Salud prenatal

La radiación en los primeros meses de gestación disminuye el coeficiente intelectual del hijo

Un estudio explora la relación entre la dosis de radiación tiroidal intrauterina y los niveles de hormonas e inteligencia de los niños

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Embarazos múltiples o infecciones renales son algunas causas del parto prematuro. / Serhii_bobyk. Freepik.

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Recibir elevados niveles de radiación durante los primeros meses de gestación provoca trabas en el desarrollo cognitivo e intelectual de los niños. Así lo sugiere el estudio liderado por la investigadora del Instituto de Investigació en Atenció Primària Jordi Gol (IDIAPJGol) Liudmila Liutsko, que ha explorado la relación entre la dosis tiroidal de radiación ionizante, los niveles de hormonas y la inteligencia en niños y niñas expuestos a la radiación intrauterina tras el desastre de Chernobyl. La investigación se hizo a través del seguimiento de 500 personas que estuvieron expuestas durante su gestación a la radiación del accidente nuclear.

El trabajo, publicado en la revista académica International Journal of Radiation Biology, muestra cómo los fetos que estuvieron expuestos a la radiación durante las primeras semanas del embarazo, tenían un menor coeficiente intelectual que los que estuvieron expuestos en una fase avanzada de la gestación. La radiación afectó tanto a su desarrollo neurológico como a sus niveles de hormonas tiroidales. Haber recibido una alta dosis de radiación y segregar más cantidad de la hormona tiroidal T3 durante la adolescencia está asociado con coeficientes intelectuales más bajos.

Estrés provocado por el desastre

Los cambios en la segregación de la hormona T3 se pueden producir por la exposición a la radiación, pero también por el estrés experimentado por las gestantes debido al desastre y la evacuación posterior. El equipo investigador considera que la alteración en los niveles de esta hormona podría ser una combinación de ambos factores. Liutsko destaca que "en las evaluaciones cognitivas de las personas sometidas a dosis altas durante la gestación, es necesario considerar el momento en que estuvieron expuestas a la radiación".

La investigadora del estudio recomienda "ofrecer mayor protección radiológica a las mujeres embarazadas, sobre todo durante las primeras veinte semanas de gestación". Apunta que si es necesario que una gestante se someta a un tratamiento o diagnóstico que comporte el uso de radiación ionizante, se haga "lo más tarde posible". La primera firmante del trabajo añade que, “por prevención, en caso de tener que atender a mujeres no conscientes y que no estén acompañadas es mejor sustituir, si se puede, la realización de pruebas que impliquen radiación ionizante, como TACs o radiografías, por otras no irradiantes o bien utilizar un equipamiento protector.”

Estudio cohorte

El equipo investigador estudió dos grupos formados por 250 personas cada uno, nacidos entre el momento del accidente nuclear de Chernobyl y los meses posteriores, entre el 26 de abril de 1986 y el 1 de marzo de 1987. El primer grupo incluía a los individuos con madres que residían en áreas fuertemente contaminadas y el segundo, personas nacidas de madres que vivían en zonas menos contaminadas, con dosis de radiación tiroidal estimadas más bajas.

Este estudio forma parte de la investigación que lleva a cabo la Comisión Internacional de la Protección Radiológica (ICRP), que tiene como objetivo revisar las evidencias actuales para ajustar, si es necesario, las normas de radiación para proteger la salud y bienestar de las futuras generaciones.