Cadena perpétua

Las lágrimas de Daniel Sancho y la familia al conocerse la sentencia

Las primeras palabras de la hermana de Edwin Arrieta tras la sentencia de Daniel Sancho

Llegada de los padres de Daniel Sancho al tribunal tailandés para la lectura de la sentencia

Llegada de los padres de Daniel Sancho al tribunal tailandés para la lectura de la sentencia / SITTHIPONG CHAROENJAI / EFE

Alexandra Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El veredicto del juicio contra Daniel Sancho ha caído como un mazo, no solo sobre el propio acusado, sino también sobre su familia. Tras semanas de expectación mediática, la corte tailandesa ha dictaminado una sentencia contundente: cadena perpetua para el joven español por el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta. 

Las noticias que llegan desde Tailandia hablan por sí solas. Sancho, visiblemente afectado y con la mirada perdida, no pudo contener las lágrimas al escuchar la lectura de la sentencia. Unas lágrimas que reflejan la crudeza del momento y el peso de una realidad irreversible. La condena, que la defensa intentará recurrir, supone un punto de inflexión en el caso que ha mantenido en vilo a la opinión pública. 

Las reacciones no se han hecho esperar. Silvia Bronchalo, madre de Daniel, ha sido un pilar fundamental para su hijo durante todo el proceso. Su presencia constante en las visitas a la prisión, su entereza ante los medios y su apoyo inquebrantable, han dibujado la imagen de una madre coraje luchando por su hijo. Sin embargo, la dureza de la sentencia ha supuesto un duro golpe para ella. Aunque se desconoce su reacción inmediata tras el veredicto, fuentes cercanas a la familia hablan de un profundo dolor y desolación.

El caso ha estado marcado por la crudeza de los hechos y la frialdad con la que, presuntamente, Sancho habría actuado. A pesar de haber confesado el crimen, el joven ha mantenido una actitud serena durante gran parte del proceso, lo que ha generado controversia y ha alimentado la atención mediática. Sin embargo, el veredicto final y la perspectiva de una larga temporada entre rejas parecen haber resquebrajado la coraza de Sancho, mostrando un atisbo de arrepentimiento y dolor.

Ahora, con la sentencia dictada, se abre un nuevo capítulo en esta historia. La defensa de Sancho tiene la difícil tarea de apelar la decisión del tribunal tailandés, buscando una reducción de la pena. Por otro lado, la familia del cirujano asesinado, sumida en el dolor por la pérdida, busca justicia y reparación por el terrible crimen.