Asesinato en Mocejón

La comisionada de Salud Mental, sobre el tratamiento al presunto asesino de Mateo: "Un trastorno no se puede vincular con la violencia"

Belén González destaca que a las personas que tienen diagnósticos de este tipo "se les aísla, se ejerce violencia contra ellos, no tienen un respaldo social adecuado, por el estigma" que cae sobre ellos

Belén González, comisionada de Salud Mental.

Belén González, comisionada de Salud Mental. / EFE

Ana Ayuso

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

J.P., el joven de 20 años detenido por presuntamente asesinar a Mateo, un niño de 11 años, en el municipio toledano de Mocejón, se enfrentará a dos juicios: al ordinario y al que le está sometiendo la opinión pública, después de que el padre del joven asegurase que su hijo tiene una discapacidad psíquica del 70%.

Con las primeras declaraciones de vecinos y conocidos, ya se ha asociado el posible trastorno mental del presunto asesino con el terrible suceso. La comisionada de Salud Mental en el Ministerio de Sanidad, Belén González, alertó en un hilo de X, antigua Twitter, del peligro de este "estigma", que es además "infundado, falso y dañino".

"Llevamos muchos años probando que no existe una vinculación entra salud mental y violencia y que, de hecho, la que se da es al contrario: las personas que tienen un diagnóstico de salud mental reciben mucha más violencia que aquellas que no lo tienen", sostiene en una entrevista con El Periódico de España.

- Explicaba el otro día en un hilo de X, a colación del asesinato de Mateo, que se estaban asociando los supuestos problemas de salud mental del detenido con el crimen y que eso se transforma en un "estigma es infundado, falso y dañino"...

Ni siquiera lo sabemos con seguridad. Se está dando un dato de manera preliminar, sin tener la confirmación de ello. Ese es el principal problema y el indicativo de que algo estamos haciendo mal. 

- Me recordaba este caso a cuando antes se asociaba cualquier crimen a la nacionalidad o a la religión de la persona que había cometido el delito. ¿Ve ambos casos similares?

Es el mismo procedimiento. De hecho, en este caso, lo que encontramos es que primero se le acusa de no ser de nacionalidad española, algo que después se confirma que no es cierto. Aunque no se hubiese desmentido, aunque hubiese sido una persona de origen extranjero, eso no se puede vincular a la violencia. De la misma manera que tener una religión o un trastorno mental determinado, no se pueden vincular tampoco a la violencia. 

Llevamos muchos años probando que no existe esta vinculación y que, de hecho, la que existe es al contrario: las personas que tienen un diagnóstico de salud mental reciben mucha más violencia que aquellas que no lo tienen. Si hubiera una relación con la violencia, es precisamente la contraria a la que estamos prejuzgando. 

- Aunque es difícil encontrar datos, las estadísticas suelen situar la prevalencia de criminales con enfermedades mentales entre el 3 y el 5% de los casos totales. 

-Es una cuestión residual. Se trata única y exclusivamente de un prejuicio, pero cada vez que se produce de forma casual un crimen y esa persona que lo ha cometido, por la circunstancia que sea, tiene un diagnóstico de salud mental, ambos factores aparecen automáticamente relacionados. Por tanto, la lectura social que se hace es que existe mucha más prevalencia de personas con trastorno mental que cometen delitos que aquellas que no los tienen. 

Si hiciésemos esto mismo con la hipertensión, si sacásemos un titular de "Pepita Pérez, con hipertensión, es la presunta asesina de alguien", pensaríamos que la hipertensión predispone a cometer delitos. 

Vecinos de Mocejón, el municipio de Toledo donde un niño de 11 años fue asesinado por un encapuchado mientras jugaba al fútbol. / Alba VigarayVecinos de Mocejón, el municipio de Toledo donde un niño de 11 años fue asesinado por un encapuchado mientras jugaba al fútbol.

Vecinos de Mocejón, el municipio de Toledo donde un niño de 11 años fue asesinado por un encapuchado mientras jugaba al fútbol. / Alba VigarayVecinos de Mocejón, el municipio de Toledo donde un niño de 11 años fue asesinado por un encapuchado mientras jugaba al fútbol. / Alba Vigaray

- ¿Cómo puede afectar a las personas con trastornos mentales ver que se asocia íntimamente en las noticias un hecho casual con su trastorno mental?

Hay todavía más desconocimiento de esto que de la propia relación entre violencia y trastorno mental. La gente no se hace una idea de lo dañino que es este prejuicio. Ya no sólo está el estigma a nivel social, que hace que el resto de gente se aleje de las personas con diagnóstico mental, se queden así mucho más aislados de lo que están y tengan mucho más sufrimiento. 

