En Garòs

Nuevo ataque de un oso a ovejas en el Vall d'Aran

Los Pirineos dan por asumida la presencia del oso pero no "a cualquier precio"

Nuevo récord de osos en los Pirineos: "Cada vez saldrán más noticias y habrá más encuentros"

Osos en la Vall d'Aran

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El Departament de Territori del Conselh Generau d'Aran ha constatado un ataque de oso a dos ovejas en Garòs (Naut Aran) que habría tenido lugar a finales de la semana pasada, según los indicios recogidos por los Agentes de Medio Ambiente y que se han dado a conocer este lunes.

En concreto, los agentes, con el apoyo de un perro de seguimiento, se desplazaron hasta el lugar de los hechos y detectaron heces y muestras de pelo compatibles con los de un oso. Las cámaras de seguimiento constataron la presencia del animal.

Desde la administración, se apoya a los ganaderos con ayudas para proteger los corrales de cabras y de ovejas. Asimismo, los agentes también trabajan en la gestión de los ataques a cabras en Naut Aran que han causado dos animales muertos y cinco desaparecidos en las últimas semanas.

El pasado julio, un equipo de naturalistas de la Fundación Oso Pardo y Depana detectó dos grupos de familias de osos pardos en el Vall d'Aran fruto del seguimiento y vigilancia de la especie que realizan cada primavera en la zona con la coordinación del experto en osos pardos y miembro de ambas entidades, Marc Alonso. Difundieron un vídeo en el que aparecían una hembra con dos cachorros de un año y otra con uno solo, además de un ejemplar joven, probablemente nacido el año pasado y emancipado de la madre desde hace poco.

El oso desapareció de los Pirineos por la caza furtiva a finales de siglo XX, pero pocos años después, fue introducido de nuevo para intentar que recuperara el territorio perdido. Según el último recuento, ya viven en la cordillera más de 80 ejemplares. La tendencia creciente demuestra que la reintroducción y su protección están siendo un éxito, aunque algunos especialistas consideren que la población todavía tiene margen para expandirse. No obstante, este triunfo ambiental tiene consecuencias para los ganaderos de la zona dedicados a los rebaños en extensivo, una práctica tradicional cada vez menos común.

Los ganaderos dan por hecho que el oso ha vuelto para quedarse pero reclaman medidas y ayudas para prevenir y compensar los ataques.