Catalunya, a la cola de España

Estudiar no solo es para jóvenes: casi el 16% de los adultos se sigue formando

El porcentaje de personas de entre 25 y 64 años que cursan estudios se disparó tras la pandemia, pero aún está lejos del 47% que marcan los objetivos europeos para 2025

De los nini a los sisi: uno de cada tres jóvenes que trabaja también estudia

Una mujer, en clase de catalán en una escuela para adultos de Barcelona.

Una mujer, en clase de catalán en una escuela para adultos de Barcelona. / Manu Mitru

Olga Pereda

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Estudiar no es solo cosa de niños y jóvenes. Los adultos también lo hacen. Todos los expertos en educación coinciden en que la formación a lo largo de la vida es prácticamente imprescindible para una buena inserción y estabilización en el mundo laboral. En España, casi el 16% (15,8%) de la población con edades comprendidas entre los 25 y los 64 realizan algún tipo de formación, ya sea en cursos reglados en centros públicos o academias privadas. El porcentaje de adultos que continúan estudiando registra un aumento paulatino desde 2016 (9,4%) pero fue tras la pandemia cuando se disparó, al pasar del 11% en 2020 al 14% solo un año después. Así lo revela el informe ‘Participación en el aprendizaje permanente’, del Ministerio de Educación y Formación Profesional con datos de 2023.

“Hacer del aprendizaje permanente una realidad para todos es una prioridad estratégica”, subraya el informe, que, sin embargo, demuestra que España todavía está lejos del objetivo europeo para llegar a 2025 con al menos un 47% de adultos participando en actividades de aprendizaje, según la directriz marcada en la estrategia para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación (2021-2030).

El 14% de los catalanes adultos siguen formándose, una de las cifras más bajas del Estado

Más mujeres que hombres

Las mujeres adultas superan, con creces, a los hombres en la formación a lo largo de la vida y el reciclaje académico: 17,7% frente a 13,9% de hombres, una tendencia consolidada a lo largo de los años. Por comunidades, Catalunya no sale especialmente bien parada ya que el porcentaje de adultos que continúan con su formación es más bajo que la media española: 14,1%, el mismo que Castilla-La Mancha. La cifra catalana y manchega, de hecho, son la tercera más baja. Solo Baleares (14%) y La Rioja (13,6%) tienen porcentajes todavía más pobres. Mientras, las autonomías que copan las primeras posiciones de la lista son Cantabria (18,4%), Euskadi (18,2%) y Navarra (18%).

La formación a lo largo de la vida es un claro objetivo de las nuevas leyes educativas del Gobierno, especialmente la de FP y la universitaria (Losu). La primera incluye cursos especializados y elementales de aproximadamente 50 horas lectivas en centros oficiales. Con esta formación, el objetivo del Ministerio de Educación y FP es atraer a mujeres y hombres de mediana edad que quieran reciclarse laboralmente tras quedarse en paro y también aquellos que cuidan a familiares (los hijos, por ejemplo) y no disponen de tiempo para cursar actividades académicas más extensas.

Mientras, la norma universitaria consagra los cursos de corta duración, de entre 4 y 30 créditos, accesibles tanto para titulados como para personas con experiencia profesional acreditada. "Necesitamos una universidad más flexible y adaptada a lo que demanda la ciudadanía y que sea para todas las edades", destacó, tras la aprobación de la Losu, el entonces ministro de Universidades, Joan Subirats, antes de que su departamento fuera absorbido por el Ministerio de Ciencia e Innovación. "El título del grado no puede ser el fin de la vida universitaria. Necesitamos una universidad en la que poder encontrar procesos de actualización de las carreras", defendió el ministro, convencido de que hay que superar la idea de que, una vez que un estudiante consigue el título, se va a dedicar profesionalmente a ese sector toda su vida laboral.  

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