Inmigración en Catalunya

Viaje al 'corredor del fuet' | Adaptarse, entenderse o quererse: ¿qué es la integración?

De Ripoll a Alcarràs, pasando por Manlleu, entre los vecinos preguntados por EL PERIÓDICO no hay consenso sobre lo que debe suponer la 'integración'

Ante la disparidad de visiones, los expertos advierten de que sin políticas ambiciosas y sin derechos no habrá una cohesión real

Catalunya ya tiene ocho millones de habitantes: uno de cada cinco son extranjeros

MULTIMEDIA: El 'corredor del fuet': Viaje a la Catalunya que necesita pero a la vez rechaza la inmigración

Adaptarse, entenderse o quererse: ¿qué es la integración?

El Periódico

Elisenda Colell

Elisenda Colell

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El encaje de las personas migrantes en la sociedad catalana no es un acto de magia. ¿Integrar es un verbo reflexivo, que hace uno mismo, o recíproco, que necesita un mínimo de dos personas para ocurrir? La Real Academia Española (RAE) define integrar como la acción de constituir un todo. Hacer que alguien forme parte de un todo. Comprender y fusionar. Pero, a la hora de la verdad, hay tantas definiciones de integración como personas conviven en un lugar. Algunas hablan de respeto, de empatía y de sentimientos. Otras de obligaciones. La palabra, está en boca de todos. En este viaje a la Catalunya interior que, a la sombra de la potente industria cárnica ha visto cambiar su demografía, preguntamos qué es la integración.

En Ripoll, Pilar y Francesc Ruiz refunfuñan sobre la presencia de inmigrantes en su ciudad. "No se integran", dice ella desde el mostrador de una panadería. "No aprenden la lengua, no se adaptan a lo de aquí, se aferran a lo suyo", apunta Ruiz, que catalanizó su nombre al llegar con seis años de edad a Vallfogona del Ripollès procedente de Cádiz. "Ya que les dejamos entrar, que les hacemos el favor… que se integren, que trabajen y que se porten bien", afirma Alba, de 20 años, vecina de Torelló. "Que hablen nuestro idioma, que sigan nuestra cultura", añade Carla, cerveza en mano en la terraza.

"No aprenden la lengua, no se adaptan a lo de aquí, se aferran a lo suyo"

Francesc Ruiz

— Vecino de Ripoll

Un discurso que nace del de Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll y líder de Aliança Catalana. "Integrarse es adaptarse a lo que hay, no condicionar la vida de los que ya estaban. Pero el objetivo debe ser la asimilación: cuando tú te comportas como los que son de aquí. No podemos respetar que las terceras o cuartas generaciones sigan reivindicado los valores de esa cultura de sus bisabuelos. Deben formar parte de esta sociedad", expone la dirigente ultranacionalista.

"Integrarse es adaptarse a lo que hay, no condicionar la vida de los que ya estaban"

Sílvia Orriols

— Líder de Aliança Catalana y alcaldesa de Ripoll

Trabajadores de la indústria cárnica en Olot esperan el autobús para regresar a su casa.

Trabajadores de la indústria cárnica en Olot esperan el autobús para regresar a su casa. / zowy voeten

"Prefiero hablar de cohesión. Hay algo de estimación, es un sentimiento en el que debemos colaborar todos"

Jaume Ars

— Alcalde de Guissona

"Para integrarte tienes que dar pena", resume Ashley, de origen dominicano y dependienta de una cafetería en Ripoll. "La gente quiere que seas como ellos: que comas cerdo, que hables catalán. A mí me gustaría crecer sin tener que renunciar a nada", se suma Boutayna, una joven nacida en Ripoll de padres magrebís. "Para mí es la inclusión de las personas, que se las incluya en la sociedad tal como son, no hace falta moldearlas", insiste Omar Elabdali, estudiante en Ripoll nacido en Marruecos.

"La gente quiere que seas como ellos: que comas cerdo, que hables catalán. Me gustaría crecer sin tener que renunciar a nada"

Boutayna Attou

— Estudiante y vecina de Ripoll

"Son ellos los que se tienen que habituar a nosotros, y no al revés", opina Rosa Maria, una jubilada que merienda con las amigas en los porches de la plaza mayor de Manlleu. "Integrarse es adaptarse a las cosas de aquí. No hace falta que pierdas tus raíces, pero los morenitos, los negros… su cultura es muy cerrada", añade Loren, una educadora de Alcarrás.

