la situación no es igual en todo el archipiélago. Mientras algunos municipios funcionan como polos de atracción para nuevos vecinos, la sangría demográfica se hace patente en otras localidades que cada año que pasa tienen menos empadronados. De esta manera, Fuerteventura y Lanzarote –con incrementos del 65,4% y 38,6% en veinte años– son las dos islas que más han visto cómo crecían sus residentes. Tenerife acumula un crecimiento del 18% en este periodo, pero muy desigual, mientras el sur de la isla no deja de ganar nuevos habitantes, los crecimientos en el norte y el área metropolitana son mucho más moderados. Algo similar ocurre en Gran Canaria, aunque su incremento porcentual total está diez puntos por debajo del de la otra isla capitalina. La Gomera y El Hierro registran incrementos del 13,1% y del 14,6, peroo en el norte de ambas islas ha descendido. La Palma es la única isla del archipiélago que pierde habitantes, un 2% en dos décadas. ¿Cuál es el motivo? La caída de la población por emigración ha sido evidente a lo largo del tiempo y hay además un importante envejecimiento demográfico. "El sistema productivo palmero no ofrece suficientes opciones para su población, la isla ha ido perdiendo atractivo con los años, influyendo además en este último periodo la erupción volcánica", destaca el profesor de la ULL. 

Lo que sí es cierto es que la población de Canarias se ha incrementado de manera notable en dos décadas. Un alza que, al menos en los dos últimos años, ha ido de la mano con sucesivos récords en la llegada de turistas. De manera paralela una parte de los residentes locales ha comenzado a constatar que existen dificultades para acceder a servicios básicos esenciales como la vivienda. Cada vez tienen que esperar más para que les atienda un especialista y tardan más en llegar del trabajo a casa por el continuo colapso en las carreteras. Y el dedo acusador ya ha comenzado a señalar a la migración y los nuevos residentes como culpables.

El clima y la seguridad canaria atraen a los nuevos residentes sénior y el mercado laboral a migrantes más jóvenes en busca de oportunidades

Así lo constata el informe elaborado por la patronal tinerfeña que señala a una creciente insatisfacción entre los ciudadanos debido a las limitaciones y retrasos para acceder a servicios esenciales como hospitales, carreteras o viviendas. Y advierte de que esto puede ser motivo de conflictos entre la población residente local y los nuevos vecinos extranjeros. 

Sin embargo, Jiménez constata que estos problemas sectoriales se originan por muchas razones y aunque el aumento de la población simplemente podría explicar el agravamiento de algunos, "no puede ser utilizado como una excusa por políticos que no han atendido sus funciones en materia de vivienda pública, de diseño urbano y de los transportes o de prestación de servicios públicos", puntualiza. 

El problema demográfico se comenta en la calle, pero también ha saltado a la esfera política, donde se ha tratado de proponer diferentes soluciones a una situación compleja, que no tiene una fácil resolución a corto plazo. Desde la pasada legislatura, la Comisión de Estudio del Reto Demográfico y Equilibrio Poblacional en Canarias debate en el Parlamento regional el poblamiento del archipiélago y con la participación de diferentes expertos se intenta aportar luz y medidas que se adapten a la realidad no solo de las diferentes islas sino de las distintas zonas dentro de ellas. Tratar de impulsar una Ley de Residencia o promover una limitación a la compra de casas por parte de ciudadanos extranjeros son algunas de las propuestas que hasta ahora se han puesto sobre la mesa para tratar de reducir la llegada de nuevos habitantes a las islas. Sin embargo, ambas de dan de bruces con la normativa de la Unión Europea, ya que conculcarían derechos de sus ciudadanos, lo que hace muy complicado que pudiesen llegar a prosperar. Otras regiones han conseguido sacar iniciativas similares adelante, pero siempre antes de entrar en la comunidad. 

El envejecimiento y el desequilibrio poblacional entre islas y sus diferentes zonas geográficas son dos de los principales desafíos demográficos

Pero, ¿cómo están abordando otros lugares del mundo problemas demográficos similares? En Hawai, donde la llegada de extranjeros con alto poder adquisitivo ha contribuido al encarecimiento desorbitado de las viviendas, se ha reducido la burocracia para fomentar la construcción de nuevos inmuebles y el Gobierno local subvenciona la construcción de viviendas asequibles a través de proyectos multimillonarios. Japón, que lucha contra el alto envejecimiento de su población, desarrolla ciudades inteligentes para mejorar la calidad de vida de los más mayores y los programas para incentivar la maternidad alcanzan el 4% del Producto Interior Bruto (PIB) del país nipón. En Corea del Sur se trata de frenar la caída de la natalidad con estipendios para las familias con recién nacidos y se han reducido las tasas hipotecarias para las familias. Alemania o Suecia están promoviendo programas de formación para personas mayores favoreciendo su permanencia en el mercado laboral, mientras que Canadá o Australia han puesto en marcha un sistema de puntos para favorecer la entrada de migrantes cualificados y a su vez, ponen en marcha planes de integración social para ellos. 

¿Qué se puede hacer aquí? Para Zapata se debe poner énfasis en lo que sí es posible y se puede acometer en el corto y medio plazo. "Que se trabaje con la población ya residente para introducir cambios estructurales en nuestro modelo de asentamiento, relación y movilidad", expresó, al mismo tiempo que se trabaje para gestionar con criterio la movilidad exterior y sus repercusiones. 

Jiménez también considera que es "material y legalmente imposible" implantar medidas que limiten de facto la residencia en Canarias, algo con lo que él tampoco estaría de acuerdo. "Lo único que se podría hacer sería establecer medidas indirectas, pero eso no es establecer una limitación", señala. 

¿Qué depara el futuro? Canarias necesita enfrentar sus principales problemas demográficos: un envejecimiento creciente y un desequilibrio poblacional entre las diferentes zonas incluso de una misma isla. El profesor de la ULL indica que el archipiélago necesita frenar su creciente ritmo de envejecimiento y la pérdida de vitalidad socio comunitaria. Algo que no conseguirá a través de su crecimiento natural, por lo que tendrá que seguir recurriendo a un estímulo externo como la inmigración. Pero puntualiza que es esencial que "su ritmo e intensidad pueda ser asumible en cada momento en cada una de las islas". Algo que requiere de mucha planificación y gestión.

De manera que los flujos migratorios seguirán recalando en Canarias si la dinámica económica así lo permite. "Si siguen viniendo a las Islas Canarias será porque nuestro territorio y servicios serán capaces de soportarlo y seguirán siendo atractivos, porque si no ¿quién se desplaza a un espacio donde no se puede vivir bien?", se pregunta el experto de la ULPGC.

Eso sí, lo que sí debe hacer Canarias es reordenar su poblamiento e impedir que se den grandes descompensaciones en cuanto a densidad de población. "En un mundo como el que vivimos esto no se puede hacer de manera directa, sino indirecta, es decir, desincentivando la vida en los espacios congestionados e incentivándola en los espacios con menor presencia poblacional", propone. 

Por lo que, con casi toda seguridad, será la propia economía la que acabará marcando el ritmo del cambio poblacional en el Canarias en los próximos años. Y al territorio no le quedará más remedio que enfrentarlo planificando y gestionando mejor. 

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