Temporal

"Un exceso de confianza", la causa de la ristra de barcos varados tras la DANA en Formentera

La previsión meteorológica para el miércoles y jueves de esta semana coincidía con el aviso de que no se debía salir a la mar y convenía resguardarse en puerto

Limpiar y reflotar barcos para volver a la normalidad tras la DANA en Formentera.

Limpiar y reflotar barcos para volver a la normalidad tras la DANA en Formentera. / P. M

Estela Torres Kurylo

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"Sabíamos que venía temporal, pero no a este nivel", "pensábamos que pasaría y ya está", son algunas de las declaraciones que hicieron hace unos días los diferentes pasajeros de las embarcaciones embarrancadas en Formentera tras el paso de la DANA. Los vídeos de quienes vivieron el temporal a bordo se difundieron a la misma velocidad en la que las embarcaciones pasaron de estar ancladas a varadas. Mientras, quienes observaban desde diferentes medios se preguntaban: ¿Cómo ha sido esto posible?

Para los expertos, la explicación es sencilla: "Si se pone en una balanza la decisión de renunciar a las vacaciones en las Pitiusas y volver al puerto base, que está en Valencia, Barcelona o las Canarias, pesa más el atractivo de pasarlo bien que la buena práctica marinera, que sería ir a puerto y amarrar el barco", apunta el capitán marítimo de Ibiza y Formentera, Luis Gascón. A este hecho también se añade el problema de que, en plena época estival, las Pitiusas «son una de las zonas del mundo más saturadas en cuanto a embarcaciones de recreo, y los puertos no tienen cabida para tanta embarcación», indica José Ramón Crespí, jefe de Salvamento Marítimo en Balears. De acuerdo con ello, Ramón van der Hooft, presidente de la Asociación de Náutica de Ibiza y Formentera estima el "intrusismo en las calas" como el principal causante de los destrozos porque los puertos no pueden asumir "toda la flota de quienes vienen a hacer el verano". En lo que respecta a los chárteres, además: "Son más poderosos los intereses económicos de alquilar el barco durante una semana que la decisión de cancelar el alquiler y devolver el barco al puerto base", opina Gascón.

Imprevisibilidad de la DANA

Los responsables marítimos consideran que el total de embarcaciones varadas se debe, en definitiva, a un "exceso de confianza" ante la idea de que el fondeo aguantaría el temporal. Tras éste, entre quienes llegaron sanos y salvos a la costa, hubo quienes achacaron su falta de prudencia a la fluctuación de los datos en la previsión del tiempo. Sin embargo, cabe tener en cuenta lo que sí se sabía: "Las borrascas tipo DANA son de vientos huracanados que tienen una trayectoria bastante imprevisible", cuenta Gascón. Su llegada "estaba perfectamente anunciada [...], con lo cual, a pesar de que se había advertido de los partes meteorológicos a todos los navegantes a través de los medios habituales de difusión, algunos consideraron que podían aguantar". La imprevisibilidad de la DANA justifica su comportamiento: "Una borrasca tiene un movimiento circular y, según cómo sea su trayectoria, tendrás un viento u otro, pero si te cruza por el medio pasas de tener un levante (viento del este) a una tramontana total (viento del norte), entonces lo que tienes que hacer es no salir el día que hay una DANA, así de claro. Y si estás fuera y no tienes amarre, allí está el gran problema".

Cómo se tendría que actuar

En el caso de las embarcaciones que no escaparon a tiempo: "Lo que todo el mundo intentaría sería arrancar el motor, levantar el fondeo y salir de ahí, pero ya vimos que no fue posible para muchas de las embarcaciones", apunta Crespí. En este caso, "si el barco está en una zona no acantilada, de arena, no se corre riesgo. Hay que estar con los chalecos salvavidas y esperar a que la embarcación embarranque en arena y, cuando el frente pase, bajar a la playa", explica el jefe de Salvamento en Balears. "El tema se puede complicar, como ocurrió en algunas embarcaciones en Formentera, cuando éstas embarrancan en una zona rocosa, poco accesible y con rompientes que son peligrosas para las personas. En este caso, cabe hacer lo que se hizo, ponerse el chaleco y dar el aviso a Salvamento Marítimo", detalla.

En una situación como la del pasado miércoles, con muy mala mar y viento muy fuerte, bajo ninguna condición se debe contemplar la opción de salir en la embarcación auxiliar o tirarse al agua: "Si la embarcación ya está garreando y va a llegar contra las rocas o contra la playa es mejor esperar a que vare y, cuando pase el temporal, ya estás a salvo".

Seguridad a bordo

Gascón recuerda que "cualquier embarcación que entra en aguas españolas está sometida a su jurisdicción en materia de navegación, sobre todo si es en aguas interiores o en mar territorial". En este caso, tienen que contar con el material obligatorio de seguridad a bordo, como son los chalecos o los aros salvavidas: "Cuando hay un siniestro o un accidente con heridos [como se ha dado el caso] tenemos que hacer una investigación de seguridad marítima y comprobamos si esa embarcación tenía las cosas bien", explica el capitán marítimo. Para él "lo prioritario es salvar las vidas humanas en el mar".

En general, por los rescates que realiza Salvamento Marítimo, el material suele estar ahí, aunque es verdad que muchas veces la cuestión está en que "no se sabe dónde está ubicado ese material, ni cómo encontrarlo", señala Crespí. Después de que los pasajeros y tripulantes se pongan el chaleco "es fundamental, si hay previsión de mal tiempo, dejar la embarcación a son de mar, que significa que todo lo que sea susceptible de moverse, caer o golpear la estructura del barco o a las personas, hay que dejarlo bien amarrado para que no suponga un riesgo", explica Crespí y añade que, en el barco, "la parte más segura es dentro y, después, la bañera, que suele estar en la popa de la embarcación". "Una manera común de actuar es que los pasajeros esperen dentro y al menos uno o dos tripulantes estén en la bañera supervisando el transcurso del temporal, porque desde dentro no tienes visual de lo que está pasando alrededor·.

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