Picadura muy dolorosa

Qué es la carabela portuguesa, la temible falsa medusa que obliga a cerrar playas

La presencia de la especie, infrecuente en Catalunya, impuso que se prohibiera el baño en las playas de Tamarit y Altafulla este viernes

Bandera roja en dos playas de Tarragona por la presencia de medusas carabela portuguesa

Carabela portuguesa, una de las medusas más peligrosas de nuestras playas

Carabela portuguesa, una de las medusas más peligrosas de nuestras playas / Imagen de Manja Wiepcke en Pixabay

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La aparición de un tipo poco conocido de medusa -aunque no se clasifica como tal- obligó este viernes a izar la bandera roja para prohibir el baño en las playas de Altafulla y Tamarit. Las carabelas portuguesas han forzado también cerrar el acceso al agua en otros puntos de la costa española. La picadura de esta especie conlleva un dolor muy intenso, puede causar afecciones y, aunque rara vez ocurre, puede provocar la muerte.

La expansión de las carabelas portuguesas al Mediterráneo da prueba de cómo el calentamiento del agua -una de las consecuencias del cambio climático- favorece la extensión de especies invasoras a zonas donde apenas se les había avistado antes. La organización internacional por la conservación de los océanos, Oceana, explica que el principal área donde se distribuye este tipo de medusa falsa -en realidad, es un sifonóforo- "son las aguas templadas del Atlántico", aunque también se encuentra en latitudes más septentrionales.

No es frecuente hallarla en el mar Mediterráneo, "pero es habitual que algunos ejemplares atraviesen el estrecho de Gibraltar empujados por los vientos y llegue hasta el mar de Alborán", precisa Oceana. En todo caso, su hábitat suele quedar lejos de la costa catalana, donde se ha hecho visible en los últimos días.

Tiene un característico caparazón traslúcido, conocido como neumatóforo. Se asemeja a una bolsa hinchada, puede llegar a medir 30 centímetros y le permite flotar. Sus tentáculos suelen sumar hasta 10 o 20 metros de longitud.

Las carabelas portuguesas se alimentan de pequeños crustáceos y larvas de peces. Sus picaduras pueden causar dolor abdominal, pectoral y de cabeza, arritmias, espasmos musculares, entumecimiento, dolor de extremidades y debilidad generalizada, rinorrea y lagrimeo, dificultad para deglutir y sudoración.

En caso de ser atacado por una carabela portuguesa, "se debe buscar atención médica de inmediato", recuerda Oceana. Hay que aplicar frío sobre la herida, evitando en todo caso el contacto con agua fría. Se recomienda lavarla con agua salada y proteger la piel dañada. También se aconseja empapar la zona afectada "con una solución hecha de mitad agua y mitad vinagre durante unos 30 minutos", indica Oceana. A continuación, se debe enjuagar el área y luego volver a empapar con más vinagre diluido al 50%. También se prescribe extender una crema que contenga un analgésico, un antihistamínico o un corticosteroide.