Sanidad

Omeprazol, entre el abuso y el “no uso”

A la mala utilización como “protector de estómago“ de este fármaco se añade el problema de quienes lo tienen prescrito pero rehúsan tomarlo por temor a sus efectos secundarios

Hay quienes toman omeprazol antes o incluso después de una comida con alto contenido en proteínas y grasas, como la fabada de la imagen.

Hay quienes toman omeprazol antes o incluso después de una comida con alto contenido en proteínas y grasas, como la fabada de la imagen. / L. Murias

Rafa López

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El omeprazol, fármaco en comprimidos contra el reflujo gástrico, es uno de los medicamentos más dispensados por las farmacias españolas, y, tal vez por eso mismo, uno de los más cuestionados por quienes denuncian la supuesta “sobremedicación” de la sociedad. Además, no pocos se automedican utilizándolo mal, como si fuera un protector de estómago o un antiácido, antes de una comida copiosa o de una noche de copas. La última vuelta de tuerca de esta polémica farmacológica es el caso de quienes lo tienen prescrito por su médico pero evitan tomarlo por temor a sus posibles efectos secundarios.

“Hay mucha gente que lo tiene prescrito y no lo quiere utilizar, porque se ha hablado mucho en medios de comunicación de que hay un abuso de omeprazol y que tiene muchos efectos secundarios”, señala una farmacéutica viguesa consultada por Faro de Vigo, que prefiere mantener el anonimato.

Esta profesional, que regenta una oficina de farmacia en la provincia de Pontevedra, reconoce que muchas personas utilizan mal el omeprazol de forma puntual, cuando van a comer mucho o cuando algo les sienta mal. “La gente tiene la idea de que es un protector de estómago, cuando no es cierto: en realidad lo que hace es inhibir la síntesis del ácido clorhídrico en el estómago”, recuerda esta farmacéutica. Subraya que la administración del omeprazol suele realizarse en el marco de un “tratamiento continuado”, no de forma puntual, y que “hay tratamientos con los que sí o sí se debe utilizar”.

Campaña en Cataluña

¿Por qué entoces hay quienes rehúsan tomar omeprazol, aun cuando su médico se lo ha prescrito? De forma recurrente, administraciones sanitarias advierten sobre el abuso de este medicamento y sus posibles efectos secundarios. Hace unas semanas, la directora de la Unidad de Farmacia del Institut Català de la Salut, Anna Bonet, señaló, en declaraciones a Catalunya Ràdio, que el omeprazol es “seguro” y está destinado a tratar el reflujo estomacal, pero que entraña una serie de “riesgos”. Entre ellos, una mala absorción de nutrientes, de alguna vitamina y de magnesio, así como infecciones y osteoporosis.

El Departament de Salu de Cataluña ha impulsado la campaña 'Pastillas, solo las necesarias' para reducir el uso inadecuado de ciertos fármacos.Esta iniciativa se sitúa en la línea de las declaraciones de la ministra de Sanidad, Mónica García, quien dijo en abril que “los tratamientos farmacológicos a largo plazo matan”, en alusión a los psicofármacos, una afirmación que rechazaron de plano los profesionales de la psiquiatría.

También han cuestionado algunas indicaciones del omeprazol expertos como Joan-Ramon Laporte, médico especialista en farmacología. En su libro 'Crónica de una sociedad intoxicada', Laporte afirma que “hay dos indicaciones de los prazoles [omeprazol y similares] autorizadas por la AEMPS [Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios] que parecen escritas por la industria farmacéutica”. Una es la prevención de la recidiva de una úlcera de estómago o de duodeno ya curada, y otra es el control a largo plazo de la enfermedad por reflujo gastroesofágico curada. Laporte, que en su día fue ampliamente criticado por su postura ante las vacunas contra el covid –dijo que son un “experimento”, y que no reducen la mortalidad–, sostiene que esto permite a los médicos prescribir omeprazol “para toda la vida” a las personas que han tenido úlcera o reflujo, y que se trata de “indicaciones imprudentes”.

Algunos estudios apuntan a un daño a la microbiota intestinal, mayor riesgo de infecciones bacterianas, de fracturas óseas e incluso cáncer ampular, aunque la evidencia en la literatura científica al respecto no parece ser muy amplia.

