En Trinitat Vella

Adictas a la biblio-refugio climático: "Si no fuera por la biblioteca estaríamos encerradas en casa como nuestras madres"

Una quincena de mujeres mayores habituales de la biblioteca de Trinitat Vella - José Barbero se han quedado este mes sin su espacio 'fresco' de encuentro

Comprensión lectora: la preciosa 'odisea' de Mònica y Maite

Carme Santamaria, usuaria habitual de la biblioteca pública de Trinitat Vella, en Barcelona.

Carme Santamaria, usuaria habitual de la biblioteca pública de Trinitat Vella, en Barcelona. / Marc Asensio

Helena López

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Vive justo en frente de la biblioteca. "Salgo al balcón, veo que está abierta y me digo, mira, ya están allí", relata Adela sentada en círculo, junto a sus vecinas y compañeras de 'tupper book'. "A veces bajo, me subo con un libro y hasta que llevo unas cuantas páginas no me doy cuenta de que ya lo había leído", cuenta. Si eso sucede, lejos de enfadarse, tiene la excusa perfecta para volver a bajar y charlar un rato con Núria y Emma, además de sus prescriptoras literarias de cabecera, casi su "familia", como las describe agradecida por el evidente trabajo de dinamización comunitaria de las trabajadoras de la biblioteca Trinitat Vella - José Barbero.

Adela es una de la quincena de mujeres -es una actividad mixta, pero todas son mujeres- que participa en la Escola de Salut de les Persones Grans de la Trinitat Vella, que el pasado 24 de julio organizaba un 'tupper book' dinamizado por sus bibliotecarias de confianza, Núria y Emma -la directora del equipamiento-, en la sala de actos de la biblioteca. Una actividad que montaron como un extra, porque la programación de la Escola de Salut terminaba en junio, pero sus usuarias querían más, así que las entregadas profesionales del barrio se las ingeniaron para alargarla durante todo el mes de julio.

Dos usuarias de la biblioteca Trinitat Vella-J. Barbero, esta semana.

Dos usuarias de la biblioteca Trinitat Vella-J. Barbero, esta semana. / Marc Asensio

"Entras en la biblioteca y te sientes a gusto, escuchada", dice María, quien, eso sí, al 'tupper-book' [una de las muchas actividades en las que participa ella y el resto del grupo] viene sobre todo a escuchar y a tomar nota de ideas de lectura para las vacaciones.

Núria y Emma, las queridísimas bibliotecarias, van haciendo un mano a mano. Núria recomienda un libro y Emma, otro. Los van cogiendo de una mesa preparada con mimo pensando en títulos para este grupo de mujeres que ya conocen tan bien (dos títulos sobre la mesa de Pilar Eyre, por ejemplo). Emma recomienda el 'Viatge al país dels blancs', de Ousman Umar, novela autobiográfica de un joven que huyó solo de Gana siendo un adolescente hacia el "país de los blancos" que despierta muchísimo interés entre las mujeres: "Sí, le vi por la tele, en el programa de libros de La 2".

Una por distrito

Pese a ser un muy frecuentado refugio (mucho más que) climático, el mes de agosto la biblioteca de la Trinitat Vella estará cerrada (y quieren que sus vecinas se marchen cargadas de libros para su ausencia). La ciudad dejará 'de guardia' una biblioteca por distrito (en el caso de Sant Andreu, la de Can Fabra). Estas mujeres tendrán que buscar alternativas.

'Tupper book' en la biblioteca de Trinitat Vella de Barcelona este mes de julio.

'Tupper book' en la biblioteca de Trinitat Vella de Barcelona este mes de julio. / Marc Asensio

"A veces voy, a Can Fabra, pero la veo muy fría, demasiado grande, me gusta más venir aquí", se sincera Carme, a sus 82 años una de las usuarias más activas de la biblioteca, quien no se pierde un solo club de lectura desde que abrieron el equipamiento hace 12 años. "Si no fuera por equipamientos como la biblioteca estaríamos encerradas en casa, como hacían nuestras madres", recuerda la mujer, quien hace de apoyo de Núria y Emma ya que ya ha leído varios libros del 'tupper book', como 'Via Morta', debut en la ficción de Assumpta Montellà, autora conocida por sus libros sobre la maternidad de Elna. "Me lo regalaron por mi santo, lo recomiendo mucho".

Paquita estudia inglés en la escuela de adultos del barrio y acude a la biblioteca a estudiar. "En casa el que no taladra tiene la tele muy fuerte, y aquí se está fresquito y tranquilo", cuenta la mujer mientras trastea entre los libros del 'tupper book' para decidir con cuál se queda.

Un libro para cada mal

Una de las actividades de la 'biblio' que todas recuerdan fue el "Paralletramol' 10 comprimidos, 1 gramo" que organizaron desde la biblioteca esta primavera. Una caja de cartón casi idéntica a una de paracetamol en cuyo lateral hay dos advertencias: la primera, que leer favorece la salud mental. La segunda, que "no dejes para mañana lo que puedas leer hoy". En el reverso de la caja, la lista de dolencias para las que sirve el 'paralletramol': tristeza, insomnio, apatía, soledad, frustración... Dentro de la caja, cartoncitos de colores con el nombre de las dolencias y un QR que te lleva a una recomendación literaria. El QR de 'ansiedad', por ejemplo, te lleva a 'Una super triste historia de amor verdadero' de Gary Shteyngart traducida por Ramón de España.

En la calle, el sol escupe fuego, pero Adela, María y Paquita están a salvo, en su particular refugio, donde las historias no están solo dentro de los libros.También están en sus pasillos, que llenan estas mujeres (y sus nietos).

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