Expediente sancionador

Ripoll impone sanciones de hasta 3.000 euros a quienes colgaron el cartel de la fiesta mayor vetado por aparecer una mujer con velo

Se trata de una sanción administrativa por incumplir la ordenanza de civismo y el consistorio confirma que se han puesto más

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Un pilar con los carteles de la fiesta mayor, el vetado y el oficial.

Un pilar con los carteles de la fiesta mayor, el vetado y el oficial. / ACN

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El enganche reivindicativo de los carteles vetados durante la fiesta mayor de Ripoll cuenta con al menos una sancionada. Y no será la única porque el Ayuntamiento ha confirmado que se han abierto más expedientes, aunque han evitado dar más detalles. El motivo por el que se ha iniciado el proceso de la sanción administrativa es haber incumplido la ordenanza de civismo. La persona denunciada es Carme Brugarola, escritora, miembro de Unidad contra el Fascismo y Racismo Osona-Ripollès y también exconcejala de ICV, que lo interpreta como un gesto de " persecución política". En adelante tiene 10 días para presentar alegaciones.

Según consta en la notificación que le ha llegado, se le acusa de haber "ensuciado y deslucido edificios públicos o privados" y "colocar carteles o propaganda fuera de los lugares habilitados". También se le informa de que los hechos descritos pueden acarrear sanciones que van de los 750 euros hasta los 3.000 euros según la gravedad. Brugarola se muestra indignada. En declaraciones a ACN, subraya que lo que hizo "no es delito alguno porque se enmarca en la libertad de expresión". También dice que colgaron los carteles en puntos donde habitualmente ya existen otros. Se espera que en los próximos días lleguen más notificaciones a otros denunciados.

Protesta

La polémica se originó cuando la alcaldesa, Sílvia Orriols (Aliança Catalanya), vetó el cartel escogido por un jurado profesional porque había una mujer con un velo. La autora del cartel, Ivonne Navarro, explicó que Orriols le había pedido que eliminara la figura femenina y que ella se negó porque el cartel quería expresar la multiculturalidad en Ripoll y la visión inclusiva de la población con un cartel muy colorista. A partir de ahí, la obra se convirtió en un símbolo de protesta que acabó con un enganche popular por toda la villa y una 'performance' el día del pregón con el cartel en tela de grandes dimensiones.