Menores extranjeros no acompañados

Recorrer 6.800 km con 12 años para llegar a Valencia: "Cuando dicen 'mena' solo piensan en los malos"

Dos 'ex menas' hablan sobre las dificultades del trayecto, la acogida y de la integración en España

Uno está estudiando para ser electricista, y otro ya trabaja en una carpintería de aluminio desde los 17 años

Usman y Mohamed, dos 'ex menas' que estudian y trabajan, en el colegio San Juan Bosco de Salesianos en Valencia.

Usman y Mohamed, dos 'ex menas' que estudian y trabajan, en el colegio San Juan Bosco de Salesianos en Valencia. / GERMÁN CABALLERO

Gonzalo Sánchez

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"Dicen que venimos a delinquir, pero no nos conocen. Pienso que para decir algo así de alguien tienes que conocer primero a la persona. También hay gente mala, claro, pero cuando dicen 'mena' parece que solo piensan en esos y nos meten a todos ahí". Usman (18, Gambia) y Mohamed (19, Marruecos) han vivido mucho para lo jóvenes que son. Ambos son 'ex menas' que acaban de salir de un centro de menores. Usman trabaja en una carpintería metálica desde los 17, y Mohamed está acabando de estudiar un ciclo de electricidad.

Ambos viven en un piso de emancipación de la fundación Fisat, dependiente de los Salesianos en València, uno de los poquísimos que existen, ya que lo normal es que estos jóvenes se vean en la calle el día de su 18 cumpleaños, con sus pertenencias en una bolsa.

Las historias de estos dos chavales no pueden ser más distintas. Usman es de Gambia, desde donde salió con 12 años en busca de una vida mejor y tras perder a su padre. Se coló en infinitos buses siguiendo a chicos más mayores, y cruzó media África por Senegal, Mali, Níger y Libia. Es un chico alegre, pero se le entristece la cara cuando dice que no quiere contar lo que le pasó en este último país.

Centro de recepción

De Libia, lugar que muchas organizaciones humanitarias describen como un infierno para los migrantes, pasó a Italia en patera. Un viaje, "tranquilo" aunque pasara tres días en el agua hasta que le rescataron. Después se metió en un camión para llegar a Francia, pero acabó por error en València. Con solo 12 años fue trasladado al centro de recepción de Alborache y matriculado en el IES Misericordia.

A los 17, Usman ya estaba de prácticas en la carpintería de aluminio donde se acabó quedando como trabajador, y ahora busca una habitación en un piso compartido para dar un pasito más en su proyecto vital. "Muchas veces tenemos que llamar nosotras para que no le rechacen de primeras al ver que se llama Usman y por su acento", cuenta una trabajadora de Fisat.

El camino de Mohamed no fue tan largo. Con 17 años su familia pagó 12.000 euros para subirle a una moto de agua y cruzar el estrecho con ella. El amigo con el que iba se escondió al ser mayor de edad y vivió indocumentado, él llegó también a Alborache, donde estuvo un año y se puso a estudiar electricidad, una FP que está acabando para ponerse a trabajar.

Una vida mejor

El plan de ambos jóvenes es el mismo; trabajar para tener una vida mejor. Usman partió solo, Mohamed apoyado por su familia que gastó gran parte de sus ahorros para mandarle a España, pero los dos tienen la mira puesta en labrarse un futuro.

Ambos explican que no han escuchado nunca la palabra 'mena' durante su estancia en el centro de menores, pero sí que dicen que están muy agradecidos por la formación que le dieron y la suerte que han tenido de haber acabado en un piso de emancipación, ya que hay muy pocos.

Lo más habitual es quedarse en la calle con 18 años, y lo que viene después de eso suele ser la marginalidad, el sinhogarismo e incluso el abuso de drogas o cometer delitos por simple subsistencia. "Sí que conocemos chicos que cumplieron 18 y se fueron solos, de la mayoría no sabemos nada", cuenta Mohamed.

También explica que los recursos en los centros son tan limitados que se reservan para los chicos que mejor se comportan. "Si tú estudias, te portas bien, y haces lo que tienes que hacer te pueden derivar a uno de estos pisos y estarás mejor, pero si das problemas no se van a estar haciendo cargo de ti para siempre", reivindica Mohamed.

Datos contra los bulos

La palabra 'Mena' nació como un acrónimo de uso administrativo para referirse a los "menores extranjeros no acompañados", pero ha acabado convirtiéndose en un estigma. Formaciones de ultraderecha les han acusado de cometer la mayoría de delitos sexuales, de violadores y de amigos de lo ajeno, entre muchos otros delitos.

En los últimos años estos adolescentes se han convertido en pieza clave de la estrategia ultra, cuyo último capítulo se vivió la semana pasada con la ruptura de 5 gobiernos autonómicos, entre ellos el valenciano, por parte de Vox, por su negativa a acoger (en el caso de la C.Valenciana) a 23 menores migrantes. 

¿Y qué dicen los datos? Según las últimas estadísticas del Consejo General del Poder Judicial el número de menores extranjeros condenados no ha parado de bajar en una década. En 2013 fueron 468 (un 20 % del total) y en 2022 fueron 315 (un 17 % del total). La población extranjera representa un 16 % del total de la C.Valenciana.

En delitos sexuales sucede lo mismo. En 2017 (primer año con registros) los extranjeros perpetraban un 27 por ciento de delitos sexuales cometidos por menores, y en 2022 fueron un 20 %. No solo baja el número de delitos con los años, sino también el peso de la población migrante en ellos.

Es importante especificar que la C. Valenciana acoge, ahora mismo, a unos 1.000 menores extranjeros no acompañados en sus centros. Sin embargo, en total hay 221.609 jóvenes extranjeros de 14 a 17 años en territorio valenciano, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la mayoría de ellos, de países de la Unión Europea. Los datos de delitos se refieren a todos los menores extranjeros: De 221.609 jóvenes de 14 a 17 años fueron condenadas solo 315 personas el pasado año. 

En los últimos años, la C.Valenciana ha registrado un gran aumento de llegadas de niños, niñas y adolescentes migrantes sin referente familiar que han supuesto un reto para el sistema de acogida. Sin embargo, no se puede afirmar que haya una correlación entre 'Menas' y criminalidad. De hecho, como se ha visto, la criminalidad entre menores (tanto españoles como extranjeros) ha bajado en los últimos años.

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