Bejís, Castellón

"El fuego me quemó el 20 % del cuerpo y a mis hijos les han dado la discapacidad"

Isabel Irlandés viajaba en el tren Valencia-Zaragoza que se vio rodeado de llamas hace dos años en Bejís, Castellón. Viajaba con dos hijos que aún sufren estrés postraumático "y ninguna administración se ha hecho cargo"

Isabel Irlandés, una de las afectadas dos años después por el tren que atravesó el incendio de Bejís.

Isabel Irlandés, una de las afectadas dos años después por el tren que atravesó el incendio de Bejís. / REDACCIÓN

Amparo Soria

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Hace exactamente dos años, el tren que partió de València a Zaragoza a las 16:23 horas hasta que las 17:54 horas se detuvo entre una nube de humo y cenizas. El pánico cundió ante una situación inaudita: 49 personas se vieron atrapadas en un convoy rodeados por un intenso fuego que calcinó 20.000 hectáreas. De ellas, 15 personas resultaron heridas al tratar de escapar de lo que hoy califican de "infierno". Una mujer de avanzada edad fue trasladada en helicóptero al hospital La Fe con intensas quemaduras en la piel, y falleció el pasado mes de mayo sin que el proceso judicial se haya desatascado. Isabel Irlandés fue la siguiente pasajera más damnificada: el 20 % de su cuerpo sufrió quemaduras de tercer grado mientras trataba de proteger a sus hijos, de 5 y 7 años entonces, cuando corrían por las vías. Los tres, además de quemaduras que aún están cicatrizando, sufren dos años después de estrés postraumático. Los dos menores han obtenido la discapacidad e Irlandés está todavía en el proceso.

"Me siento olvidada, indignada y estupefacta por la lentitud de la justicia, no hemos tenido ni una respuesta de lo sucedido", explica la catalana cuyo pueblo, Pina de Montalgrao -el de sus padres- iba a visitar cuando se vio envuelta por el fuego. "Llevaba dos días activo y nadie avisó, Emergencias no respondió cuando llamamos y estábamos seguros de que moriríamos allí" explica. Sin embargo, y pese a la gravedad de lo sucedido, "ninguna administración, ni Adif, se ha hecho responsable, solo hay silencio administrativo de este gobierno de la C. Valenciana y del anterior", lamenta Irlandés. "Ni siquiera hemos cobrado los daños por parte del seguro de Renfe, ya que la causa está judicializada e insisten en que no pueden hacer efectivas las indemnizaciones", explica. 

En el caso de la catalana, no ha vuelto a trabajar debido a la gravedad de las heridas de su cuerpo. La piel que el fuego calcinó fue injertada después, por lo que Irlandés ha pasado por el quirófano en innumerables ocasiones, y todavía le faltan. "Mi piel no tiene flexibilidad, es como el cartón, llevo más de 8.000 euros gastados en cremas cicatrizantes que no cubre la Seguridad Social, además de la terapia psicológica mía y de mis hijos, que tampoco nos han cubierto", señala. "Yo subí a ese tren perfecta y bajé con el 20 % del cuerpo quemado", lamenta. 

Reeducación de los menores

A su hijo pequeño, que entonces tenía 5 años y hoy 7, el shock postraumático le ha llevado a desarrollar un trastorno en el lenguaje, por lo que tiene que atender una terapia de reeducación que le vuelva a enseñar a hablar y leer. En el caso de su hija mayor, entonces de 7 años y hoy de 9, sufre lo mismo que su madre: un temor extremo a cualquier suceso a su alrededor, pánico al oler humo y miedo de que algo esté a punto de suceder. "Tomo medicación y aun así tengo pesadillas, es complicado seguir adelante porque no puedo recuperar mi vida, hemos perdido la seguridad de que no va a pasarnos nada y vivimos en un miedo constante", explica. Irlandés se ha mudado a casa de su madre, dejando su alquiler, por el elevado coste de los tratamientos que tiene que afrontar.  

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