Relaciones sexuales

Los peligros de la asfixia erótica

Más del 40% de los jóvenes en Australia, Estados Unidos o Alemania la ha practicado

Puede tener consecuencias fatales: síncope, parada cardiorrespiratoria o daño cerebral

Los peligros de la asfixia erótica.

Los peligros de la asfixia erótica.

Mar Mato

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Un estudio de la Universidad de Melbourne y la Universidad de Queensland publicado en “Archives of Sexual Behaviour” este verano ha revelado que la asfixia erótica –disminuir la respiración de la pareja o de la propia persona para obtener más placer sexual– está extendida entre jóvenes de 18 a 35 años.

Tras encuestar a 4.702 jóvenes de dichas edades, el 57% (casi seis de cada diez) aseguró que había sido estrangulado durante el sexo como mínimo en una ocasión. Más de la mitad (51%) indicó que había estrangulado a su pareja al menos una vez.

En Estados Unidos, en la Universidad de Indiana, realizaron otro estudio a principios de esta década cuya conclusión fue que un 40% de las mujeres estadounidenses de entre 18 y 24 años habían sido asfixiadas durante una relación sexual.

En declaraciones a la BBC, la autora del estudio, Debby Herbenick, tildó de “preocupantes” los resultados y apuntó que esta práctica sexual que era años y décadas atrás poco común ahora se ha extendido. “Con el porno online, el sexo se ha vuelto más violento entre jóvenes y adolescentes”, subrayó.

Ni en España ni en Galicia hemos localizado estudios al respecto. Desde la Sociedad Galega de Sexología, señalan carecer de datos sobre los que opinar.

Las cifras de otros países europeos son similares a los de EEUU. En la Universidad de Hamburgo y la Técnica de Ilmenau descubrieron este año que el 40% de los adultos de 18 a 40 años han realizado alguna vez prácticas de sexo violento consensuado (incluyendo asfixiar, azotar y tirar del pelo).

En la Universidad de Reykjavik, Islandia, el 44% de las personas encuestadas confirmó que había practicado la asfixia erótica, sexual choking en inglés.

A expensas de conocer los datos de su práctica en Galicia o España y tomando como altamente probable que sea una práctica in crescendo entre los más jóvenes, conversamos con el portavoz de la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria (Agamfec), Jesús Sueiro,sobre sus riesgos.

“Cae de cajón. Puede ocurrir una parada cardiofrespiratoria en los casos más intensos. También se puede producir un síncope por la hipoxia. La tensión baja y también la frecuencia cardíaca pueden dar lugar a un síncope”, señala el doctor.

El facultativo indica que es incluida dentro de las prácticas sexuales porque “se produce una vasodilatación en los órganos genitales y eso permite una penetración más intensa, una erección más vigorosa y mejora la sensación de orgasmo y placer sexual dentro de un límite razonable”.

Sueiro subraya que “si la gente pierde el control puede acabar en una barbaridad. Es conveniente saber los riesgos para no llegar a los extremos”.

En la investigación realizada en 2020 por Helen Bichard, del Servicio de Daño Cerebral de North Wales (Estados Unidos), la investigadora resaltaba: “Estoy extremadamente preocupada por la normalización cultural del estrangulamiento. La asfixia erótica debería ser oxímoron de daño cerebral porque su potencial resultado es la lesión en el cerebro. Cuando comprimes la arteria carótida cortas el flujo sanguíneo oxigenado que va al cerebro y este, por lo tanto, no puede funcionar de manera adecuada”.

El incremento de prácticas de sexo duro contra mujeres en Reino Unido ha llevado a la creación del colectivo “We can´t consent to this” (No podemos consentir eso). En uno de sus últimos informes, criticaban que revistas como “Men´s Health” promocionaran el estrangulamiento sexual entre sus lectores con piezas dando consejos por expertos.

También apuntaban a que las películas porno contribuían a que se incluyan estas prácticas en sus relaciones afectando principalmente a mujeres que son asfixiadas sin su consentimiento.La moda afecta principalmente a las más jóvenes que llegan a normalizar que en el sexo hay que acceder al sexual choking (que incluso tiene canciones de artistas que se promocionan por redes sociales como TikTok).

Además, películas y libros como “50 sombras de Grey” –la primera novela se publicó en 2011– también contribuyeron a que algunas personas se interesaran por la práctica de la autoasfixia imitando alguna escena o pasaje de la saga.

Un par de años antes, el actor David Carradine aparecía ahorcado y desnudo en un hotel de Bangkok con evidencia de un orgasmo reciente. El forense concluyó que había fallecido por asfixia autoerótica.

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