El omeprazol es un medicamento muy seguro y que ha remediado mucho

Clemente García

— Farmacéutico

Un documento médico contenido en la web de la Consellería de Sanidade gallega señala que el omeprazol es “generalmente bien tolerado” y que sus efectos adversos “suelen ser raros, leves y reversibles”. Señala que puede afectar al metabolismo hepático de muchos fármacos, pero que, en la mayoría de casos, “estas interacciones tienen poca relevancia clínica”. Entre esas interacciones se señala que reduce la absorción de vitamina B12 y el metabolismo de las benzodiacepinas (medicamentos psicotrópicos como el Valium).

La profesión médica, por su parte, aporta pautas para una óptima prescripción de este tipo de fármacos. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) recomienda no prescribir de forma sistemática protección gástrica con inhibidores de la bomba de protones (como el omeprazol) a los pacientes que consumen antiinflamatorios no esteroideos (AINE, como la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno) que no presentan un riesgo aumentado de sangrado estomacal.

“Hasta ahora el omeprazol ha sido un medicamento francamente muy seguro, que ha remediado mucho –opina el veterano farmacéutico vigués Clemente García Estévez–. Ha pasado por encima de las cimetidinas, que eran anteriores, y ha resultado muy bien”. Añade que puede haber habido algún “problema puntual”, pero que “la relación riesgo-beneficio del omeprazol es muy elevada” a favor del beneficio.

Respecto a su mal uso, señala que hay algún cliente, al que el profesional de farmacia tiene el deber de orientar, que “cree que es como un antiácido”, pero resta importancia a la polémica. “Para mí el omeprazol es un medicamento seguro –insiste–, y lo ha demostrado con el tiempo. Si no fuese seguro, con toda la gente que lo toma, imagínese la hecatombe que habría. Hay que ser un poco cuidadoso”, añade, en alusión a mensajes de tinte alarmista.

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La acidez gástrica se produce cuando el ácido del estómago alcanza el esófago. Mientras que el estómago tiene una protección mucosa contra el ácido, el esófago es mucho menos resistente a él. Por eso se produce una irritación en el revestimiento del esófago, el ardor de estómago.

El omeprazol inhibe la producción de ácido, pero debe utilizarse bajo prescripción médica y para tratamientos prolongados. “Para tratamientos agudos y puntuales, lo ideal son antiácidos clásicos [tipo Almax], que neutralizan el ácido gástrico –recomienda en “The Conversation” la catedrática de Farmacología Raquel Abalo–. Además, se pueden usar otros productos, como los alginatos [tipo Gaviscon], que crean una barrera protectora en el estómago para que no escape el ácido hacia el esófago”.

Como prevención, hay que comer bien sentado y evitar el alcohol y la comida grasa, picante, y rica en proteínas. Por la noche, cenar ligero y esperar dos horas entre la cena y el momento de acostarse. Cuando se tiene ardor de estómago no se debe tomar leche, ya que es rica en proteínas y estimula la secreción de ácido.

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De cada diez personas, dos o tres toman omeprazol. Es, por tanto, de los medicamentos más usados, ya que de esa decena de personas, tres toman un fármaco para dormir o para la depresión y dos, un medicamento para el colesterol.

De acuerdo con los últimos datos disponibles del Informe anual del Sistema Nacional de Salud, correspondientes a 2022, los inhibidores de la bomba de protones, a los que pertenece el omeprazol, fueron el subgrupo químico de mayor consumo en número de envases en España, 68,5 millones, lo que representa un 6,9 por ciento del total.

Según datos que incluye el especialista en farmacología Joan-Ramon Laporte en su libro “Crónica de una sociedad intoxicada”, en ese año 2022 se hicieron en España más de 71 millones de recetas de “prazoles”, de las que unas 50 fueron de omeprazol.

El omeprazol fue fabricado por primera vez en 1979 por la empresa sueca AB Hässle, parte de Astra AB, ahora AstraZeneca. Fue lanzado como un medicamento para la úlcera en Suecia, y se comercializó por primera vez en Estados Unidos en 1989 bajo la marca Losec.

El primer omeprazol sin receta médica en España lo lanzó la compañía Sandoz en 2016. Los omeprazoles que se venden en farmacia por venta libre tienen menor cantidad de principio activo, 20 mg en lugar de 28; y menos comprimidos, 14, en lugar de los 28 o 56 que contienen las presentaciones con receta. Además, son más caros, 4.20 euros, en lugar de los 2.40 del medicamento con receta.

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