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El pescador rescatado en Formentera: "Pensé: ya me han visto, me he salvado"

El pescador de Formentera que permaneció siete horas en el agua agarrado a una tabla de madera hasta ser rescatado narra su terrible experiencia

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Xicu, con un brazo en cabestrillo por una dislocación, y su mujer Conchita, en la puerta de su casa

Xicu, con un brazo en cabestrillo por una dislocación, y su mujer Conchita, en la puerta de su casa / | P.M.

Pilar Martínez

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El pasado miércoles empezó temprano para el pescador formenterense Francisco Costa Torres, Xicu. Sobre las 6 de la mañana, como cada día, se echó al mar con su pequeño llaüt, de nombre ‘Cristina’, para recoger las redes que tenía puestas de la noche anterior. Como sabía que se aproximaba un temporal, llevó a tierra una de las piezas de redes y volvió a recoger el resto para regresar a casa antes de lo que haría normalmente, consciente de que se esperaban fuertes rachas a partir de mediodía.

Pero ya no tuvo tiempo. Eran las diez de la mañana y "de repente, cambió la temperatura del aire", cuenta desde la porchada de su casa, acompañado por su familia y amigos y todavía dolorido por su aventura. "Empezó a llover, a hacer frío y aparecieron unas rachas de viento mucho más fuertes y procedentes de la dirección opuesta a lo que se esperaba", narra Xicu, aún sorprendido.

"Habían anunciado fuerte viento de gregal a partir del mediodía", recuerda: "Donde yo pesco, todo el acantilado de la Mola me protege del gregal, por eso pensé que tenía tiempo de sobra para pescar un rato". Sin previo aviso, cuando estaba a tan solo media milla de tierra, unos cinco minutos navegando, llegaron unas tremendas ráfagas de poniente que, en cuestión de segundos, volcaron su embarcación de una manera que Xicu no se explica: "Igual fue el toldo que llevaba, no lo sé", afirma.

El caso es que, como buen profesional curtido en estos menesteres (toda la vida acompañando a su padre a pescar y desde 2002 en solitario con su barco), se sentó sobre el casco a esperar. Todos los miembros de la cofradía de pescadores de Formentera llevan un localizador GPS que muestra la situación de la embarcación en tiempo real. Xicu sabía que, cuando dejara de emitir, saldrían en su búsqueda. "No me quedaba la menor duda, porque son compañeros de trabajo pero, sobre todo, amigos", asevera, agradecido.

El problema se agravó cuando, inesperadamente, el ‘Cristina’ se hundió, dejándole tan solo unas cuantas piezas de madera flotando alrededor. Se agarró a una de las tapas que protegen la parte superior de la embarcación y se puso a mover sin descanso las piernas durante las siete horas que esperó, confiando en que le encontraran. Esta pieza, un curtés, la conserva y tiene previsto colocarla de alguna manera en las paredes de su casa como recuerdo de su vuelta a nacer.

No pasó mucho tiempo antes de que un avispero de embarcaciones de todo tipo empezaran la búsqueda. "Yo veía a todos: a los compañeros, a la Guardia Civil, a Salvamento...Pero ellos no me veían a mí, era desesperante", cuenta.

Los rescatadores buscaban una embarcación que podía haber derivado, según el viento, hacia poniente. Pero la corriente arrastraba a Xicu y a su madera en dirección opuesta, hacia migjorn. Por suerte y por profesionalidad, sus compañeros encontraron restos del naufragio y supieron que ya no buscaban un barco, buscaban a un hombre en el agua. Y también determinaron la dirección de la corriente que se estaba llevando a su amigo. Trazaron una cuadrícula y, organizados, registraron palmo a palmo el mar hasta dar con él.

Pasadas las cinco de la tarde todo cambió: "Vi una barca que venía directa hacia mí, levanté un brazo y desde la barca levantaron un brazo. Pensé: ya me ha visto, me he salvado", cuenta emocionado, antes de continuar: "Llegó y empezó a estirar de mí para subirme a bordo, pero yo estaba agarrotado y no podía moverme. Llegaron más personas y, como pudieron, me subieron a una barca que me llevó a tierra y, de allí, una ambulancia al hospital", recuerda.

"No sé cuándo volveré a pescar, Ha sido muy duro y tengo que cuidarme de aquí", asegura señalando su cabeza. A su lado, su mujer Conchita asiente: "Vamos a ir todos al psicólogo, necesitaremos tiempo para superar esto", confirma mirando a Xicu con mucho agradecimiento y mucho amor.