Una de las principales características de las personas con trastorno mental grave es que tienen gran dificultad para establecer vínculos con otros. Si desde fuera lo que hacemos es ponérselo todavía más difícil, va a ser muy complicado que se puedan recuperar, porque la recuperación parte de la vinculación con el otro, de que te miren como una persona que es válida, que es digna de estar en sociedad, que forma parte de la comunidad. 

Hay un estigma que hace que las personas se alejen de quien tiene una enfermedad mental, pero también hay un autoestigma, la internalización de esa creencia social y de ese prejuicio de que existe una relación entre el trastorno mental y la violencia. Yo les preguntaba a mis pacientes si creían que había una relación entre, por ejemplo, la esquizofrenia y ser más violentos y respondían que sí, teniendo ellos mismos ese diagnóstico. Cuando les cuestionaba si habían cometido crímenes o si eran violentos, me decían que no. No hay derecho a que tengan que cargar que se les relacione con la peligrosidad. 

Habitualmente, los comportamientos violentos que suelen mostrar son contra sí mismos, pero, cuando ocurre algo como en este caso, todo el mundo atribuye la culpa al paciente"

Belén González

— Comisionada de Salud Mental

- Los vecinos del entorno de un agresor suelen pronunciar frases como "ya se sabía que iba a pasar algo, estábamos esperando a que pasase algo". Si ya se intuía que iba a pasar algo, aunque no tiene por qué pasar, ¿por qué nadie ha hecho nada para evitar que esas personas queden aisladas y en los márgenes de la sociedad?

Es lo que llamamos una profecía autocumplida. A las personas que tienen diagnósticos de salud mental se les aísla, a veces se ejerce violencia contra ellos, no tienen un respaldo social adecuado o una comunidad a la que pertenezcan, precisamente por este estigma. Habitualmente, los comportamientos violentos que suelen mostrar son contra sí mismos, pero, cuando ocurre algo como en este caso, todo el mundo atribuye la culpa a esta persona, en lugar de revisar todos si podríamos haber estado más presentes y preguntar si pasaba algo. 

Cuando se hacen preguntas de este tipo y nos acercamos desde la comprensión y desde la escucha, generalmente se desactiva esa violencia y se produce una revelación de que la persona con diagnóstico mental está asustada y con una sensación de encontrarse sola. La escucha es reparadora. 

- La Guía de estilo sobre salud mental para medios de comunicación, elaborada por la Confederación de Salud Mental España, explica que todavía hay confusiones con los términos: la ezquizofrenia, el trastorno bipolar o la ansiedad sí son problemas de salud mental, pero la demencia, el alzhéimer, el autismo o el síndrome de Down, no. ¿Falta interés por informarse de este asunto?

La intención es lo primero. No hay que informar de un dato cuando no es pertinente. Si en un momento preliminar de la investigación directamente se informa de un antecedente de salud, como un problema de salud mental, ya se está produciendo ese prejuicio. De entrada, uno está pensando que una cosa puede tener que ver con la otra. Si con el desarrollo de la investigación se demuestra que puede existir una influencia de la sintomatología, se puede explicar, pero con responsabilidad. No nos está interesando tanto actualmente qué hay detrás de ese comportamiento como confirmar nuestro sesgo y nuestro estigma de que existe una conexión entre violencia y salud mental. 

Uno no quiere ser definido por un diagnóstico que es una carga de por vida. Ya no eres María, que tiene un problema de salud, sino la esquizofrénica"

Belén González

— Comisionada de Salud Mental

- Dice la Guía: "Rara vez el problema de salud mental se muestra como una circunstancia más de la persona, en lugar de como su cualidad fundamental". ¿Estamos reduciendo al conjunto del individuo únicamente a la enfermedad que tiene, a alguien que tiene ansiedad, a alguien que tiene esquizofrenia?

Incluso se llega a decir "un esquizofrénico", como si eso fuera lo que define a su persona. Esto les puede afectar de forma terrible. Este prejuicio social es generalizado. No lo tengamos nosotros pero las personas con diagnóstico, no. Ellos también lo tienen y sufren ese autoestigma. Cuando se da un diagnóstico de este tipo o cuando alguien empieza a tener síntomas que pueden ser compatibles con un problema de salud mental grave, lo que conlleva es que esa persona va a intentar rechazar ese diagnóstico de todas las formas posibles. Uno no quiere ser definido por un diagnóstico que es una especie de carga de por vida, porque la sociedad les dice que no se van a poder recuperar y que va a afectar a todo su ser. Ya no eres María, que tiene un problema de salud, sino la esquizofrénica. 

La imagen social que tenemos de estos diagnósticos es terrible y no es la realidad, porque desde la escucha, desde la integración en la comunidad, la fundamentación de derechos y libertades, estas personas pueden tener vidas estupendas.