Respeto animal

La última voluntad de Alain Delon, sacrificar al perro para ser enterrados juntos: ¿un caso de especismo?

Los especistas defienden que el ser humano es superior al resto de los animales

Alain Delon: el galán más turbio del cine francés

Alain Delon con su perro Loubo.

Alain Delon con su perro Loubo. / Archivo

Natalia Vaquero

Natalia Vaquero

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una solicitud tan extraña como polémica rodea el fallecimiento de Alain Delon ocurrido el pasado 18 de agosto: la última voluntad del actor, conocido por su amor a los animales, era que su perro, un pastor belga llamado Loubo, fuera sacrificado y enterrado junto a él en su tumba de la capilla que mandó construir en su finca, en la localidad de Douchy, a 140 kilómetros de París.

0Su deseo final ha sido finalmente desoído por la familia. Sus tres hijos han comunicado que no practicarán la eutanasia al animal, algo que había solicitado para sí mismo anteriormente el propio Delon.

Esta decisión ha sido aplaudida por la mítica Brigitte Bardot, amiga del actor y presidenta de la Fundación que lleva su nombre, férrea defensora de los derechos de los animales, que se ha mostrado complacida por la respuesta familiar de no cumplir con el atrabiliario capricho de la leyenda del cine francés, considerado durante años como "el hombre más guapo del mundo", pero también tachado de ególatra machista.

¿Pero era Alain Delon además de machista y egocéntrico un especista de libro por querer llevar a su tumba a su perro Loubo que aún está vivo?

Los especistas defiende que un ser humano es superior al resto de los animales, al igual que el machista considera inferior a la mujer o el racista, que infravalora a otros grupos étnicos.

Familia multiespecie

"Sin ningún lugar a dudas es extraño e incomprensible que Alain Delon quisiera que sacrificaran a su perro si de verdad lo quería tanto", reflexiona Oscar Horta, filósofo gallego, activista 'antiespecista', fundador de la Fundación Ética Animal y profesor en el Departamento de Filosofía y Antropología de la Universidad de Santiago de Compostela.

Horta, autor de 'Un paso adelante en defensa de los animales' (Plaza y Valdés), evita hablar de mascotas y prefiere utilizar el término "familia multiespecie" al referirse a esos hogares en los que conviven con respeto y afecto seres humanos y animales. "No me parece relevante que alguien quiera ser enterrado junto a sus perros, porque al perro le va a dar igual dónde lo entierres, pero no se entiende que alguien quiera matar a su perro sano para que se vaya con él a la tumba", insiste, descolocado por la razón esgrimida por Alain Delon para pedir la eutanasia de Loubo: "evitarle el sufrimiento".

Argumentos de Delon

"Es mi perro de final de vida… lo amo como a un hijo", confesó Delon a 'Paris Match' en 2018. "Si muero antes que él, le pediré al veterinario que nos lleve juntos. Lo pondrá a dormir en mis brazos. Prefiero hacerlo antes que saber que se dejará morir en mi tumba con tanto sufrimiento", añadió ante el estupor de grupos de activistas, horrorizados por el posible sacrificio del animal.

"En principio podríamos pensar que el actor tenía consideración por el perro, pero no es así”, arguye Horta, "porque lo importante es que el animal disfrute de una buena vida y no dónde lo van a enterrar".

Otra cosa sería que el perro estuviese sufriendo mucho debido a una enfermedad, e igual que uno aboga por la eutanasia para sí mismo, podría comprenderse el sacrificio del animal, según el filósofo gallego, convencido de que Loubo puede sentir pena por la partida de su propietario, pero igual que los seres humanos solemos sufrir cuando se nos muere alguien con el que hayamos tenido un vínculo afectivo especial. Incluso sin ese vínculo se puede sentir pena por la muerte de una persona.

"Los animales sufren dolores y padecimiento psicológico, igual que nosotros", subraya.

Declaración de Nueva York

Esta certeza está avalada en la Declaración de Nueva York de 2024 sobre la consciencia animal, un documento que recoge las firmas de científicos con un consenso: más de los animales que creemos tienen consciencia. Dicha declaración recoge los estudios que investigan este fenómeno del reino animal.

Existe una amplia aceptación de la consciencia en mamíferos y aves, respaldada por numerosas investigaciones. Pero las pruebas también sugieren que todos los vertebrados, incluyendo reptiles, anfibios y peces, podrían tener algún grado de consciencia.

Sorprendentemente, la evidencia no se detiene ahí. Algunos invertebrados, como los cefalópodos (pulpos, sepias), crustáceos decápodos (cangrejos, langostas) e insectos, también muestran indicios de consciencia.

"Los animales padecen estrés, echan de menos a otras especies, sienten miedo y también angustia", reitera Oscar Horta, antes de denunciar el trato que reciben de las personas. "Algunos animales viven bien, pero la inmensa mayoría tienen vidas miserables en granjas industriales o son explotados para la caza", se queja, hastiado de "las crueldades inimaginables que padece la mayoría de los animales".

"¿Aún nos cuesta creer que una langosta no sufre cuando la metemos viva en agua hirviendo en la cazuela?", se pregunta.

La misma defensa férrea de los animales esgrime Daniel Dorado, abogado especializado en legislación animal y presidente del Centro Legal para la Defensa de los Animales, bregado en la lucha de parejas que se separan y quieren obtener la custodia del animal con el que convivían o en resolver herencias de animales de compañía.

"¿Acaso pedirías aplicar la eutanasia a tu hijo cuando te mueras para que no sufra por tu partida", reflexiona Dorado sobre la última voluntad de Alain Delon. "¡Claro que el perro le echará en falta, pero tendrá una buena vida", añade.

Acabar con la cría y venta de animales de compañía

Daniel Dorado defiende acabar con la cría, reproducción y venta de animales de compañía y propone cambiar esa práctica por la adopción de animales que se encuentran en protectoras o abandonados en la calle.

Dorado lleva casos de maltrato animal, multas por acciones de los denominados perros peligrosos, pero, sobre todo, por la custodia compartida de estos animales de compañía.

 Suelen ser parejas que no se han casado y cuando se separan comienzan los pleitos. En España, los microchips de los perros recogen el nombre de una sola persona y suele ser la que no aparece en el registro la que inicia el pleito.

Últimamente, han proliferado también los casos de herencias de animales de personas mayores. "Lo que se hace es dejar parte del dinero a alguien con la condición de que cuide de su bienestar", explica. Esa tutoría puede ser supervisado por otra persona para asegurar la protección de animal.

"A los perros les da lo mismo vivir con un multimillonario que con un payés, lo que necesitan es no ser explotados o maltratados", concluye Horta.