Verano

El gran negocio de las playas de Palma: así funciona el alquiler de hamacas

Las hamacas se han convertido en un filón para muchos empresarios

Estarían generando en torno a 54.000 euros diarios

Ciudad Jardín

Ciudad Jardín / ZAFIRUS

Jordi Sánchez

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El turismo deja cada año ingentes cantidades de dinero en Platja de Palma. Al igual que en el resto de la isla, es el motor económico de la zona. Bares, discotecas, restaurantes, tiendas de souvenirs, alquileres de actividades acuáticas, chiringuitos, invitan al gasto a los miles de turistas -y algún que otro residente- que recorren durante la temporada la costa palmesana. Sin embargo, el rastro del dinero en playa de Palma conduce hasta la arena.

El alquiler de hamacas se ha convertido en un filón para muchos empresarios que a diario llenan sus bolsillos ofreciendo un lugar en el que tumbarse protegido del sol. A lo largo de la costa son muchas las playas en las que pueden verse ‘bosques’ de sombrillas plantados sobre la arena repletos prácticamente en su mayoría de turistas que alquilan sus servicios por un día con el objetivo de poder descansar más cómodamente sobre la arena.

Can Pastilla

En la playa de Can Pastilla, la más larga y profunda de Palma, uno se topa cada cien metros aproximadamente con estos bloques de hamacas y sombrillas. En esta zona en concreto se pueden contabilizar aproximadamente unas 72 hamacas por bloque. «Aquí tenemos unas 6.000 repartidas por toda la playa», explica uno de los trabajadores de la empresa que gestiona su alquiler en Can Pastilla. En las entradas que conectan el paseo con la arena pueden verse los carteles con los precios. Seis euros la hamaca y seis euros la sombrilla. Teniendo en cuenta que por cada sombrilla vienen dos hamacas, el precio a pagar por alquilarlas un día entero asciende a 18 euros en total.

«Esto se llena cada día», asegura el mismo empleado. De ser así, el negocio podría llegar a generar 54.000 euros diarios con todas las hamacas ocupadas. Una cantidad que al final de temporada puede alcanzar cifras millonarias. «Aquí todavía respetan un poco el espacio para los bañistas», cuenta Laura Ramis, quien toma el sol sobre su toalla en primera línea, por delante eso sí de los alineados parasoles arrendados.

Cala Estancia

A pocos metros se encuentra Cala Estancia, una pequeña playa con unas dimensiones mucho más reducidas que el arenal vecino. Unas 69 sombrillas cubren del sol las 138 hamacas repartidas en los dos extremos de la playa. El precio, igual que en Can Pastilla: 6 euros la hamaca, 6 euros la sombrilla, con un coste total de 18 euros por día. En este arenal pueden llegar a facturar 1.242 euros diarios, una cantidad muy inferior a la de que puede llegar a generar la playa contigua.

Ciudad Jardín

En Ciudad Jardín la oferta es exactamente la misma, aunque por un euro el cliente puede hacer uso de la caja fuerte situada en la parte superior del bastón de la sombrilla. El dueño de la empresa de alquiler asegura que cuentan con «300 hamacas». Eso supondría unas ganancias diarias de 2.850 euros, una cantidad más cercana a la facturada en Cala Estancia.

Can Pere Antoni

Frente al Palacio de Congresos, en Can Pere Antoni, más de 200 tumbonas aguardan a los turistas. No ha sido posible hacer un cálculo exacto de cuántas de estas hay plantadas en el arenal, aunque el precio con caja fuerte es el mismo que la anterior: 19 euros.

Sin embargo, en esta playa existen unas hamacas ‘VIP’, propiedad de un beach club ubicado al principio del arenal. El precio, 40 euros cada una. Tienen 40 tumbonas y uno de los trabajadores desvela que tienen «todo reservado hasta día 23». Desde este domingo hasta la fecha señalada generarán 14.400 euros.

Cala Major

Por último, en Cala Major, una de las playas más visitadas de Palma, también se pueden alquilar hamacas normales o hamacas Premium. Allí, las de ‘toda la vida’ rondan los 25 euros por día, parecido al coste que tienen en los anteriores arenales.

Ahora bien, si el cliente decide escoger la opción Premium, que se distinguen de las clásicas azules por tener un cojín marrón, que las hace más cómodas, y sombrillas más amplias, que proporcionan más sombra, el gasto asciende hasta los 70 euros. Un precio «inasumible» y «desproporcionado» para algunos bañistas que optan por el ‘método tradicional’: «Sol, toalla y arena».