La inclusión de las personas es que se las incluya en la sociedad tal como son, no hace falta moldearlas"

Omar Elabdali

— Estudiante y vecino de Ripoll

Tània Santacatalina, estudiante, explica que ahora siente que es ella la que tiene que integrarse en Alcarràs. "Integrar es acoger, que nadie se sienta excluido, lo que pasa es que ahora soy yo la que me siento de fuera". Su amiga Claudia la aplaude: "Integrarse es que si estás aquí tienes que querer estar aquí y hacer las cosas que hacemos aquí, no las que hacías en tu país".

Tania Santacatalina, estudiante y monitora de un casal de verano en Alcarràs (Segrià).

Tania Santacatalina, estudiante y monitora de un casal de verano en Alcarràs (Segrià). / zowy voeten

"Integrar es acoger, que nadie se sienta excluido, lo que pasa es que ahora soy yo la que me siento de fuera"

Tània Santacatalina

— Vecina de Alcarràs

¿Y qué pasa si no elegiste venir a Catalunya? Es lo que le ocurrió a Sanaa Boujdadi, que con 9 años salió de Nador (Marruecos) y terminó en Manlleu. "Todos somos culpables de que la gente no se integre. Es que a mí no me gusta la palabra integrar, prefiero arraigar. Un árbol tarda mucho en arraigar, pero si lo cuidas lo hace", describe. "Yo me puedo integrar perfectamente en la sociedad hasta cierto punto, porque depende de qué fiesta o qué celebración irá en contra de mi religión", argumenta Aboubaker Boudaddi, un estudiante de Ingeniería química nacido y criado en Vic.

Yassin, Aboubaker y Youssef tres jóvenes estudiantes de Vic hijos de inmigrantes marroquís.

Yassin, Aboubaker y Youssef tres jóvenes estudiantes de Vic hijos de inmigrantes marroquís. / zowy voeten

"Me puedo integrar perfectamente hasta cierto punto, porque depende de qué fiesta o qué celebración irá en contra de mi religión"

Aboubaker Boudaddi

— Estudiante de Ingeniería química y vecino de Vic

"Estar integrado significa que me tengo que volver español, ¿no? Que adopte sus costumbres y que ellos se acostumbren a mí. El problema es que no quieren", dice Reda, un catalán de padres magrebís que sigue con fervor los partidos de la selección española. "Para poderte integrar te tienes que aceptar a ti mismo. La gente se arrepiente de tener la piel negra porque quiere encajar con la gente de aquí", explica Khady Fall Sarr, guissonenca hija de senegaleses.

Khady Fall Sarr, estudiante e hija de Bigue Sarr una de las primeras mujeres senegalesas que llegaron en Guissona a partir del 2000.

Khady Fall Sarr, estudiante e hija de Bigue Sarr una de las primeras mujeres senegalesas que llegaron en Guissona a partir del 2000. / zowy voeten

"Prefiero la palabra arraigar. Un árbol tarda mucho en arraigar, pero si lo cuidas lo hace"

Sanaa Boujdadi

— Integradora social de Manlleu

"Para mí la integración es que no haya diferencia entre blancos y negros, porque todos somos personas. El problema es que nos maltratan y no tenemos dónde decirlo", se queja Enoch Mensah, extrabajador de la industria cárnica en Olot. "Integrarse no significa fundirse, sino respetar", apunta Anssa Mimouni, responsable de la primera mezquita de Vic.

Anssa Mimouni Loukili, presidente de la junta de la primera mezquita de Vic, ubicada en el barrio del Remei.

Anssa Mimouni Loukili, presidente de la junta de la primera mezquita de Vic, ubicada en el barrio del Remei. / zowy voeten

"Integrarse no significa fundirse, sino respetar"

Anssa Mimouni

— Presidente de la junta de la mezquita de Vic

"El problema es que aún no hemos asimilado que las culturas se tienen que mezclar. Y vemos a los niños negros juegan en la calle y a los blancos, en la piscina, de vacaciones o jugando a la play", apunta Modest Senmatí, coordinador del club futbol Riudeperes, en Calldetenes.

