Medio Ambiente

El Segura y el Júcar acumulan la mitad de los vertidos con restos peligrosos de los ríos españoles

El primero es el que un volumen más elevado contabiliza en el ámbito nacional, con casi 330 millones de metros cúbicos al año

Río Júcar

Río Júcar

Minerva Mínguez

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Los ríos Júcar y Segura acumulan más de la mitad de los vertidos con sustancias peligrosas de las cuencas españolas. Aunque el primero es el que un volumen más elevado contabiliza en el ámbito nacional, con casi 330 millones de metros cúbicos al año, el segundo es el que mayor incremento ha experimentado desde 2020. Si entonces apenas daba cuenta de unos 38 millones, en el último censo del Ministerio para la Transición Ecológica la cifra se había disparado hasta los 309 milones. En el conjunto de España el total asciende a 1.255 millones.

Aunque son legales, estos vertidos contienen restos tóxicos, persistentes o bioacumulables así como otros que entrañan un riesgo análogo. Algo que obliga a establecer unos criterios más estrictos en cuanto al seguimiento y evaluación del estado de las aguas superficiales, así como las normas de calidad ambiental. Es el caso del mercurio, plomo, selenio, arsénico, bencenio, cianuro, cloro, cobre o zinc. Las autorizaciones implican, pues, que los responsables de su generación deban realizar controles y análisis más exhaustivos.

El permiso se solicita a las confederaciones hidrográficas en el caso de que estas derivaciones terminen en terreno perteneciente al dominio público hidráulico (ríos, ramblas, arroyos, embalses o acuíferos). Otro caso sería que terminasen en el mar o en la desembocadura de los ríos (aguas de transición), cuyo organismo encargado de gestionar esas peticiones son las propias comunidades autónomas si se atraviesa varias provincias, como el caso del Júcar y el Segura.

En el Júcar se permitieron durante 2022 un total de 27 vertidos con elementos de este tipo, mientras que en el río Segura se contabilizaron hasta 54 según los datos del anuario que publica el Miteco. Sin partículas peligrosas se abocaron 277.243 metros cúbicos al año en la cuenca del primero y otros 3.999.002 en el caso del segundo. Ambas cuencas valencianas son las que arrojan los números más elevados, aunque los primeros puestos en el ranking nacional, aunque puede influir, no están ligados ni a la superficie de la demarcación ni a la población que habita esa superficie.

Piscifactorias y gasísticas

En cuanto a los vertidos industriales totales, la cifra asciende a 17.561.525,179 de metros cúbicos, de los que 735, 4 corresponden al Júcar y 1.842 al Segura. El 48 % del volumen de aguas residuales industriales se genera a través de los procesos de enfriamiento por lo que en este caso la contaminación no es química, sino físcia (térmica). Gasísticas, petroleras, químicas y nucleares son las que más recurren a los refrigerantes. Generación eléctrica y piscifactorías son, por contra, las que má agua necesitan para el día a día de sus actividades productivas.

Aunque se trate de vertidos autorizados por los organismos de cuenca o las conselleries de turno, los grupos conservacionistas alertan del peligro que comportan sobre el medio natural. Ecologistes en Acció, en concreto, es de los más críticos y en todos sus balances anuales sobre contaminación coloca el foco en la necesidad de una mayor vigilancia por parte de la Administración hacia las empresas, especialmente aquellas que suelen bordear cuando no superar los límites establecidos por la ley y que impiden el cumplimiento de los objetivos ambientales marcados por la Unión Europea para el año 2027.

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