Educación en Catalunya

Los alumnos que hacen música sacan las mejores notas de selectividad: "No es casualidad"

La música desarrolla capacidades motoras que facilitan entender estructuras abstractas, la gran asignatura pendiente del sistema educativo

El efecto de 5 horas de música a la semana en la escuela Concepció de Barcelona: alumnos más concentrados y menos conflictividad

Los alumnos catalanes vuelven a pinchar en matemáticas: el 44% suspende las pruebas de segundo de la ESO

Suspenso en matemáticas con un 4,87 en unas PAU aprobadas por el 97% del alumnado

Espacio de la exposición 'Matemifasol', en el CosmoCaixa, en Barcelona.

Espacio de la exposición 'Matemifasol', en el CosmoCaixa, en Barcelona. / Marc Asensio Clupes

Helena López

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Eric Mateu, batería en la banda Indubio, 9,9. Idéntica nota(za) que Pau Palomar, también batería y guitarra. ¿Es casualidad que los estudiantes con las dos mejores notas en la Selectividad 2024 en Catalunya estén estrechamente vinculados a la música, como lo estaban, también, Joel Trapero, 9,9 en la Selectividad 2023, Ramon Bernadas, 10 en la Selectividad 2022, o los trillizos de Cabrils Alba, Dídac y Martí Surís, máxima puntuación en las PAU de 2012, los tres, y los tres alumnos de la escuela de música de su pueblo (hasta que la cerraron)? Núria Planas, secretaria del Departamento de Didáctica de las Matemáticas y de las Ciencias Experimentales de la UAB, tiene clara la respuesta: "No, no es casualidad".

Pitágoras fue el primero en relacionar música y matemáticas, como se explica en 'Matemifasol', en el CosmoCaixa de Barcelona hasta el 12 de enero

Pero... ¿cuál es exactamente esa relación? ¿A qué se debe? ¿De dónde viene? Ya en la Antigua Grecia, Pitágoras fue el primero en relacionar música y matemáticas, como se explica en 'Matemifasol' -en el Museu de la Ciència CosmoCaixa de Barcelona hasta el 12 de enero-, exposición comisariada por Magda Polo Pujadas, catedrática de Música del Departament de Història de l'Art de la Universitat de Barcelona]; y "ya se hacía evidente en 'Barrio Sésamo'", apunta Planas, quien recuerda el fuerte componente pedagógico del mítico programa infantil, en el que se trabajaban mucho los patrones, tanto los matemáticos como los musicales.

"Las matemáticas son, sobre todo, el estudio de los patrones; y, de la misma manera que estas estudian los patrones numéricos y geométricos, la música es el estudio de patrones rítmicos", resume la profesora de Didáctica de las Matemáticas de la UAB, quien pone un ejemplo (siguiendo con 'Barrio Sésamo'). Cuando los niños son pequeños, empiezan con las series: círculo, cuadrado, triángulo; círculo, cuadrado, triángulo; círculo, cuadrado, triángulo.... Patrones geométricos. "Si lo piensas, en música, será golpe, golpe golpe golpe, golpe; golpe, golpe golpe golpe.... La idea es que cuando tú desarrollas los patrones, ya sean numéricos, geométricos o rítmicos, estás trabajando las reglas", añade.

Polo Pujadas pone otro ejemplo. Si estás tocando el piano, leyendo con la mano derecha en clave de sol, y con la izquierda en clave de fa, es "como estar leyendo en inglés y en alemán a la vez; estás activando el cerebro". "La música desarrolla capacidades motoras que facilitan entender estructuras abstractas", afirma.

La comisaria de 'Matemifasol' habla también del 'Efecto Mozart', estudio que se hizo en 1993 en Estados Unidos. Se separó a un conjunto de estudiantes de perfiles similares en dos grupos y se les dio a hacer una serie de ejercicios. Un grupo los resolvió en un aula en silencio y al otro se les puso, de fondo, la 'Sonata para dos pianos en Re mayor' de Mozart. El segundo resolvió los ejercicios más rápido y con menos errores.

Si estás tocando el piano, leyendo con la mano derecha en clave de sol, y con la izquierda en clave de fa, es como estar leyendo en inglés y en alemán a la vez; estás activando el cerebro

Magda Polo Pujadas

— Catedrática UB

Recuerda también Polo Pujadas al filósofo y matemático alemán Gottfried Leibniz, quien afirmó que "la música es un ejercicio aritmético inconsciente en el que la mente no sabe que calcula". Cita recogida también en 'Matemifasol', donde se recuerdan numerosas frases de matemáticos y matemáticas, músicos y músicas -paridad que merece ser subrayada.

También las lenguas

A ojos de la catedrática de la UB, el hecho de que la música, durante años, se haya tratado como una "asignatura maría" ha sido un error grave. "No solo son las matemáticas, está muy demostrada la vinculación de la música con la facilidad para hablar distintas lenguas o para entender el pensamiento abstracto", prosigue Polo Pujadas.

Ese "entender el pensamiento abstracto" es precisamente uno de los grandes retos del sistema educativo, cuyas evaluaciones son cada día más competenciales y cuyos resultados demuestran que ahí es donde hay uno de los grande agujeros negros. El 43,3% del alumnado catalán que este curso ha cursado segundo de ESO ha suspendido matemáticas en las nuevas pruebas diagnósticas Lomloe (competenciales) en el apartado de "resolución de problemas", precisamente por la dificultad para entender los enunciados.

"Están muy bien los materiales manipulativos para mejorar el aprendizaje de las matemáticas… pero ¿y el recurso de la lengua, que es el más accesible?"

Núria Planas

— Didáctica Matemáticas UAB

"Las matemáticas y las lenguas van muy unidas; tendrían que trabajarse juntas. Sería fundamental para remontar la situación. Hay países, fuera de Europa, que tienen el Departamento de Matemáticas en la Facultad de Letras", plantea Planas, quien considera que "están muy bien las maletas y los materiales manipulativos… pero ¿y el recurso de la lengua, que es el más barato de todos, el más accesible?". "La interdisciplinariedad es el camino", zanja.

En la misma línea se expresa Abraham de la Fuente, profesor en Didáctica de las Matemáticas, actualmente en el equipo del instituto Angeleta Ferrer de Barcelona, donde no tienen asignaturas ni ponen notas, centro que "integra y vertebra la acción educativa propia de un instituto con un proyecto de investigación científica y educativa, la innovación pedagógica y un proyecto de formación del profesorado".

Si está tan demostrado el efecto positivo de la música en el aprendizaje, mejorando la atención y la concentración del alumnado -el gran tesoro en los tiempos que corren- y con ella la convivencia, ¿por qué se le da todavía tan poca importancia en el currículum? Educació solo obliga a una hora de música a la semana.

"Es algo inexplicable... La música es un arte y, por lo que sea, el currículum se ha ido tecnificando mucho y ha ido perdiendo la dimensión más humanística. Se apuesta más por la informática, la computación, la tecnología… Esta es una tendencia que hay en muchos países y es una oportunidad perdida. No es solo la música, las Humanidades nos ayudan a aprender a razonar, a argumentar…", concluye Planas, convencida de que los equipos docentes tienen que tener estrategias para ver que esta interdisciplinariedad no es una moda, sino que realmente beneficia al aprendizaje.

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