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Adelaida, el espejo climático de Barcelona

Un estudio científico ha pronosticado que las temperaturas de la capital catalana en 2050 serán como en el sur de Australia, que vive una cruzada permanente contra las olas de calor

Adelaida, en Australia

Adelaida, en Australia / EPC

Carol Álvarez

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A vista de pájaro, la ciudad australiana de Adelaida tiene un centro urbano cuadriculado, que recuerda vagamente al ensanche barcelonés. Atrapada entre el mar y una frondosa franja de parques naturales y bosques, se alarga por una costa de playas de arena que pueden recorrerse en una suerte de camino de ronda y su playa más urbana, la de Glenelg, es accesible en tranvía desde el centro. Lo que conecta de verdad las dos ciudades, con todo, es una previsión, la que apunta el Instituto Federal suizo de Tecnología de Zurich y que indica que para 2050 el escenario meteorológico de Barcelona será como el que vive ahora mismo el sur de Australia.

Y así está el panorama: el verano en Adelaida no es raro que supere los 35 grados de temperatura en sus largas olas de calor, de hasta 15 días consecutivos. En una de sus sofocantes tandas de 2009, la ciudad registró una tasa de mortalidad del 10% superior a la media. 

"La ciudad más caliente del planeta"

Adelaida ha marcado más muescas en la historia meteorológica: en el verano de 2019, el termómetro se encaramó a los 47,7 grados, lo que le hizo ganarse el sobrenombre de «la ciudad más caliente del planeta». El último otoño volvieron a batir récords de calor, con cinco días seguidos por encima de los 37 grados y dos noches consecutivas superando los 25. Adelaida es un horno en las Antípodas, pero es también el futuro de Barcelona si no cambian mucho las cosas.

En 2030 prevén una subida de un 1,3 grados de la temperatura media, y para 2070, de 4 grados, así que en Adelaida llevan tiempo haciendo los deberes para sobrellevar la situación. La receta no tiene secreto: verde, verde y más verde, lo que se materializa en políticas decididas para ampliar y proteger sus árboles, y objetivos ambiciosos hacia las emisiones cero.

Importancia de los árboles

Lo de los árboles es especialmente curioso. Científicos de las universidades de Adelaida y de Australia del sur se han volcado en estudiar medidas para mejorar la adaptación al clima y, en concreto, uno de los principales problemas detectados en la ciudad es la pérdida de árboles históricos a medida que se han construido nuevos complejos residenciales en el área metropolitana.

Los trabajos que han realizado sobre el terreno en Adelaida demuestran que «el 30% de masa arbórea puede reducir la temperatura en superficie en un grado en invierno y tres grados en 2090», y que espacios urbanos más verdes y resistentes al calor podrían ahorrar las emisiones de 140.000 toneladas de dióxido de carbono anualmente en la zona, además de reducir la demanda energética.

El camino del gas a la electricidad

El gobierno municipal de Adelaida ha conseguido ya grandes metas: desde 2020 tiene el certificado Climate Active por lograr emisiones cero de gases de efecto invernadero, un objetivo que se marcaron hace dos décadas, y que se ha alcanzado, sobre todo, al trasladar el peso de la demanda energética del gas a la electricidad, y de la electricidad a fuentes de energía renovable. Adelaida se dispone a dar una vuelta de tuerca a su estrategia climática y a apostar desde ahora por la reducción directa de emisiones y dejar de pagar compensaciones de carbono.

La alcaldesa de Adelaida, Jane Lomax Smith, lo tiene claro. «Ahora ya sabemos que a menos que plantemos más árboles, nuestra ciudad se calentará más, que a menos que invirtamos en infraestructuras refrigeradas ahora, nuestra ciudad dejará de funcionar cuando los días sean más calurosos», explicó en su reciente presentación de la estrategia climática para 2030, que busca acelerar sus objetivos en la transición hacia una economía que no contamine. «Estamos intensificando nuestras acciones para alcanzar las emisiones cero en 2035, y una reducción del 50% en 2020 en gases de efecto invernadero para 2030», apunta. Todo pasa por un concepto que usan mucho: el de resiliencia climática.

