Nuevas formas de ocio

De fiesta en un tardeo 'boomer': "A las diez de la noche ya hay gente cazando, como antes a las 5 de la mañana"

La fiesta Common People, en la sala Razzmatazz de Barcelona, es una de las sesiones de éxito entre personas de más de 40 años que añoran salir de fiesta pero no trasnochar

El tardeo se consolida y le gana terreno al ocio nocturno en el área de Barcelona

¿Dónde se baila en Barcelona a partir de los 40 años?, por Miqui Otero

Abel Cobos

Abel Cobos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Abren puertas de Razzmatazz. Las luces, teñidas de rojos, azules y violetas. La música, a todo trapo. La pista empieza a llenarse. Las copas van volando desde detrás de la barra. Pero, aunque a primera vista todo apunte a lo contrario, esta no es la típica fiesta que abunda en las agendas de ocio nocturno. En la calle, un sol de verano todavía hace sudar a transeúntes a la hora de la merienda. La música, que rehúye de los últimos éxitos, busca joyas indie de los 80, 90 y 2000. Y, además, la media de edad entre los asistentes oscila sobre los 40 años. Es la Common People, un tardeo que, cada tres meses, de seis de la tarde y hasta medianoche, llena Razzmatazz. 

La fiesta empezó tras la pandemia, “para recuperar todo ese público que venía a Razz, incluso a Sala Zeleste, lo que había antes, en los 90 y los 2000”, cuenta DJ Amable, uno de los ideólogos de la fiesta y encargado de pinchar esta tarde. La música va desde finales de los 80 hasta la primera mitad de 2010. Eso sí, todo lo que se pincha es indie o alternativo, “Radiohead, Blur, Oasis, Chemical Brothers, Arcade Fire, Pulp…”, enumera el DJ. 

Puro 'revival'

“Es música de cuando salíamos, puro ‘revival’”, aseguran Xavi, Ester, Susanna, Anna y Miquel, un grupo de amigos que orillan los 50 años y que ya se podrían considerar parroquianos de la Common People. “Es la quinta vez que vengo”, presume uno de ellos. Todos coinciden en que la música es lo que les llama: “No solo es que sea de la época de cuando salíamos. Es que es música curada. Vengo a escucharla aquí con gente de mi estilo y con buenas condiciones acústicas”, cuentan. “Yo, de hecho, vengo porque conocía a los DJ de los 90 y sé que son buenos”, remarca otro.

"Nuestras hijas nos han preguntado si también haríamos botellón"

— Xavi, Ester, Susanna, Anna y Miquel

Tras elogiar la música, suelta una de ellos: “Ahora decimos la verdad, ¿no? Somos todos divorciados y venimos a pillar”, bromea entre risas. Más allá de la ocurrencia, es la pregunta del millón: ¿aquí se liga? “Te lo digo en un rato”, responde una mujer, poseída por el espíritu de Eugenio. “Alguna vez se ve una parejita dándose el lote –recuerda otra–, pero no es un sitio de ir a tirar la caña”. “Aunque ahora que se lleva todo el tema de las MILF [acrónimo inglés de Mother I'd Like to Fuck: madre deseable]… si a alguno le gustan aquí se podrá las botas”, complementa su amiga. 

"Mares de la classe dels Colors"

“Creo que nunca hemos ligado”, comentan Vanessa, Noemí, Diana, Ana, Mabel y Anna, 'les mares dels Colors’, como llaman al grupito. “Sí que nos han entrado. Eran dos padres separados, acuérdate”, matiza otra. “Quizá no querían ligar”, le responde su amiga. “Si sabemos que están separados, es porque querían que lo supiéramos”, sentencia una tercera. Tras este intercambio, hay consenso grupal: sí que han ligado. Eso sí, “aquí no se liga como con 20 años, en medio de la pista. Aquí cuando vas a fumar viene alguno y con la excusa del fuego te habla… pero bueno, en cuanto decimos que somos madres o que estamos casadas, huyen”.

