¿Dónde saldrá el próximo volcán en Canarias?: los nuevos mapas de peligro volcánico anticiparán la ubicación de una futura erupción

El Ejecutivo isleño firma un convenio de colaboración con el CSIC con el que actualizará el Pevolca, formará al personal de Protección Civil y mejorará a la planificación territorial

El volcán Tajogaite en pleno proceso eruptivo en 2021.

El volcán Tajogaite en pleno proceso eruptivo en 2021. / Kike Rincón

Verónica Pavés

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Canarias va a actualizar el Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por riesgo volcánico (Pevolca) con nuevos mapas de peligrosidad que le permitirán pronosticar –aunque nunca con una certeza absoluta– cuáles son los lugares en los que es más posible que entre en erupción el próximo volcán. Este material, creado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), no solo ayudará a salvaguardar las zonas más afectadas por las posibles coladas, cenizas y gases tóxicos, sino que también permitirá realizar una planificación territorial más ordenada en un contexto de crecimiento de la población isleña. 

La herramienta que se utilizará para elaborar estos nuevos mapas se alimenta de cuatro décadas de información geológica, la cartografía disponible y del monitoreo de la actividad volcánica más reciente, tanto en lo que se refiere a los seísmos como en la emisión de gases. "Hemos tomado datos de todo lo que conocemos y hemos podido recoger; las pautas de comportamiento del pasado nos ayudan a dar un pronóstico sobre el futuro", indica Joan Martí, investigador del IDAEA-CSIC y responsable del proyecto. "Con este modelo podremos dar un paso más allá en la gestión del riesgo, ya que hasta ahora el Pevolca solo contempla una primera aproximación muy genérica con los mapas de riesgo", añade el viceconsejero de Aguas de la Consejería de Política Territorial, Marcos Lorenzo. 

Este modelo matemático permitirá elaborar unos documentos más exhaustivos que serán capaces de responder –o al menos acercarse– al cómo y el dónde hay más posibilidades de que ocurra una nueva erupción, aunque no el cuándo ocurrirá. "Eso nunca se puede garantizar", resalta Martí, que destaca que las probabilidades aun así "pueden no ser exactas". 

Estos mapas, que ofrecen una representación visual de las áreas potencialmente afectadas por peligros volcánicos, son una herramienta crucial para establecer escenarios, diseñar medidas preventivas, priorizar recursos, coordinar intervenciones durante emergencias y aumentar la conciencia ciudadana sobre los riesgos y los protocolos de actuación. 

También serán fundamentales para la planificación territorial del Archipiélago. "Más aún en un contexto de crecimiento poblacional como el que sigue viviendo Canarias", indica Martí.  

En este caso, los mapas de riesgo acotarán las zonas de las Islas en la que una erupción podría causar más daños, ya sea por el paso de coladas, la caída de cenizas, los terremotos o la emanación de gases tóxicos. Estos últimos, como admite el viceconsejero, eran "aspectos que antes del volcán de La Palma ni siquiera se contemplaban". De hecho, tal y como recuerda Martí, "la erupción de La Palma se gestionó sin disponer de mapas de peligrosidad". 

La herramienta ha sido aplicada previamente en Islandia y en estos momentos también se está utilizando en Costa Rica. Sin embargo, durante estos tres últimos años se ha adaptado al archipiélago canario con información referente a las Islas y con el uso de inteligencia artificial. "Los mapas son dinámicos, por lo que a medida que contemos con más información los iremos modificando", asegura Martí. 

Un convenio de colaboración

La cesión de estos recursos forma parte del protocolo de colaboración firmado entre este instituto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con la Consejería de Política Territorial, Cohesión Territorial y Aguas del Gobierno de Canarias. "La idea es que no se quede en una acción puntual, sino que sea un marco general para establecer cómo el Gobierno se relaciona con el CSIC", indica Lorenzo, que recuerda que este protocolo de colaboración se suma a los que ya tienen firmados con otras entidades con el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan). 

Esta nueva línea de colaboración tiene como objetivo otorgar más información al Ejecutivo para que adecúe sus decisiones a la información científica disponible y para preparar mejor a los profesionales de Protección Civil ante la aparición de un nuevo volcán. «Hay que aprovechar el conocimiento de nuestros científicos para mejorar nuestra preparación», insiste Lorenzo. El viceconsejero recuerda la importancia de tener una buena información para "hacer frente a la desinformación". Lorenzo se refiere, en concreto, a la que ha trascendido los últimos días con la supuesta reactivación del volcán que algunos medios de comunicación dieron por hecho. "Esto ha generado una confusión enorme en la isla", insiste.  

La colaboración entre ambas entidades contempla, además de la elaboración y cesión de estos mapas, la organización de actividades de promoción de la investigación, la cooperación en programas de formación a personal investigador y organización de seminarios y jornadas de divulgación para la población general y al personal de Protección Civil. 

"Queremos que Protección Civil sepa en lo que está trabajando", relata Martí, que asegura que durante la erupción de La Palma se encontró con profesionales de emergencias que, si bien hacían su trabajo de una manera impecable, "no conocían el peligro al que se estaban enfrentando". 

El protocolo, como recalca el viceconsejero, no supone una contraprestación económica, aunque el Ejecutivo no se cierra a invertir en contratación en acciones específicas, en especial aquellas que tienen relación con la formación a nuevos científicos. 

Divulgación a la población

Más allá de estas acciones iniciales, al Gobierno le interesa contar con los científicos a la hora de ejecutar una de las fases más importantes del Pevolca: la divulgación a la población. "Nunca se ha llegado a dar ese paso", indica Lorenzo. Esto no solo significaría poner a disposición de la ciudadanía los mapas de riesgo, sino también realizar actuaciones de prevención con simulacros y formación específica. 

Desde la Consejería saben que el camino no es sencillo. "Pero debemos intentarlo porque si no llegamos hasta allí nos quedaremos cojos", resalta Lorenzo. De hecho, el viceconsejero recuerda que se han realizado diversas acciones divulgativas en la isla de La Palma que, sin embargo, no han tenido éxito de convocatoria. "En algunos municipios no ha acudido ni una persona", rememora y sentencia: "algo estamos haciendo mal". De ahí que considere que hay que hacer más hincapié en este tipo de información y formación específica de mano de los especialistas.