La ACA empieza a restaurar las lagunas del delta del Llobregat y trabaja en un plan para salvar la Ricarda

El delta del Llobregat, un espacio natural único a pocos kilómetros de Barcelona, agoniza. La presencia del aeropuerto, la urbanización y la intensificación agrícola han modificado los flujos de agua, que ya no llega a los humedales como lo hacía décadas atrás. El funcionamiento natural del delta está dañado. Para intentar recuperarlo, la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) trabaja en un proyecto de restauración que incluye los estanques de Cal Tet y la Murtra, las marismas de El Remolar-Filipines y la laguna de la Ricarda.

Los ecosistemas se han ido cerrando y han dejado de recibir agua "nueva". Las algas han proliferado y el oxígeno se ha reducido. En resumen, el agua se ha eutrofizado y presenta una calidad deficiente. ¿Cómo se puede resolver el problema? Con agua nueva, ya sea dulce o salada. En estos sistemas acuáticos, es habitual que el agua procedente del mar se mezcle con la que tiene origen en el río. De esta forma, se generan dinámicas de agua salobre que suponen una oportunidad única para la biodiversidad.

La presencia de aves en las diferentes charcas del delta del Llobregat puede llevar a pensar que el entorno se encuentra en buenas condiciones. Pero esto no siempre es cierto. "Las lagunas están en mal estado, pero sí hay peces, la mayoría de ellos especies invasoras, y los pájaros acuden a la zona para alimentarse", detalla Narcís Prat, ecólogo e investigador especializado en la gestión del agua dulce. "Como se pueden observar algunas aves interesantes, parece que todo está bien", lamenta. La ACA tiene la obligación de actuar y dar un vuelco a la situación antes de 2027, cuando termina el actual ciclo de planificación.

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Las acciones para renovar el agua se han iniciado ya en la laguna de El Remolar y en las marismas de los alrededores, en el término municipal de Viladecans. En este lugar, hay dos cuestiones preocupantes: el agua de la laguna está eutrofizada y las aguas contaminadas del canal de la Vidaleta a menudo llegan al Remolar. A estas dificultades, aún se debe añadir un tercer inconveniente: la ausencia de agua en verano, cuando no llueve, con la consiguiente pérdida de calidad para el ecosistema.

Las actuaciones integrarán diferentes medidas complementarias. La primera de ellas consistirá en extraer agua en buen estado desde dos puntos distintos. "Construiremos un nuevo pozo que funcionará con una placa solar para bombear el agua y realizaremos cambios para que esta agua se extienda por varias zonas", explica Antoni Munné, jefe del departamento de control y calidad del agua de la ACA, en conversación con EL PERIÓDICO.

"Sopa verde"

En paralelo, se modificarán los niveles de algunas motas para evitar que el agua contaminada (sobre todo, tras los episodios de lluvias) inunde el espacio protegido. En un futuro, en la que será una segunda fase de las operaciones, se plantará vegetación autóctona (Vinca major, Vitex agnus-castus, Tamarix gallica) y se instalarán unos sensores para controlar en todo momento la situación del acuífero superficial.

El caso de la Ricarda es paradigmático. Esta laguna se mediatizó con una de las múltiples propuestas de ampliación del aeropuerto, que apuntaba a su destrucción para alargar la pista. Un estudio en el que trabajaron Prat y Joan Pino, biólogo y ecólogo que dirige el CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales), evidenció la singularidad de la Ricarda. "Es una de las áreas donde menos se ha intervenido, por tanto, pese a la poca presencia de aves, el ecosistema terrestre es uno de los más interesantes", sostiene Prat. No obstante, si nos fijamos en el hábitat acuático, vemos que se ha convertido en una especie de "sopa verde" porque no recibe aportaciones de agua de calidad.

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El especialista tiene claro cuál es el remedio: "Se ha de garantizar agua nueva para que la laguna no se pudra. De esta forma, si llega una cantidad de agua importante, se romperá la barrera que separa la Ricarda del mar". ¿Y por qué es importante romper esta barrera? "Para que entre agua salada y el agua dulce estancada vaya hacia el mar", responde Prat. Así, este humedal se va renovando. Prat recuerda que, antes de que se ampliara el aeropuerto, esta barrera se rompía entre una y tres veces al año.

Pozos aeroportuarios

La solución que propone la ACA implica precisamente al aeropuerto, una infraestructura que dispone de grandes pozos para evitar que las pistas se aneguen. Como el aeropuerto está impulsando el uso del agua regenerada y no va a necesitar estas reservas de agua, la idea es alcanzar un acuerdo para que una parte se envíe a la Ricarda. "Con esta medida, dispondría de alimentación constante", defiende Munné. También se utilizarían unos tornillos de Arquímedes para evacuar esta agua cuando fuese necesario.

Otros proyectos previstos tienen como objetivo la mejora del estanque de la Murtra y el de Cal Tet. Para la Murtra, se va a realizar un tratamiento extra, más avanzado, en la depuradora de Gavà. Esta agua se podrá trasladar hasta el estanque. El caso de Cal Tet es llamativo. Se trata de una laguna artificial que se ideó como compensación por la ampliación del aeropuerto y el puerto. Tras las obras, se abandonó y su estado empeoró gravemente. Ahora se está estudiando instalar una tubería que traslade agua regenerada o agua del río hacia Cal Tet. En total, a día de hoy, la ACA está trabajando en una cincuentena de proyectos de restauración.

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