Inmigración

Niñas migrantes en la ruta canaria: "Ten cuidado y trabaja duro"

La llegada de niñas solas se dispara en la ruta canaria tras llegar en 2024 180 chicas

Una de las niñas juega con el móvil en el salón de su centro de acogida, en Gran Canaria.

Una de las niñas juega con el móvil en el salón de su centro de acogida, en Gran Canaria. / Andrés Cruz

Isabel Durán

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La llegada de niñas solas a través de la ruta canaria cada vez es más habitual. En las Islas hay 276 chicas y muchas han huido de abusos sexuales, mutilación genital y matrimonios forzosos.

"Ten mucho cuidado, no faltes al respeto a nadie y trabaja duro". Esas fueron las palabras de despedida del padre de Fatou –nombre ficticio– antes de que abandonara su hogar con solo 16 años. Tras cinco largos días de navegación desde Senegal, desembarcó en el sur de Tenerife hace apenas nueve meses. No conocía a ninguno de sus 180 compañeros de viaje. Llegó sola y agotada, pero con la alegría de saberse más cerca de una vida mejor. Atrás quedaba el humilde barrio de Banjul, Gambia, en el que se había criado, donde las oportunidades son tan escasas como los recursos. Cuando Fatou llegó a Canarias, Fátima –nombre ficticio– ya llevaba casi un año aquí. Salvamento Marítimo la rescató cerca de Lanzarote junto a otras 47 personas cuando tenía 15 años. La joven marroquí afrontó en solitario el viaje desde su ciudad natal, cerca de Casablanca. Primero más de 15 horas en guagua para recorrer los 770 kilómetros que la separaban de Tan Tan y después cuatro días a bordo de una patera.

Las historias de Fatou y Fátima reflejan una realidad cada vez más común en la ruta canaria, donde la llegada de niñas migrantes ha aumentado de manera significativa en los últimos años. La travesía, una de las más mortíferas, no disuade a estas jóvenes, que llegan con el objetivo de estudiar y conseguir un empleo que les permita ayudar a sus familias. Su vulnerabilidad es extrema. A los riesgos que se enfrenta cualquier migrante, hay que sumar su corta edad y su sexo. Son el principal objetivo de las mafias que buscan víctimas para explotarlas sexualmente en Europa.

El Gobierno de Canarias tiene bajo su tutela a cerca de 5.500 menores, de los que 276 son niñas. Hasta hace un par de años las chicas no migraban, por lo que encontrar alguna a bordo de una barquilla precaria era muy poco habitual. Esa tendencia ha variado y en los últimos ocho meses han arribado a las Islas 180 niñas sin el apoyo de un familiar adulto. La mayoría tienen entre 13 y 17 años y llegan de Senegal, Gambia, Malí, Guinea y Costa de Marfil, y unas pocas desde Sierra Leona y Guinea Conakry.

"Llegan rotas. Vienen muy dañadas y con unos traumas de origen que son muy duros", afirma la presidenta de Quorum Social 77, Delia García, quien destaca que un número importante de chicas llega con mutilación genital y huyendo de abusos sexuales en sus países de origen y que cada vez llegan niñas más pequeñas. Por esto, explica, es necesario ofrecerles una atención muy personalizada y darles apoyo psicológico. "Hacemos todos los esfuerzos para reparar hasta donde se puede, pero hay traumas que son eternos y hay consecuencias psicológicas y físicas que son para siempre", lamenta García.

Esta entidad social gestiona siete centros de niñas migrantes en el Archipiélago, donde viven 145 jóvenes. Debido a su elevada vulnerabilidad, el personal de los centros les brinda una atención muy personalizada y se les ofrece apoyo psicológico, social y educativo. Uno de los aspectos que trabajan con las niñas y adolescentes nada más llegar a España es la igualdad. "A las recién llegadas hay que frenarlas, porque le quitan la escoba a los educadores o no les quieren dejar fregar", detalla la presidenta de Quorum Social 77. Cuando comprenden que aquí tienen los mismos derechos que los hombres, pasan de la sumisión al empoderamiento. García reconoce que "es súper bonito ver el cambio", porque supone enseñarles que su cuerpo y su vida son suyos y que pueden hacer lo que quieran.

Resiliencia en estado puro

Un aspecto que preocupa a García es que la tasa de analfabetismo entre las chicas es más elevada que entre los chicos. La mayoría procede de zonas muy humildes y están acostumbradas a trabajar desde edades muy tempranas, por lo que la formación ocupa un lugar secundario en sus vidas. "Aquí conocen otra realidad que les permite ir a la escuela cada día. Tienen unas ganas de aprender increíbles y un nivel de resiliencia bestial", sostiene la presidenta de Quorum Social 77.

Si estas niñas corren un peligro es caer en las redes de las mafias que explotan sexualmente a las mujeres. En lo que va de año, once chicas de Gambia y Malí se han fugado de los centros de acogida y, para ello, necesariamente han tenido que contar con ayuda externa. "A los pocos días se han puesto en contacto con sus educadores o con sus compañeras del centro, unas desde Francia y otras desde Barcelona, y al preguntarles cómo han llegado hasta ahí algunas han enseñado un pasaporte falso. Y ya no hemos vuelto a tener contacto con ellas", lamenta García. Algunas han podido salir de sus países con un acuerdo previo con las mafias y otras han podido ser captadas durante su estancia en el Archipiélago. "No las podemos tener encerradas en los centros, con el tiempo van ganando autonomía. Van a su instituto y a sus actividades extraescolares y ahí se pueden producir contactos que no podemos controlar", detalla la presidenta de la entidad social.

Once chicas, de Malí y Gambia, se han fugado de los centros de acogida como posibles víctimas de trata

El aumento de niñas entre los migrantes que llegan a las Islas obliga al Gobierno de Canarias a poner en marcha mecanismos de coordinación con la policía y con los centros para hacer un especial seguimiento, según destaca Francis Candil, viceconsejero de Bienestar Social, quien sostiene que la policía, "ante el más mínimo rumor", pone en marcha sus investigaciones. Incluso desde los centros se intenta también hacer seguimiento de las conversaciones que las niñas tienen con sus familias, "por si están recibiendo presiones o indicaciones para que abandonen la red de acogida", porque los padres pueden estar amenazados por las mafias.

Explotación sexual

García señala que la policía tiene un instinto especial para detectar a las jóvenes que llegan como víctimas de trata. "Estas niñas destacan por su belleza física y porque vienen extremadamente preparadas, bien vestidas y con unas trenzas maravillosas. Las niñas más de a pie vienen casi con el pelo rapado", explica García, quien revela que en un centro de Tenerife tienen a cuatro niñas bajo vigilancia por indicación de la Fiscalía.

Un problema al que se tiene que enfrentar Canarias es la integración y atención de los jóvenes extutelados, especialmente de las chicas, porque no existen recursos suficientes para darles respuesta. "Si no se les atiende, se les aboca a la calle y a la prostitución para poder ganarse la vida", advierte García, quien detalla que solo en su fundación hay unas 60 jóvenes que cumplirán los 18 años en los próximos meses y que se enfrentan a un futuro incierto.

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