Medio ambiente

El Parc del Garraf quiere crear un gran espacio natural protegido que englobará Olèrdola, l’Ordal, el Foix y las Costas

La dirección se propone impulsar la actividad agrícola y el turismo sostenible "para que los vecinos tengan un futuro mejor"

El Parc del Garraf quiere crear un gran espacio natural protegido

El Parc del Garraf quiere crear un gran espacio natural protegido / ACN

Gemma Sánchez Bonel

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La dirección del Parc del Garraf plantea ampliar fronteras para crear un gran espacio protegido que agrupe los parques de Olèrdola y el Foix, las montañas de Ordal, las Costas del Garraf y el área Colls-Miralpeix. La intención es ganar fuerza para reclamar a la Generalitat el reconocimiento como Parque Natural, lo que permitiría reforzar la protección ambiental y jurídica. El nuevo director del Parc del Garraf, José Luis Herrera, destaca en la ACN que "favorecería la preservación" y sería el primer Parque Natural marítimo-terrestre gestionado por la Diputación de Barcelona. Mientras tanto, Herrera resalta la voluntad de impulsar la actividad agrícola y el turismo sostenible "para que los vecinos tengan un futuro mejor y puedan ganarse la vida dentro del parque".

Herrera ha asumido recientemente la gestión de las más de 12.300 hectáreas del Parc del Garraf, que reciben cada año más de 400.000 excursionistas, además de los usuarios en equipamientos de educación ambiental. Desde hace más de diez años, la Diputación y los ayuntamientos de la zona reclaman que la Generalitat declare el espacio como Parque Natural, "para poder jugar en la 'Champions League' de la preservación". La nueva dirección se ha propuesto lograr este objetivo, pero de manera más ambiciosa.

Para mejorar la gestión de este entorno natural y reforzar la protección de buena parte del Garraf y el Alt Penedès, plantea agrupar un gran espacio natural que ocuparía más de 26.000 hectáreas. La intención es unir Garraf y Olèrdola -que también dirige Herrera-, e incluir las montañas de Ordal, que son la frontera interior entre el Alt Penedès y el Baix Llobregat y actúan como una prolongación del Macizo del Garraf hacia el interior.

También formaría parte del nuevo ámbito el parque que rodea el pantano de Foix, así como toda la zona de las Costas del Garraf y su prolongación con Colls-Miralpeix, hasta Vilanova i la Geltrú. La creación de este gran parque marítimo-terrestre es ahora objeto de un estudio encargado por la Diputación de Barcelona para delimitar exactamente la extensión que abarcaría y cuáles son sus singularidades y necesidades.

Cuando finalice el análisis -que no tiene un plazo establecido-, la Diputación y los ayuntamientos afectados quieren dirigirse a la Generalitat para insistir en reclamar la declaración de Parque Natural, el cual la Diputación seguiría gestionando y sería el primero de la demarcación con un ámbito marítimo-terrestre.

"Tendríamos un ámbito de gestión mucho más amplio y más protegido jurídicamente, lo que nos permitiría un trabajo homogéneo", señala Herrera, que apunta a una cuestión de lógica: "Al final, las especies animales no entienden que haya límites entre las diferentes áreas naturales del Penedès-Garraf".

"Más gente disfrutando y viviendo en el parque"

Paralelamente al trabajo para ampliar fronteras, la dirección del Parc del Garraf también quiere reforzar la actividad económica dentro de este espacio "para que haya más gente disfrutando y viviendo en el parque". "Queremos favorecer las actividades sostenibles para que sean rentables, tanto del sector primario como de los servicios", explica Herrera, quien recuerda que hay diferentes núcleos y masías dispersas en Olivella, Sitges, Begues y Olesa de Bonesvalls que están dentro del ámbito protegido. "Pero faltan incentivos para evitar el abandono", destaca.

La Diputación tiene en marcha varios proyectos para facilitar ayudas a la agricultura. Por ejemplo, un proyecto con INNOVI para cultivar viñedos de variedades resistentes a la sequía, y en los últimos años ha experimentado con el cultivo de alimentos autóctonos, como los espigalls. Paralelamente, hay varios agricultores, pastores y productores locales -como una empresa de mermelada- que desarrollan su actividad dentro del parque y a los cuales Herrera quiere "dar más facilidades". También desea promover restaurantes y actividades turísticas y de ocio que atraigan visitantes con un modelo sostenible.

Análisis de la mortalidad de los árboles

En cuanto a la sequía, Herrera lamenta que el Parc del Garraf es una de las zonas de Catalunya con mayor mortalidad de árboles debido a la falta de lluvias de los últimos años, "y al hecho de que es un terreno kárstico, donde hay muchas grietas que dificultan la retención del agua". "Hay tanta competencia entre los árboles cuando hay sequía, que es imposible que crezcan", añade.

A pesar de tener indicios de una amplia mortalidad de ejemplares, la Diputación está realizando ahora un análisis para cuantificar exactamente el alcance de los efectos de la sequía. Herrera indica que este estudio permitirá "ir al detalle" para saber cuántos árboles han muerto, "pero sobre todo debe servir para ver cómo enfrentamos el futuro ante un cambio climático marcado por una sequía extrema".

Recuperar el espacio de las canteras

Con el recuento de los árboles muertos por falta de agua, Herrera confía en que también se podrá determinar cuál es la afectación que tienen las dos canteras explotadas en el área del parque por dos empresas cementeras. Ante las afirmaciones de los vecinos del núcleo de Garraf (Sitges) que dan por hecho que la actividad extractiva ha matado numerosos árboles, Herrera apela a la cautela a la espera de que el informe sobre mortalidad identifique las causas.

Sobre las canteras, la dirección anhela la llegada de 2029, año en que termina el acuerdo sobre la explotación, el cual 'a priori' no tiene posibilidades de prórroga. El fin de las concesiones prevé un proyecto de restauración que de forma muy incipiente ya ha comenzado en algún punto de las minas. "Tenemos a la vista la recuperación del espacio", celebra Herrera, quien confía en que dentro de una década la restauración permitirá disponer de nuevos espacios amplios que favorecerán la llegada de nuevas especies animales.

Al menos, es lo que han comenzado a constatar en el antiguo vertedero de la Vall d'en Joan, en el término municipal de Gavà. Lo que había sido un gran depósito de desechos y foco de contaminación durante 30 años, es ahora un gran área verde donde han llegado nuevas especies de aves nunca vistas antes, mientras ha crecido la presencia de otros animales autóctonos.

No es tan exitoso, en cambio, lo que sucede en una decena de simas del parque, donde el sellado del vertedero iniciado en 2017 provocó la aparición de gases contaminantes que impiden el acceso porque el ambiente es letal. Recientemente, varias entidades excursionistas, grupos de montañismo y espeleólogos han reclamado un plan de restitución de las cuevas.

Herrera lamenta la histórica creación del vertedero, "que nadie se plantearía ahora", y admite que la previsión es "que haya gases y lixiviados durante años". Asegura que "está habiendo una mejora muy lenta en la reducción de la contaminación" y confía en que se puedan desplegar nuevas medidas de control "para minimizar las consecuencias de la emisión de gases".