Cadena perpétua

En ‘shock’: así han recibido la sentencia Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo, padres de Daniel Sancho

Las lágrimas de Daniel Sancho y la familia al conocerse la sentencia

Silvia Bronchalo, la madre de Daniel Sancho.

Silvia Bronchalo, la madre de Daniel Sancho. / Sitthipong Charoenjai / EFE

Alexandra Costa

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El veredicto del juicio contra Daniel Sancho ha supuesto un auténtico terremoto para sus padres, Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo, quienes han recibido la noticia de la cadena perpetua con un silencio que grita dolor e incredulidad. Tras semanas manteniendo la esperanza de una condena menor, la decisión del tribunal tailandés ha caído como un jarro de agua fría, sumiéndoles en una profunda desolación.

Fuentes cercanas a la familia describen a Rodolfo Sancho, reconocido actor español, completamente abatido y sin poder asimilar la dureza de la sentencia. A pesar de mantener un perfil bajo durante todo el proceso, su discreto viaje a Tailandia para visitar a su hijo en prisión evidenció la angustia que cargaba en silencio. Ahora, la confirmación de la cadena perpetua le ha golpeado con una fuerza inusitada, dejándolo devastado y sin palabras.

Por su parte, Silvia Bronchalo, quien ha permanecido en Tailandia volcada en el apoyo a su hijo, se encuentra rota de dolor. Su entereza y serenidad, que la caracterizaron durante las visitas a la prisión y comparecencias ante los medios, se han visto quebrantadas por la crudeza de la condena. La imagen de fortaleza que proyectaba se ha desmoronado, dejando entrever el desgarro emocional que la embarga.

La noticia de la cadena perpetua ha supuesto un punto de inflexión en el caso, no solo para Daniel Sancho, sino también para sus padres, quienes se enfrentan ahora a una nueva realidad: la de tener a su hijo privado de libertad de por vida en un país extranjero. El futuro se presenta incierto y plagado de desafíos, mientras lidian con el dolor de la sentencia y la incertidumbre del proceso de apelación.

El caso Daniel Sancho ha conmocionado a la sociedad española, no solo por la crudeza del crimen, sino también por la implicación de una familia conocida públicamente. La atención mediática sigue latente, expectante ante cualquier reacción o movimiento de los padres, quienes luchan en la más estricta intimidad contra el dolor y la impotencia de una situación que jamás imaginaron vivir.