Sanidad

Las superbacterias se hacen fuertes: nueve de cada cien infecciones hospitalarias presentan resistencia a los antibióticos

Unos 13 millones de personas en España recibieron el pasado año alguna prescripción de estos fármacos

Nuestro país es el octavo de la UE que más antimicrobianos consume

Una farmacéutica, con algunos antibióticos.

Una farmacéutica, con algunos antibióticos. / Juan Varela

Ágatha de Santos

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Cerca de 13 millones de pacientes en España recibieron alguna prescripción del Sistema Nacional de Salud de antibióticos de dispensación en la farmacia comunitaria en 2023, según un informe de la multinacional estadounidense especializada en salud IQVIA titulado 'Gestión de antibióticos: dirigiéndonos hacia futuros más seguros', que analiza las dinámicas de uso de los antibióticos en el ámbito de la asistencia comunitaria y hospitalaria. Aunque en la mayoría de los casos la infección quedó controlada con una única prescripción, entre un 20 y un 30% de los episodios requirió como mínimo dos, y un 10% de los pacientes fueron tratados de más de un episodio infeccioso en 2023, por lo que el número de prescripciones alcanzó los 24 millones, sin tener en cuenta los pacientes hospitalizados ni los productos de uso hospitalario.

El gran problema del mal uso o abuso de los antibióticos es que las bacterias mutan como respuesta y pueden hacerse resistentes a estos tratamientos. Las infecciones provocadas por superbacterias y bacterias multirresistentes ya causan en el mundo más muertes que la tuberculosis, el sida y la malaria juntas y por ello es una de las tres principales amenazas de salud pública.

En este sentido, este informe señala que nueve de cada cien ingresos hospitalarios en España que desarrollan infecciones nosocomiales (contraídas en hospitales) presentaron resistencia a estos fármacos el pasado año. Los autores del estudio advierten de que ante estas resistencias, los tratamientos suelen más complejos e implicar un número superior de líneas de tratamientos (entre un 15% y un 20% más).

Según los datos Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), en 2022 España se situó en el octavo puesto en la lista de consumo de estos fármacos en la Unión Europea. El estudio destaca que las prescripciones han ido aumentando de forma paulatina desde 2018 con excepción del periodo 2020-2021, durante el cual la incidencia de infecciones bacterianas disminuyó debido a las medidas implementadas durante la pandemia del covid.

Principales afecciones

Las afecciones de las vías genitourinarias fueron la causa más común de prescripción de antibióticos, seguidas de las infecciones del tracto respiratorio. El 60% de los pacientes españoles con una prescripción de antibióticos de dispensación en la farmacia comunitaria fueron mujeres frente al 40% de hombres. Esta diferencia varía en función del diagnóstico asociado a la prescripción de antibióticos. Por ejemplo, en el caso del diagnóstico de neumonía, la proporción es del 48% de hombres frente al 52% de mujeres. En el caso de la infección del tracto urinario (ITU), la diferencia es del 12% para hombres y 88% para mujeres.

En cuanto a la edad, el 84% fueron pacientes adultos, mientras que el 16% fueron pediátricos. Entre estos últimos, más de 322.000 fueron pacientes de 0 a 5 años que recibieron por primera vez una prescripción de antibióticos en 2023, independientemente del diagnóstico asociado.

Al analizar el tipo de prescripciones que realizan las distintas especialidades, se observa que, a excepción de los pediatras y otorrinos, la mayoría tienen a describir mayoritariamente antibióticos de “vigilancia”. Este grupo es la opción más efectiva para un conjunto de síndrome infecciosos, pero también presentan un mayor potencial de generación y selección de resistencias que los denominados antibióticos de acceso, que son los que se emplean para las afecciones infecciosas más comunes y que presentan un bajo potencial de resistencia.

Neumología

Neumología es la especialidad que, con diferencia, más fármacos de “reserva”, es decir, antibióticos de último recurso con actividad frente a patógenos multirresistentes o extremadamente resistentes. De estas prescripciones de último recurso, el 47% estuvieron ligadas a un diagnóstico de bronquiectasias y el 19% a infección por pseudomonas.

El estudio destaca que, independientemente del diagnóstico, los profesionales de Atención Primaria desempeñaron un papel fundamental en el tratamiento de las patologías de las vías genitourinarias y del tracto respiratorio, ya que realizaron el 77% del total de las prescripciones en 2023, según este estudio.

En el ámbito hospitalario durante el 2021 se produjeron 47.000 infecciones de tracto urinario y neumonías nosocomiales –61% ITU y 39% neumonías–. De todos los diagnósticos analizados de ITU y neumonías nosocomiales, un 9,5% y un 9,1% de ellos, respectivamente presentaron resistencias. Las enfermedades del sistema circulatorio, el covid-19 y el cáncer fueron los diagnósticos principales más comunes de los pacientes hospitalizados que presentaron infecciones nosocomiales.

Los autores de este estudio concluyen que el problema de las resistencias a antibióticos es multifacético y presenta desafíos que deben acometerse desde un enfoque integral. “La necesidad de un enfoque integral, que abarque desde prácticas clínicas hasta políticas supranacionales que incentiven el desarrollo de nuevos fármacos, es una problemática que requiere una consideración cuidadosa y acciones ponderadas”, afirman.

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Las clases de antibióticos más prescritos son las penicilinas e inhibidores de la betalactamas que alcanzan más de 9 millones de prescripciones sólo en el año 2023. Por detrás se encuentran en orden de prescripción el grupo conformado por macrólidos, lincosamidas y estreptograminas (ejemplo: azitromicina), seguido por los fosfonatos (ej: fosfomicina) y los glicopépticos (ej: vancomicina).

Respecto al número de moléculas o combinaciones fijas de moléculas empleadas en los tratamientos de infecciones del tracto urinario (ITU) y neumonías en España durante el pasado año, se observa un comportamiento similar tanto en los pacientes pediátricos como en los adultos. Independientemente del rango de edad (pediátrico/adulto) y diagnóstico (ITU/neumonía), la mayoría de los pacientes sólo recibieron la prescripción de una sola molécula o combinación fija de moléculas.

En el caso de las ITU, la principal molécula administrada fue la fosfomicina tanto en pacientes pediátricos como adultos, es decir, el tratamiento de elección fue independiente del rango de edad. Sin embargo, las moléculas empleadas en el tratamiento de esta enfermedad variaron en pacientes adultos en función del género, siendo la fosfomicina (60%) y la cefuroxima (14%) las moléculas más prescritas en las mujeres adultas; y el ciprofloxacino (21%), fosfomicina (20%), cefuroxima (14%) y azitromicina (12%) las moléculas más prescritas en los hombres adultos.

Por el contrario, y en el caso de los pacientes pediátricos con neumonía, la principal molécula administrada fue la amoxicilina (59%) seguida de la azitromicina (19%). Sin embargo, en el tratamiento de neumonía de pacientes adultos, las principales moléculas administradas fueron la amoxicilina y ácido clavulánico (34%) y el levofloxacino (31%). A diferencia de lo que ocurría con las ITU, en neumonía no se observó una diferencia en las moléculas empleadas según el género del paciente

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