Superación

El exatleta que aprende a vivir de nuevo tras un accidente: "Empiezo a ver la luz, pero he perdido la movilidad, el trabajo y la pareja"

José Luis Díaz tuvo un siniestro con la moto en 2022 y trabaja su recuperación con el servicio Invictes, de Trànsit

Detenido un conductor ebrio en Tarragona por circular sin permiso y empotrarse contra otros dos coches en un semáforo

Volver a la vida tras un grave accidente de tráfico: "Es una tragedia, pero no significa que no puedas hacer nada más"

José Luis Díaz, víctima de un accidente de tráfico en Barcelona

José Luis Díaz, víctima de un accidente de tráfico en Barcelona / Ferran Nadeu

Germán González

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La vida de José Luis Díaz, de 57 años, cambió radicalmente la mañana del 22 de noviembre de 2022. Ese día circulaba con su moto por la calle de Sant Antoni Maria Claret de Barcelona cuando, a la altura del paseo de Maragall, mientras aguardaba en un semáforo, sufrió un accidente. “Pasaron dos motos y sentí el golpe en la parte de detrás”, explica a este diario.

Cayó al suelo y quedó atrapado bajo el peso de su moto, que le destrozó el pie izquierdo. “Me quebró el peroné”, explica. Una ambulancia lo llevó al hospital de Sant Pau, el más cercano al lugar del siniestro. Así empezó un calvario que, un año y medio después, todavía dura. Díaz ahora es uno de los usuarios del servicio Invictes, impulsado por el Servei Català de Trànsit para dar apoyo y orientación a víctimas de tráfico heridas graves con secuelas de por vida. Lo hace a través de la entidad Trace, que colabora en este proyecto.

“Puede ser el accidente más tonto que le haya pasado a cualquiera, pero me ha dejado secuelas de por vida"

“Puede ser el accidente más tonto que le haya pasado a cualquiera, pero me ha dejado secuelas de por vida. Quizá no pueda volver a conducir un coche, tampoco puedo hacer mi trabajo de antes”, relata Díaz, quien tras el siniestro perdió su empleo como carretillero, así como a su pareja, la casa en la que convivía con ella y algunos amigos, aunque ahora ha encontrado nuevos.

Situación límite

Fue en septiembre pasado cuando, a través de la psicóloga de su ambulatorio, le informaron de que una asociación podía ayudarlo a ver sus dolencias “de otra manera”. “Lo veía todo negro, no encontraba la salida, había perdido mi trabajo, mi pareja, mi situación social, mis amistades. Me sentía agobiado y fue entonces cuando vine a Trace y vi una luz al final del túnel”, relata. En esta entidad ha conocido personas que tienen otras dolencias y que ahora son su principal apoyo: “Si un día no vienes te mandan un mensaje y se preocupan por ti”.

“Me cuesta aceptar mi condición física, mi nueva vida, pero lo voy asumiendo cada vez un poco más”

Díaz destaca el trabajo del personal de Trace, que le ha permitido cambiar su forma de ver la lesión que sufrió tras el accidente: “A pesar de estar en continua rehabilitación, veo que me quedarán secuelas de por vida, pero lo afronto de otra manera”. “Me cuesta aceptar mi condición física, mi nueva vida, pero lo voy asumiendo cada vez un poco más”, destaca Díaz, quien lleva varias operaciones después de que, al retitarle el yeso del pie, descubrieran que tenía nuevas lesiones: “Me tuvieron que operar de urgencias, tenía los dedos destrozados”.

Ahora lo deben intervenir para calmar los dolores y debe hacer rehabilitación cada día: tiene varios dedos en los que ha perdido la sensibilidad. También se ha mudado y reside en una habitación, ya que al no poder trabajar tampoco puede pagar un alquiler. “Lo peor de todo es que ahora voy con muleta y tengo que parar cuando me dan pinchazos”, explica Díaz, que siempre ha sido una persona deportista y muy activa: incluso fue atleta suplente en los Juegos de Sídney 2000 por la selección argentina de atletismo.

Orientación integral

En Trace lo orientan para que pueda encontrar un trabajo acorde con sus lesiones y para que se recupere de forma física y anímica. También se relaciona con otras personas y puede jugar al tenis de mesa. “El accidente fue en un momento en que tenía estabilidad emocional, económica… y lo perdí todo. Es un cambio brutal. Me costó mucho asimilarlo, pero me queda un largo camino todavía”, concluye. .

Lourdes Andreu, coordinadora de Trace, remarca que la entidad ofrece orientación integral a las víctimas para favorecer su "autonomía personal" y que tengan "un plan de vida tras una situación traumática como es un accidente de tráfico".

"El accidente es un hecho traumático que cuesta mucho de encajar, porque las víctimas no pueden volver a su vida y, por tanto, se ven fuera de la comunidad y de sus servicios, ya que no son accesibles"

— Lourdes Andreu. Asociación Trade

"A una persona que sufre un accidente de tráfico le cambia la vida 100% en poco tiempo, con secuelas cronificadas que le afectan a nivel cognitivo, físico, sensorial y emocional", explica Andreu. En su entidad se atiende a afectados por traumatismos craneoencefálicos, lesiones medulares, quemados, politraumatrismos y amputados. Desde Invictes se ofrece a los usuarios todo tipo de información, desde la rehabilitación o consejos para eliminar barreras en su casa hasta cómo conseguir un certificado de discapacidad, pasando por apoyo de grupos o cuestiones legales.

De esta forma, los afectados, de entre 22 y 65 años, tienen "una visión general de la situación que les ayuda a resolver su complejo día a día", destaca Andreu, quien destacala importancia de que ofrezcan su testimonio a otras personas para concienciar sobre los riesgos al volante.

"El accidente es un hecho traumático que cuesta mucho de encajar, porque las víctimas no pueden volver a su vida y, por tanto, se ven fuera de la comunidad y de sus servicios, ya que no son accesibles", añade Andreu, quien recuerda que estas personas "deben participar de nuevo, porque están en su derecho, forman parte de la sociedad".

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