“Nuestras hijas cerraron ayer por la noche y nosotros abrimos por la tarde”

— Xavi, Ester, Susanna, Anna y Miquel

“Hay algo muy gracioso, y es que, a partir de las diez de la noche, se nota que hay gente cazando”, dice otro grupo de amigas, María, Sara y Tatiana, que tienen alrededor de 45 años. “Como en la disco cuando tenías 20 años y llegan las 5 de la mañana y tienes que ligar para no irte a casa sola”. Ellas son muy fieles a todo este tipo de tardeo cuarentón. “Eso sí, no para ligar”, sino para salir “y no sentirte una yaya”.

"Dejas de ser madre por un rato"

“Me dio envidia ver que mis hijas salían de fiesta y yo no hacía nada. ¡Con lo que yo fui!”, rememora una del grupito. Por eso han vuelto a las discotecas. El grupo de Xavi, Ester, Susanna, Anna y Miquel también ha hablado con sus hijos sobre salir de fiesta: “Nuestras hijas cerraron ayer por la noche, nosotros abrimos por la tarde”, cuentan entre risas. “Nos han preguntado si haríamos botellón. No sabría ni cómo empezar a hacer un botellón. Yo ya tengo una edad para pillar las copas dentro”. 

"Evitas a toda costa la resaca, porque en casa tienes un niño gritando 'mamá, mamá' y te quieres morir”

— Las madres de 'la classe dels Colors'

Eso sí, para las 'mares dels Colors' esta conversación está lejos todavía: sus hijos no llegan a los 5 años. Se conocieron como madres del cole –de ahí sale el sobrenombre de su grupito, por la clase de los hijos–, y sienten que crear piña y volver a salir por la noche ha sido muy empoderador. “Te liberas. Dejas de ser madre y, por un rato, vuelves a ser tú, una mujer”. 

"Lo que más echo de menos es el privilegio de pasar la resaca sola, de vegetar al día siguiente sin que nadie que te despierte a las 7 am con un ‘¡tengo hambre!’”

Igualmente, recuerdan, las primeras veces que sales es difícil. “Tienes a tu hijo en casa, alguien con quien quieres estar, pero también quieres estar de fiesta. Quizá te lo estás pasando bien y de golpe te viene a la cabeza: ‘Ay, ¿cómo estará?’”. "A mí se me pasó rápido esa etapa", ríe una compañera mientras da una calada. A media frase suena ‘Kids’ de MGMT (canción de 2007) y una de ellas grita “¡temazo!” con el ímpetu que un centennial gritaría al escuchar Quevedo. 

Matemáticas anti-resaca

Hay más cambios respecto a salir de fiesta con 20 y con 40. Sobre todo en el consumo de alcohol. "Ahora me sube muchísimo más la birra. Con dos ya estoy contenta", dice una. Otra cuenta la nueva habilidad que ha desarrollado: las matemáticas anti-resaca. “Ahora equilibro el alcohol con el agua. Lo que sea para evitar la resaca, porque en casa tienes a un niño gritando 'mamá, mamá', y con resaca te quieres morir”. “Yo era mucho de beber y salir”, recuerda otra, “pero lo que más echo de menos no es el estar hasta las tantas petándolo, sino el privilegio de pasar la resaca sola, de tener el día siguiente para vegetar sin nadie que te despierte a las 7 am con un ‘tengo hambre’”.

“Envidiaba a mis hijas cuando salían de fiesta y yo no hacía nada, ¡con lo que había sido!”, dice una de las asistentes

Common People no es el único tardeo cuarentón de Barcelona, aunque sí uno de los más populares. En todas sus últimas fiestas han hecho ‘sold out’ (a excepción del domingo de la final de la Eurocopa, aunque vendieron más de 1000 entradas). Es el ‘place to be’, cuenta una 'mare dels Colors': “Te encuentras a madres del cole. Incluso una vez vi a una con la que iba al instituto. Fue un ‘flashback’, de recordar de cuando salíamos juntas en Razz. Un golpe al pasado”.

Suscríbete para seguir leyendo