La apuesta por la Adelaida verde ya les ha llevado a conseguir un 33% de cubierta forestal en calles y parques de la ciudad y aspiran a llegar al 40% en 2035.

Población resiliente

La preparación de la población es esencial para este objetivo. Una mirada a la ciudad australiana nos devuelve la imagen de la quinta capital más poblada en su continente, con 1,2 millones de habitantes, y con un clima mediterráneo de manual, con sus campos de viñedos y todo. Veranos secos y tórridos e inviernos templados. Y sus vecinos ya saben lo que es pasar mucho calor.

Propuesta para adaptar el exterior de la casa al clima en Adelaida

Propuesta para adaptar el exterior de la casa al clima en Adelaida / Adelaide Green Homes

Las instrucciones ante el pronóstico de altas temperaturas les llevan a tener hogares acondicionados con ventiladores y refrigeración, pero también a conocer qué tipo de vegetación es la más adecuada para sombrear la casa, los materiales de construcción, la altura y tipo de árboles que les convienen.

Los árboles de hoja caduca son los recomendados: en invierno dejan pasar los rayos de sol que les calientan, en verano les protegen del sol con sus ramas frondosas.

FOTOS DE MEDIDAS IMPLANTADAS EN ADELAIDA PARA CONVERTIR LOS HOGARES EN SITIOS MAS ADAPTADOS ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO.  EXTRAIDO DE Adelaide Garden Guide for New Homes

FOTOS DE MEDIDAS IMPLANTADAS EN ADELAIDA PARA CONVERTIR LOS HOGARES EN SITIOS MAS ADAPTADOS ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO. EXTRAIDO DE Adelaide Garden Guide for New Homes / EPC_EXTERNAS

Los folletos informativos para sacar máxima eficiencia energética de los hogares forman parte de las campañas públicas que impulsan la resiliencia, como los consejos para las olas de calor, que recomiendan los interiores refrigerados y la ventilación natural, humedecer con paños húmedos el cuello y las muñecas, vigilar a los ancianos con control telefónico, descansar de toda actividad física durante 15 minutos cada 45 minutos cuando la temperatura ambiente es de 37 grados o ventiladores con nebulizadores para los exteriores.

Refugios climáticos experimentales

Lo último que se han inventado, y que se experimentó este mismo año, ha sido una prueba piloto de refugios climáticos en Campbelltown, uno de los suburbios más poblados de Adelaida.

Maria Zotti, la responsable de Medio Ambiente de Campbelltown, ha relatado la experiencia a este diario. «Proporcionamos espacios con aire acondicionado entre las 11 de la mañana y las siete de la tarde con comida, agua, hielo, actividades, películas y transporte garantizado para todo aquel que lo necesitara». El plan empleó dos grandes espacios municipales, la biblioteca y el polideportivo, y contó con personal voluntario de asistencia que había recibido formación en primeros auxilios y estrés por calor.

Refugio climático en la biblioteca de Campbelltown, en Adelaida, Australia

Refugio climático en la biblioteca de Campbelltown, en Adelaida, Australia / Campbelltown City Library

Antes de poner en marcha el servicio, lo publicitaron a través de redes sociales y medios de comunicación pero también con campañas específicas para personas vulnerables, de avanzada edad, con discapacidad o de zonas socioeconómicas más bajas, que en muchos casos llevó al puerta por puerta y la entrega de información en los buzones. El balance ha sido tan positivo que Adelaida repetirá el próximo verano, ampliando la iniciativa a toda la región metropolitana, y a otro tipo de centros, como iglesias y clubs. 

   Y aunque no prevén abrir puertas más allá de las 7 de la tarde, asumen que esto cambiará en cuanto empiecen a sufrir eventos climáticos más extremos y olas de calor más prolongadas. El futuro climático de Adelaida, Barcelona, y todo el mundo pasa por la resiliencia.

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