Iglesia católica

El Papa concluye sus ‘trabacaciones’

Durante el mes de julio, Francisco no ha abandonado el Vaticano, pero ha reducido su agenda, sin dejar de lado las citas más importantes

El próximo 7 de agosto, el Pontífice reanudará las audiencias papales de los miércoles

El Papa Francisco apuesta por las renovables en el Vaticano

El Papa Francisco apuesta por las renovables en el Vaticano / Getty

Irene Savio

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Los valientes peregrinos que, a partir del 7 de agosto, desafiarán el calor asfixiante de Roma tendrán una recompensa: la reanudación de las audiencias papales de los miércoles. Francisco, de 87 años, termina esta semana sus días de descanso, las tres semanas de "vacaciones de trabajo" que se ha tomado en el mes de julio, durante las cuales el Pontífice redujo su agenda pública.

El asunto ha pasado casi inadvertido en Roma porque Francisco no se ha ido de la ciudad ni ha abandonado la residencia de Santa Marta, en la que vive todo el año. Esto es lo que suele ocurrir desde que Jorge Mario Bergoglio es el jefe de la Iglesia católica, aunque este año las vacaciones en casa del Papa han llamado un poco más la atención porque el Papa no ha dejado de ser noticia ni durante su descanso.

El 7 de julio viajó a Trieste (norte de Italia) y desde allí alertó sobre la crisis que, en su opinión, viven las democracias. El día 11, mantuvo un delicado encuentro con el metropolita Antonij, el enviado del patriarcado de Moscú, en un momento en el que las relaciones con los ortodoxos rusos están en sus horas más bajas. El 15, se reunió con representantes de seis congregaciones religiosas, y el 18, saludó a 300 niños, hijos de los empleados del Vaticano. El 29, recibió en forma privada al presidente de la Asamblea General de la ONU, Dennis Francis. 

44 horas de avión

Además, Francisco ha continuado a recitar su Ángelus dominical y también se ha reunido con algunos de sus colaboradores más cercanos, como el cardenal Víctor Manuel Fernández, así como ha recibido información sobre el viaje del secretario de Estado, Pietro Parolin, a Ucrania, en un momento en el que el Vaticano está explorando si puede reactivar sus intentos de mediación, ahora que el presidente Volodimir Zelenski ha aceptado que Moscú participe en la próxima ronda de reuniones sobre la guerra en el país eslavo.

Todo esto con la mira puesta en los ambiciosos viajes que le esperan al Papa a partir de septiembre. El primero, cronológicamente, es el que implicará al menos 44 horas de vuelos que lo llevarán a visitar a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur, del 2 al 13 de ese mes. El segundo, del 26 al 29 de septiembre, es el desplazamiento que tiene previsto a Luxemburgo y Bélgica.

Argentina

Las vacaciones de los Papas siempre han suscitado curiosidad. Juan Pablo II las pasaba predominantemente en Castel Gandolfo, la residencia a 30 kilómetros de Roma en dominios extraterritoriales desde los Pactos de Letrán (1929), aunque al hoy difunto Papa polaco también le gustaba transcurrir tiempo en los Alpes. Unas costumbres que, en parte, su sucesor, Benedicto XVI, igualmente mantuvo.

Con Francisco, las cosas cambiaron. Desde el principio, el Papa argentino evitó Castel Gandolfo (hoy reconvertido en un museo) y prefirió quedarse en Santa Marta. Él mismo ha explicado varias veces que así conserva las costumbres adquiridas en Argentina. "En mi familia, no éramos ricos, llegábamos a fin de mes normalmente, pero no había para más. No teníamos un coche ni nos íbamos de vacaciones", ha detallado Francisco.