El beso que mantiene viva la llama del amor

El primer beso, el beso a escondidas, el beso de película, el último beso, el beso apasionado, el beso en la frente, el beso robado, el beso sanador, el beso antes de dormir... Sin duda, hay tantos besos como tipos de pareja. ¿Pero cuál es el mejor beso? Aunque parezca extraño, la ciencia lo tiene claro.

El mejor beso es el que tiene una duración de seis segundos. Ni más ni menos. Ese es el tiempo exacto que debe durar esta muestra de amor y de afecto entre las parejas. Así lo estableció el doctor y psicólogo estadounidense John Gottman, que, además, es profesor emérito de Psicología en la Universidad de Washington y miembro electo de la Asociación Americana de Psicología. Durante su trayectoria, ha sido galardonado en numerosas ocasiones por su contribución al estudio de la pareja y la familia. El experto, a través de la “técnica de los seis segundos”, recomienda que las parejas se dediquen seis segundos, al menos una vez al día, para expresar su cariño a la otra persona con el fin de crear una relación especial y profunda.

En este sentido, la doctora valenciana especializada en Biomedicina y Bioquímica, conocida popularmente como Lady Science por su divulgación de la ciencia en redes sociales, reconoce que con este tipo de besos no sólo se genera intimidad, sino que también se libera oxitocina, es decir, una sustancia producida por el propio cuerpo y que es conocida como la responsable de que exista el amor y el afecto entre las personas. “Con estos besos estás demostrando a tu pareja que quieres apoyarla, comprenderla y sentirte conectada”, reconoce la experta. Entre los beneficios de este tipo de besos, en palabras de Lady Science, se incluyen algunos como “el aumento del cariño y la admiración mutua, reducir el estrés y reforzar el aprecio que tienes por tu pareja”.

Expresión no verbal

Por su parte, la sexóloga valenciana Laura Chisbert también reconoce, y como pone en práctica a través de sus consultas individuales o en las terapias de pareja, la importancia de transmitir estos gestos de cariño a las personas de nuestro entorno. “No sólo tiene que ser un beso, sino que también implica todo lo que suponga contacto físico y afecto como puede ser dar un abrazo o darse la mano”, indica.

Uno de los aspectos más importantes de esta técnica se basa en que se realice de manera prolongada, es decir, “que no sea un beso breve, sino que tenga una duración, ya que esto es lo que genera beneficios”. Para ello, la sexóloga reivindica la importancia de centrar toda nuestra atención en este gesto. “Hay que manifestar el amor a través de este gesto siendo conscientes de lo que estamos haciendo y prestando atención para demostrar esa vinculación con la otra persona y expresarles de una forma no verbal que queremos cuidar la relación y que le queremos”, recalca.

Chisbert señala que este tipo de besos no sólo aportan un mayor nivel de bienestar a las personas, sino que también se asocia con niveles más bajos de cortisol, el cual se libera como respuesta al estrés. Añade: “Se reducen los síntomas del estrés como puede ser la frecuencia cardíaca o la presión arterial”.

Abrazos de 20 segundos

Aunque la duración perfecta de un beso debe rondar los seis segundos, en el caso del abrazo, este debe prolongarse durante unos veinte. Los abrazos pueden llegar a tener un efecto terapéutico sobre las personas, ya que comportan muchos beneficios para la salud física y mental de ambas personas. Esto genera que las personas implicadas se sientan más relajadas, seguras y con menos miedos.

Así que no lo duden y no dejen para mañana los besos y los abrazos que puedan dar hoy. Sin duda, su cuerpo y su mente se lo agradecerán.  

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