"Cuando integras desintegras, porque dejas una parte tuya en otro lugar. Somos una sociedad multicultural pero no intercultural. Hay muchas culturas pero no compartimos", apunta Anissa Lamzab, mediadora cultural del CAP El Remei, de Vic. La directora del centro, Marta Serrarols, lo resume acudiendo a la empatía y el respeto. "Cuando conoces las historias de estas personas, que han pasado muchas desgracias, solo puedo tratar de acogerles como a mí me gustaría que me acogieran. Y esto significa conocer su cultura, sin miedo. Solo así nos entenderemos".

"Vengamos de donde vengamos necesitamos una vivienda digna, trabajo digno y un plato en la mesa. Tenemos que tratarles igual que quisiéramos que nos trataran a nosotros", coincide Montserrat Castanyer, exlíder sindical de la plataforma Càrnies en Lluita. "Nos tendríamos que adaptar más, convivir juntos", añade Verónica Argelet, propietaria de un bar en Alcarràs que ha visto cómo sus vecinos bautizaban a su local como 'el bar de los negros'.

"Para mí integarse es que no te vean como un bicho raro, que vean que puedes aportar, que pueden contar contigo. Sentir que tú también eres de acá", expone Scarlett Iturrarán, madre peruana promotora de proyectos de inclusión en Manlleu. Stephan Ivancide y Diana Yuliana son los primeros rumanos que llegaron a Guissona en los años 90. "Integrar es aportar tu voluntad allá donde vas", define él. "Es conocer la cultura de los demás, vivirla", añade ella.

"Vengamos de donde vengamos necesitamos una vivienda digna, trabajo digno y un plato en la mesa"

Montserrat Castanyer

"A mí no me gusta la palabra integración. Prefiero hablar de cohesión. Trabajas, usas los servicios... pues estás integrado. Pero, ¿te sientes cohesionado con el pueblo? Hay algo de enriquecimiento, de estimación, es un sentimiento en el que debemos colaborar todos", propone Jaume Ars, alcalde de Guissona. "Integrarse es sentirse satisfecho del lugar donde uno vive. Que en los diferentes parámetros de tu vida te sientas bien de estar donde estás", aporta Jordi Rosanes, director de la escuela Vedruna de Manlleu. En cambio, el ganadero Jordi Mir, en Alcarràs, tiene más dudas. "¿Intequé? No sé responder... Para mí, si no tienen trabajo aquí… ¡que se larguen!".

Jordi Rosanes, director de la Escola Vedruna de Manlleu, el pasado mes de julio en una de las aulas del centro.

Jordi Rosanes, director de la Escola Vedruna de Manlleu, el pasado mes de julio en una de las aulas del centro. / zowy voeten

Todas estas voces evidencian la fractura existente. Para los investigadores que desde hace más de 30 años estudian el fenómeno migratorio en Catalunya la tesis es muy clara: hacen falta políticas públicas transversales y de amplio alcance para que la integración sea real. Sin ellas, uno de los riesgos es el repligue identitario de las diferentes comunidades. Lo explica la antropóloga social Silvia Carrasco, coordinadora del grupo de investigación EMIGRA en Migraciones, Educación e Infáncia de la UAB. "Hablar de políticas de diversidad sin medios permite que se produzca un repliegue identitario que ya estamos viendo. Y es entonces cuando entran en escena los fundamentalismos, de un lado y de otro", avisa.

"Hablar de políticas de diversidad sin medios permite que se produzca un repliegue identitario que ya estamos viendo"

Silvia Carrasco

— Grupo de investigación EMIGRA en Migraciones, Educación e Infancia de la UAB

"La integración es un proceso de doble dirección. Es un proceso de reajuste"

David Moya

— Coordinador del Máster Interuniversitario UAB-UB sobre Migraciones Contemporáneas

Explica que el verbo integrar lo ha de conjugar la Administración. "Integrar significa gozar de la igualdad de derechos y recursos adecuados. Hasta que no se cumpla con los derechos humanos de las personas migrantes no habrá integración".

Por su parte,  David Moya, coordinador del Máster Interuniversitario UAB-UB sobre Migraciones Contemporáneas, subraya que "la integración es un proceso de doble dirección. Es un proceso de reajuste". Advierte de que este acuerdo social es más difícil en entornos rurales. "En los entornos más pequeños nos podemos encontrar más resistencias. La sensación de comunidad es más profunda, más arraigada y homogénea que en las grandes ciudades, donde la sensación de pertenencia es más fluida y plural", apunta.

Suscríbete para seguir leyendo